“Si un hombre como Yamid se fijó en mí, pues alguna virtud tendré”

¿Cómo se sintió durante su primera semana frente a las cámaras?

No deja de ser, a esta altura del paseo, conocer lo desconocido. Me tiene muy impresionado este mundo de la televisión, los sufrimientos que hay detrás de parte de periodistas, corresponsales, camarógrafos, el productor, el director; gente que no aparece, pero que todo el tiempo armoniza la partitura.

Pero usted ya había tenido programas de televisión...

Sí, pero nunca lo había visto así, en términos de lo que significa tener un programa en vivo por tres horas. Detrás de esto hay libretos, manejo de cámaras, de audio. Hay que tener cuidado con el lenguaje, con la vocalización, con el atuendo, y al mismo tiempo no perder la autenticidad. 

¿Ya cometió su primera embarrada?

Claro, el productor sufre mucho conmigo porque a veces entro cuando no es.

¿Ha recibido críticas?

La primera que escuché fue por la vocalización. No sé cómo lo vean a uno, pero debe ser como un cuadro que a unos les gusta y a otros no.

Cuando se ve en televisión, ¿qué le mejoraría al tipo que ve en la pantalla?

Me gustaría tener una versión masculina de la voz encantadora de Silvia Corzo, la energía de Adrián Magnoli y la calma de Margarita Ortega. Todos los días aprendo de todos.

¿Cómo fue que llegó ahí?

Me llamó un día Yamid y me dijo que quería que trabajara con él. Eso me sorprendió porque no me imaginaba en ese escenario, pero si un hombre como Yamid se fijó en mí, pues alguna virtud tendré.

¿En qué andaba cuando recibió esa llamada?

Estaba haciendo consultorías. Me venía retirando de la política porque siempre he dicho que hay momentos en los que uno tiene que aprender a retirarse. A lo que me he negado es a pensionarme. Mejor dicho, me he negado a jubilarme, porque tengo una pensión de Ecopetrol de 4.100.000 pesos. Mientras me funcione la cabeza haré todo lo posible por ser útil en donde esté.

¿A qué se debe ese retiro de la política?

Pues yo le entregué todo mi capital político a Juan Manuel Santos, de lo que no me arrepiento porque creo que no fue en vano. Fui una persona leal con Santos y cuando salí del ministerio rehacer el capital político era ya prácticamente imposible.

En otras palabras, ¿se quemó con el tema de la paz?

Haber llegado donde Santos valió la pena porque me la jugué toda por la firma de un acuerdo con las Farc. Pero cuando salí cuatro años después ya no era el mismo escenario.

¿Se lo cobraron?

En el Verde, en el Polo, en la izquierda. Sigo teniendo muchos amigos, pero uno sabe que en Colombia la política de largo plazo dura una hora. Pero tampoco es que estuviera buscando espacios en la política.

¿Qué le ha parecido más difícil, la política o la televisión?

En la televisión he encontrado gente más amable. En la política la lucha por el poder saca los instintos primarios más complejos.

¿Cómo ve al Polo, a los verdes, a la izquierda, de cara a la campaña que se aproxima?

Pienso que la dinámica en el mundo de la izquierda la va a imponer lo que ocurra con la implementación de los acuerdos de paz, el papel protagónico que jueguen las Farc y el proceso de negociación con el ELN. Siento y percibo que la izquierda está buscando espacios de colisión con sectores de centro, reflejados en los Partidos Liberal y de la U.

De los precandidatos que hay, ¿cuál le gusta?

Hay que esperar que se vaya decantando este reality de 24 participantes. Por ahora son pre, pre, precandidatos. Cuando haya candidaturas hablamos, por allá a partir de enero.