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"TENGO MIEDO AL PUBLICO"

En la entrevista más larga que haya concedido hasta ahora, Fidel Castro se confiesa con la revista Playboy. SEMANA reproduce los apartes más reveladores de este interesante documento.

5 de agosto de 1985

PLAYBOY: La gente conoce a Fidel Castro, la figura pública, pero pocos conocen al hombre. Estaremos hablando sobre muchos asuntos, pero comencemos, Sr. Presidente, con algunas preguntas personales. ¿Después de 26 años en el centro de la controversia y la historia, qué motiva a Fidel Castro?
FIDEL CASTRO: Esa es una pregunta muy dificil. Déjenme empezar por decir que las cosas no me motivan: El dinero no me motivabienes materiales no me motivan. De la misma manera, ansias de gloria, fama y prestigio no me motivan. Realmente creo que las ideas me motivan. Ideas, convicciones son las que impulsan al hombre a luchar en primer lugar. Cuando uno está verdaderamente dedicado a una idea, se siente más convencido y más comprometido con cada año que pasa.
Creo que un desinterés personal crece el espíritu de sacrificio crece; uno gradualmente abandona el orgullo personal, la vanidad... todos esos elementos que de una manera u otra existen en todos los hombres. Si uno no se guarda contra esas vanidades, si se deja volver engreido o pensar que es irremplazable o indispensable, uno se enamora de todo eso--la riqueza, la gloria. Yo me he cuidado de todas esas cosas quizá he desarrollado una filosofía sobre la importancia relativa del hombre, sobre la importancia relativa del individuo, la convicción de que no es el individuo sino la gente la que hace la historia la idea de que yo no puedo reclamar los méritos de un pueblo entero. Una frase de José Marti me dejó una impresión profunda e inolvidable: "Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz".
P.: ¿Teniendo en cuenta todo lo que ha viajado en Cuba, cómo describiría la relación entre el pueblo y Fidel Castro?
F.C.: Creo que el sentimiento del pueblo es uno, de familiaridad, confianza y respeto es una relación muy estrecha.
Creo que es una relación de familia. La gente me ve como un vecino, como una persona más. No están dominados por posiciones, por figuras públicas. Nadie nunca me llama Castro, sólo Fidel. Creo que la familiaridad se basa, entre otras cosas en el hecho de que nunca le hemos mentido al pueblo. La nuestra ha sido una revolución sincera. La gente sabe que cumplimos nuestras promesas--no sólo los cubanos en Cuba, sino también los de Miami--, es decir, la gente que no tiene sentimientos de afecto pero que confia en nuestra palabra. Han sabido desde la revolución que no habrá trucos, ni traiciones ni trampas. Cuando les dijimos que podrían irse de Mariel, podían--aún si son nuestros peores enemigos, aun si son terroristas- Somos como un árabe del desierto que da la bienvenida a su enemigo en su carpa ni siquiera mira en qué dirección parte. Obviamente, esto se basa en que la revolución nunca mintió. ¡Nunca! Esta es una tradición que viene desde la guerra. Durante toda la guerra, toda la información que divulgábamos sobre la lucha, el número de muertos, las municiones capturadas, era estrictamente exacta. No añadíamos ni una bala ni un fusil. Ni siquiera la guerra justifica una mentira o la exageración de una victoria. Este ha sido un elemento importante de nuestra revolución.
P.: ¿Tiene muchos amigos cercanos. ¿Un hombre en su posición puede tener amigos?
F. C.: Bueno, tengo muchos amigos que no son cubanos, a quienes he conocido; a través de diferentes actividades, algunos de ellos personalidades sobresalientes: por ejemplo, doctores, escritores, directores de cine, científicos, amigos extranjeros.
Pero mis amigos de la revolución son mis camaradas revolucionarios, todos aquellos que trabajan conmigo, todos los que tienen responsabilidades importantes en el Estado. Tenemos una relación amistosa. No tengo lo que se podría llamar un grupo de amigos, porque para mi un grupo de amigos es un concepto muy amplio.
No tengo la costumbre de reunirme siempre con ocho o diez amigos. Visito un amigo un día, otro otro día; con algunos hablo más por relaciones de trabajo, es lógico. Sin embargo, he tratado de evitar --porque no es una buena práctica, desde el punto de vista de mis responsabilidades--cultivar sólo un grupo de amigos que veo cada domingo.
