Rosa Helena Jiménez

El humor colombiano está de luto desde las diez de la mañana del 19 de octubre, cuando falleció, en un hospital de Chía, a los 82 años, ‘la Nena’ Jiménez, la mujer que le añadió picardía al humor sin siquiera sonrojarse. Quizá se volvió extrovertida y desparpajada porque su mamá era una señora puritana que veía con malos ojos todo lo que hacía su niña. La reina de los chistes verdes marcó un estilo que hacía sudar a unos de pena y a otros de risa, con sus historias de un agudo doble sentido. Ya tenía cierta notoriedad en presentaciones privadas cuando fue descubierta por Alfonso Lizarazo, quien la llevó a la televisión en 1968. Sus colegas recuerdan la constante preocupación de la Nena porque algunos le copiaban sus chistes y no la citaban. Se hicieron famosas sus frijoladas, cuando llena de joyas recibía en su casa a sus invitados, muchos de ellos humoristas. También sentía un gran amor por los animales y llegó a tener decenas de perros. Tanto era su amor que a veces “se bajaba de su Mercedes-Benz a pelear con los zorreros porque maltrataban a los caballos”, comenta Fabiola, la Gorda, Posada, quien recuerda, agradecida, la infinidad de consejos que recibió de la Nena. Hace un año se presentó por última vez y el deterioro de su memoria se hizo evidente. Por eso, Juan Esteban Chavarriaga, su hijo, se dedicó a cuidarla. Con dolencias en su cadera y el azote del alzhéimer, se fue yendo poco a poco. Los colombianos la recuerdan con cariño por las innumerables jornadas en que los hizo reír a carcajada limpia.