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Sigue el debate sobre la penalización

28 de noviembre de 2009

La semana pasada se aprobó en séptimo debate el proyecto que prohíbe el porte y el consumo de la dosis mínima de droga. Sin embargo, varios expertos en el tema, y analistas como Jorge Orlando Melo, evidenciaron que este proyecto, contrario a lo que se piensa, es un saludo a la bandera y un cambio injustificado a la Constitución. Primero, porque establece “medidas y tratamientos administrativos de orden pedagógico, profiláctico o terapéutico” para los consumidores, lo cual es una decisión que no requiere un cambio constitucional, dado que con que el gobierno de turno liderara campañas y programas preventivos, o médicos adecuados, sería suficiente. Segundo, porque establece estos tratamientos para consumidores ocasionales que, al ser esporádicos, no son adictos y –por tanto– no deben ser objeto de procedimientos terapéuticos. Melo desactivó argumentos de activistas que se oponían al proyecto, señalando que en los últimos años la Constitución ha sido modificada 29 veces en lo concerniente al tema, pero que esta vez el cambio sea quizás “el más anodino”. En todo caso, más allá de lo inocuo que pueda ser el proyecto, este representa una visión conservadora, opuesta a la jurisprudencia que sentó la Corte Constitucional en 1994 al despenalizar la dosis mínima. A más tardar la próxima semana, el Congreso adelantaría el último debate a la iniciativa.