P.: ¿Alguna vez ha pensado en matrimonio, una familia, instalarse y retirarse?
F.C.: Siempre he sido alérgico a la publicidad tipo columna de chismes sobre la vida privada de hombres públicos. Creo que eso es parte de las pocas intimidades que uno tiene. Es por eso que mantengo discreción, hasta un día. Algún día, las cosas que usted pregunta se sabrán, pero no con mi cooperación. Le puedo decir que todo está bien en mi vida privada, sin problemas. (Sonríe).
P.: Una última pregunta personal: Usted es de los últimos grandes oradores, con sus discursos resonantes en estadios Uenos de gente; se le conoce como un comunicador eficaz. ¿Hay alguna diferencia entre la figura pública y el hombre privado?
F.C.: (Ríe). Tengo un gran rival como comunicador, y es Reagan. Pero déjenme decirles algo que la gente quizá no vaya a creer: tengo miedo al público. Cuando estoy por hablar en público, paso por un momento de tensión. No me gusta dar discursos. Lo considero como una responsabilidad, una tarea delicada, una meta que lograr. Las concentraciones enormes son difíciles. Puedo tener las ideas básicas --lo podria llamar el guión mental de las ideas esenciales--y más o menos el orden en que las voy a exponer. Pero desarrollo las ideas--las palabras, las frases y los modos de expresión--durante el discurso mismo. La gente prefiere eso a un discurso escrito. Me parece que les gusta presenciar la lucha de un hombre, sus esfuerzos por elaborar sus ideas.
P.: ¿Porqué no fue al funeral de Chernenko?
F.C.: Mire, estuve en el funeral de Brezhnev; estuve en el funeral de Andropov; estuve en los últimos dos Congresos del Partido Soviético, es decir, casi todas las más importantes ocasiones de ese tipo que han tenido lugar en la URSS. Hay que tener en mente que la distancia entre Cuba y la Unión Soviética es grande los otros paises socialistas están a dos horas de Moscú, a veces menos. Ahora, la muerte de Chernenko--un hombre a quien estimaba mucho, a quien había conocido por cierto tiempo y que era muy amigable hacia Cuba--ocurrió en un momento en que tenia una cantidad enorme de trabajo. El día de su muerte habíamos concluido un congreso femenino al cual había dedicado varios días de intenso trabajo. Le voy a decir algo más, ya que me obliga. Entre el fin del Congreso de la Federación, donde di el discurso de clausura--eso era en la noche del viernes--y las ocho de la mañana del domingo, trabajé por 42 horas consecutivas. Sin descansar o dormir. Como tenía otros visitantes en la ciudad en los días siguientes y me preocupaba hacerlos esperar--ustedes son testigos excepcionales del hecho de que no ahorro tiempo ni energia atendiendo a los visitantes, indiferentemente de sus afiliaciones políticas--decidi pedirle a mi hermano Raúl que me representara en el funeral. Cumplir con una obligación formal no es la única manera de demostrar afecto, aprecio y respeto por un amigo. Le puedo decir con toda sinceridad, nuestras relaciones con la Unión Soviética son excelentes mejor que nunca; y precisamente por esa confianza que tienen en nosotros y la que tenemos en ellos, sabía que entenderían.
P.: Lo que los soviéticos sienten por us ted es una cosa, pero no es ningún secret que las actitudes en los Estados Unidos se han endurecido en Washington en años recientes. El presidente Reagan lo ha caracterizado como un dictador militar despiadado, que gobierna Cuba con mano de hierro. Hay muchos estadounidenses que están de acuerdo con él. ¿Cómo contesta?
