Home

Enfoque

Artículo

Sin rastro

16 de septiembre de 2006

E l secuestro en Afganistán del cooperante colombiano Diego Rojas Coronel llegó a las primeras planas esta semana. Este administrador público, de 33 años, desapareció junto con su traductor y un chofer, ambos afganos, cuando regresaban a Kabul, después de evaluar proyectos de la ONG francesa Madera (Mission d’Aide au Developpement des Economies Rurales en Afganistán), en la que trabaja desde hace más de ocho meses. “Se sabe que en esa carretera hay un sector poco seguro por cierta infiltración talibán. Sin embargo aún no hay total certeza acerca de los secuestradores”, dijo a SEMANA Alain Labrousse, secretario del Consejo de Administración del directorio de Madera. Según explicó, las autoridades ubicaron el auto en el que se desplazaban, cerrado con llave y sin ningún impacto. La ONG y el gobierno afgano están tratando de establecer contacto con jefes de las tribus de la provincia de Wardak para seguir con la búsqueda y eventualmente facilitar el proceso de negociación.
En Madera, organización dedicada a la reconstrucción de Afganistán, se desempeñaba como el jefe de evaluación interna de proyectos agropecuarios y construcción de viviendas, entre otros. Antes había realizado una labor humanitaria de apoyo a la infancia en Afganistán. La cancillería colombiana y las embajadas del área tratan afanosamente de conseguir su liberación. Ojalá su drama en un país lejano tenga un final más feliz y menos doloroso que el que viven los secuestrados en la propia Colombia.