F.C.: Pensemos en su pregunta. Un dictador es alguien que toma decisiones arbitrarias por su cuenta, alguien que esta por encima de las instituciones, por encima de la ley, y que no está sujeto a ningún control, sino a su propia voluntad y a sus caprichos. Si ser un dictador quiere decir gobernar por decreto, entonces se podría usar ese argumento para acusar al Papa de ser un dictador. Sus amplias prerrogativas para gobernar el Vaticano y la Iglesia Católica son bien conocidas. Yo no tengo esas prerrogativas. Y, sin embargo, a nadie se le ocurriria decir que el Papa es un dictador. ¡El presidente Reagan puede tomar decisiones terribles sin consultarle a nadie! A veces puede tener que cumplir con los requisitos formales de conseguir la aprobación del Senado para un nombramiento de un embajador, pero Reagan puede ordenar una invasión, como aquella contra Granada, o una guerra sucia, como aquella contra Nicaragua. Puede inclusive hacer uso de las claves que lleva en ese maletin que siempre carga para desatar una guerra termonuclear que significaria el fin de la raza humana. ¿Si no, para qué tiene el maletin? ¿Para que tiene las claves? Es de suponer que Reagan puede tomar la decisión de desatar una guerra termonuclear sin consultarle al Senado o a la Cámara de Representantes, sin consultarle al gabinete. Y eso es algo que significaria el fin de la raza humana. Ni siquiera 105 emperadores romanos tenian ese tipo de poder.

P.: Pero, Sr. Presidente, ¿no gobieRna usted, de hecho, por decreto personal? ¿No toma usted todas las decisiones de Estado importantes?
F.C.: No. Yo no lomo las decisiones totalmente solo. Juego mi papel de líder en un equipo. En nuestro país, no tenemos una institución similar a la Presidencia de los Estados Unidos. Aqui, todas las decisiones básicas--todas las decisiones importantes--se analizan, discuten y adoptan colectivamente. Yo no nombro ministros o embajadores, ni siquiera nombro a los funcionarios públicos de mas bajo rango en el país, porque existe un sistema de seleccionar, analizar, nominar y nombrar esos funcionarios. Sí tengo, en efecto, autoridad, tengo influencia. Pero mi única prerrogativa real es hablar ante el Comité Central, ante la Asamblea Nacional, ante la opinión pública. Ese es el poder principal que tengo, y no aspiro a ningún otro. No quiero ni necesito ningún otro. Esas son las condiciones en que un líder politico en nuestro país debe trabajar. No creo que ninguna de éstas concuerde con la idea de un dictador, que viene del verbo dictar--uno que siempre está dictando órdenes de todo tipo. Yo no actúo asi, ni tengo el poder de hacerlo. Yo no doy órdenes, yo razono. Yo no gobierno por decreto, ni puedo hacerlo. Durante la guerra dirigi un ejército; en una guerra, debe ser así. Tiene que haber ese tipo de responsabilidad --durante la Segunda Guerra Mundial, Eisenhower tenia la responsabilidad y el poder de tomar decisiones--pero, desde el momento en que nuestro movimiento se organizó, mucho antes del ataque al Cuartel de Moncada el 26 de julio de 1953, teníamos dirección colectiva; durante la guerra, nuestro movimiento tenia dirección colectiva, y cuando la guerra terminó, inmediatamente organizamos un gobierno colectivo para el pais. Estos principios se han conservado intactos a través de los años. Sinceramente creo que el Presidente de los Estados Unidos tiene mucho más poder y más capacidad de dar órdenes directas y unilaterales. Si su poder incluye algo tan monstruosamente antidemocrático como la habilidad de ordenar una guerra termonuclear, les pregunto yo, entonces, ¿quién es mas como un dictador: el Presidente de los Estados Unidos o yo?.
P.: Sin embargo, los estadounidenses perciben una marcada diferencia entre las libertades personales en un país del oeste y aquellas permitidas en Cuba.
F. C.: Yo creo que la concepción de la libertad es muy diferente en Cuba y en los Estados Unidos. Por ejemplo, más de 1.000.000 de niños han desaparecido en los EE.UU. Junto a sus millonarios tienen pordioseros. Nosotros no tenemos ni niños abandonados ni mendigos sin hogar.
Ustedes siempre hablan de libertades.
Desde su Declaración de Independencia han hablado de libertades. Nosotros también consideramos que todos los hombres nacen iguales. Pero cuando Jorge Washington y los otros crearon la independencia de los EE.UU., no liberaron a los esclavoshace poco, un atleta negro estadounidense no podía jugar beisbol en las Grandes Ligas. ¿Y ustedes llaman a su país el más libre del mundo? El país más libre del mundo también extermino a los indios. Ustedes mataron más indios que Búfalo Bill mató búfalos. Desde entonces, ustedes se han hecho aliados de los peores tiranos de la Argentina y Chile, han protegido a Suráfrica, han usado a los peores asesinos del mundo para organizar la rebelión de los contras ¿y el de ustedes es el país más libre del mundo? ¿Cuál es la bandera de la libertad que realmente está defendiendo los EE.UU.? Bueno, si uno es un comunista en los Estados Unidos ¿dónde estan sus libertades? ¿Puede trabajar en el Departamento de Estado, en cualquier oficina del Estado? ¿Puede hablar abiertamente por la televisión? ¿En cuáles periódicos puede escribir? Podemos ser criticados en Cuba, pero al menos estamos más limpios que ustedes. Nuestro sistema es más Impio, porque no pretendemos que somos lo mejor de la libertad.
P.: De hecho, un comunista puede hablar abiertamente en los EE. UU. En los EE. UU. la gente tiene la libertad de decir lo que quiera
F.G: Puede decir lo que quiera, pero no tiene dónde decirlo, a menos que pueda pagar. Si uno no es dueño de un periódico o de un imperio de comunicaciones, no le hacen caso. He leído cómo un senador de derecha ha tratado de comprar la CBS para echar a Dan Rather, y Rather no es comunista. Pero lo quieren callar. Admito que hay algunos escritores y periodistas brillantes, que escriben en favor y en contra del capitalismo, y pueden hablar por televisión, pero un comunista que quiere predicar el comunismo, que quiere cambiar su sistema, no aparece en ningún periódico importante o en las grandes cadenas de televisión.
P.: Se ha especulado sobre cuándo se volvió usted marxista. Algunos han dicho que sólo fue cuando se tomó el poder y que fue empujado hacia el comunismo por la hostilidad de Washington. Pero parece que usted salió de la cárcel ya comunista.
F.C.: No. Yo era marxista antes de entrar a la cárcel. Antes de nuestra derrota en Moncada, por la cual fuí a la cárcel, yo ya tenía las más profundas convicciones. Las había adquirido más temprano, leyendo libros sobre el socialismo. Yo ya era un comunista utópico. Me convenci de la irracionalidad, la locura del capitalismo al estudiar su economia. Estaba en el segundo año de derecho cuando me senti atraído por las teorías de Marx. No tenía el conocimiento que tengo hoy, pero si no hubiera tenido una orientación marxista, no habría concebido la lucha contra Batista.
P.: Recientemente ha sido reportado que Cuba ha expandido dramáticamente sus defensas. Después de todos estos años, ¿aún le teme a un ataque o una invasión por parte de los EE.UU.? ¿Cree que es una posibilidad real?
F.C.: (Muy intensamente) No es un secreto que hemos aumentado nuestra capacidad defensiva considerablemente en los últimos cuatro años. No sólo eso, hemos revolucionado el modo de pensar sobre defensa. En estos cuatro años, hemos incorporado más de 1.500.000 hombres y mujeres en las defensas del país, además del ejército y las reservas; hemos entrenado a decenas de miles de padres; hemos preparado todo tipo de escenarios de agresión contra Cuba, aun en las circunstancias más adversas, la población está organizada, aun en los rincones más remotos de Cuba, para luchar en todas las circunstancias, aun en estado de ocupación. ¿Por qué hemos hecho esto? Obviamente, no como deporte, no por placer ni por el amor a las armas. Yo hubiera preferido decir, como Hemingway, "Adiós a las armas". Ha sido en respuesta a una politica abierta y declarada de fuerza y amenazas contra Cuba implementada por el gobierno de los EE.UU.
P.: ¿Usted cree que los EE.UU. intervendrán militarmente en Nicaragua?
F.C.: No descarto la posibilidad de una intervención militar. Es obvio que la administración Reagan es obsesiva con Nicaragua. Para ser más precisos, el Presidente de los EE.UU. tiene una actitud obsesiva y un alto grado de compromiso personal en este asunto, lo que podria llevar--en cierto momento--a una intervención directa. Es evidente que la administración se ha venido preparando para ese fin; ha construido nuevas pistas de aterrizaje en Honduras y ha reconstruido y ampliado tres pistas viejas; ha construido instalaciones militares terrestres y maritimas, centros de entrenamiento y tropas numerosas; los ejercicios militares y las maniobras tienen como objeto la creación de las condiciones para una invasión a Nicaragua, si la decisión se toma alguna vez.
Ahora es posible: tanques, vehículos blindados, todos los requisitos militares están listos.
P.: ¿Usted cree que la administración Reagan realmente no quiere una solución pacífica en Nicaragua?
F.C: El objetivo de la administración Reagan en relación con Nicaragua es aplastar la revolución sandinista en relación a El Salvador, exterminar al último revolucionario; más generalmente, destrozar de una vez por todas el espíritu de rebelión en este pueblo centroamericano.
Es como si la administración Reagan quisiera enseñar una lección inolvidable para que nadie en América Central o en Latinoamérica vuelva jamás a pensar en rebelarse contra las tiranias que sirven los intereses de los EE.UU., contra el hambre y la explotación, para que nadie vuelva a luchar por la independencia y la justicia social.
P.: Washington diría que no es como gobiernan los cubanos y los nicaraguenses su propio país lo que constituye una amenaza, sino su política defomentar la revolución en otros países.
F.C.: Alguna vez dije que Cuba no tiene cohetes nucleares, pero sí tiene cohetes morales. Si los Estados Unidos se sienten amenazados por el altruismo y el sacrificio de los maestros y doctores cubanos en otros países, quizá tengan razón en sentirse amenazados, porque estos trabajadores están expresando una moralidad que es superior. Si quieren temerle a nuestras ideas, entonces diré si, tienen razón en temerles, por eso es que tantas mentiras tienen que ser inventadas. Pero decir que representamos un peligro fisico para los EE.UU., eso es absurdo. ¿Cómo pueden los cubanos representar una amenaza a un país que tiene 16 ó 17 portaaviones, 300 bases en el mundo, miles de 8 nucleares? ¿Cómo puede un pais del Tercer Mundo que no produce aviones ser una amenaza para un país que está pensando en defensas de guerra de las estrellas? Es ridículo, es lavado cerebral.
P.: Y en Cuba, ¿podría alguien escribir contra su sistema en sus periódicos?
F.G: No, un contrarrevolucionario no puede escribir en nuestros periodicos. En contra de nuestro sistema no puede escribir. Pero esto es exactamente lo que ocurre en los EE.W., sólo que nosotros somos honestosIo admitimos. Ustedes dicen que son el mejor modelo de la libertad que ha existido. ¡Cuando yo vea un comunista escribiendo en The New York Times o en The Washington Post, o hablando en la CBS, les prometo que abrire las puertas a todos los contrarrevolucionarios para que puedan escribir en nuestros periódicos! Pero den ustedes el ejemplo primero.

P.: La historia de las relaciones entre Cuba y los EE.UU. es bastante mala. ¿Qué tanto han empeorado desde que Re agan subió al poder?
F.C.: Considerablemente. El, obviamente, ha reforzado el embargo contra nosotros. Después puso fin a los viajes privados a Cuba, algo que se habia restablecido hacia varios años. También puso en práctica un sistema incesante y tenaz para obstaculizar todas las operaciones económicas y comerciales de nuestro país.
No sé cuánta gente haya en los EE.UU.
dedicada a recoger información sobre todas nuestras operaciones comerciales, para tratar de impedir que podamos vender nuestros productos, para impedir las ventas del niquel de Cuba a cualquier pais occidental, y para tratar de trancar los créditos a Cuba y hasta el refinanciamiento de nuestra deuda. Cada vez que refinanciamos la deuda con varios banqueros, los EE.UU. preparan documentos que mandan a todos los gobiernos y bancos. Los EE.UU. no limitan el embargo al comercio entre Cuba y los EE.UU., prohibe inclusive el comercio de medicina, una cosa vergonzosa. Ni siquiera una aspirina puede venir de los EE.UU., está legalmente prohibido, farmacéuticos que pueden salvar una vida están prohibidos; ningún equipo médico puede ser exportado de los EE.UU. a Cuba, y el comercio está prohibido en ambas direcciones. Los EE.UU. también extienden el embargo por todo el mundo como parte de su politica de hostigamiento incesante, vergonzoso e infame de todas las operaciones económicas cubanas. La única razón por la cual no interviene en nuestro comercio con otros paises socialistas es porque no puede. Esa es la verdad.
P.: ¿Para aliviar las tensiones, estaría usted dispuesto a reunirse con el presidente Reagan, sin una agenda predeterminada? F.C.: (Muy cuidadosamente, después de varios intentos en falso) En primer lugar, le deberían preguntar al Presidente de los EE.UU. Yo no quiero que se diga que estoy proponiendo una reunión con Reagan. Sin embargo, si quieren saber mi opinión, yo no creo que sea muy probable; pero si el gobierno de los EE.UU.
propusiera una reunión de ese tipo, un contacto de ese tipo, nosotros no pondríamos obstáculos.
P.: El secretario de Estado, George Shultz, alega que hay pruebas de una conexión para el tráfco de drogas entre Cuba y Colombia. ¿Cuál es su reacción?
F.C.: Uno de los diez mandamientos dice: "No dar falsos testimonios ni mentir". Habria que recordarle a la administración Reagan constantemente ese mandamiento. Además, creo que el Congreso de los Estados Unidos y el pueblo americano merecen más respeto.
Es absolutamente imposible que los Estados Unidos y el Departamento de Estado tengan la más mínima prueba de esa indole, (Se pone de pie y va y viene con evidente disgusto). ¡Yo considero que estas son acusaciones sucias, infames, una forma deshonesta de hacer politica externa! Durante estos últimos 26 años, la trayectoria de Cuba en este sentido ha sido intachable porque lo primero que hizo la revolución en nuestro país, donde en una época las drogas se usaban, vendían y producían libremente, fue erradicar el problema. Se tomaron medidas estrictas para destruir las siembras de marihuana y se impusieron castigos fuertes para toda forma de producción y tráfico de estupefacientes. Desde la victoria de la revolución durante 26 años, no han entrado drogas a Cuba ni se han ganado dineros por drogas que vengan de cualquier otro lugar. Durante los 26 años de la revolución, no sé de un solo caso en que un funcionario haya tenido algún tipo de participación con el tráfico de drogas, ni uno solo. Me pregunto silo mismo puede decirse de Estados Unidos o de cualquier otro país latinoamericano o del Caribe o del resto del mundo occidental.
P.: El secretario Schultz ha dicho que Cuba tácitamente permite el tráfico de drogas al tolerar sobrevuelos de los contrabandistas en aviones livianos.
F.C.: Miren, nuestro pais es el lugar más temido por los contrabandistas. Evitan a toda costa aterrizar en Cuba y cualquier tipo de escala en nuestras aguas, porque tienen amplia experiencia sobre las consecuencias y las estrictas medidas que se aplican en nuestro pais. Nuestra isla tiene un eje este-oeste en el Caribe y más de 1.000 kilómetros de largo, pero en ciertos lugares tan sólo 50 kilómetros de ancho. Es fácil atravesarla en pocos minutos y volver a la jurisdicción internacional.
El radar muy frecuentemente detecta blancos en el espacio aéreo que se acercan o salen de nuestro territorio. Los aviones de espionaje de los Estados Unidos hacen esto prácticamente a diario, aun sin penetrar en nuestro espacio aéreo; con cierta frecuencia tienen naves muy sofisticadas que vuelan a 30 kilómetros de altura y a 3.000 kilómetros por hora. Yo supongo que esos aviones no llevan drogas. Las pequeñas naves no militares violan nuestro espacio aéreo con cierta frecuencia y no le hacen caso alguno a nuestros interceptores. Tener que decidir si se dispara contra una nave no armada civil es un asunto grave, trágico. No hay forma de saber quiénes son sus ocupantes. Un avión en vuelo no es como un automóvil en la carretera, que puede ser detenido, identificado y requisado. Los ocupantes pueden ser contrabandistas, pero también pueden estar extraviados de rumbo o tratando de ahorrar combustible con una ruta más corta. Puede tratarse de familias, periodístas, negociantes o aventureros--categoria dentro de la cual caen muchos en los Estados Unidos--que temen aterrizar y ser detenidos en Cuba. Aunque hay un bloqueo de los Estados Unidos y Cuba no tiene ninguna obligación de colaborar con los Estados Unidos en éste o ningún otro problema, Cuba se ha convertido en guardián contra el tráfico de drogas en el Caribe, como asunto de respeto por si misma, como simple cuesti6n de prestigio y rectitud moral. ¿Sera justo que el tratamiento que se nos da a cambio sea esta acusación infame de que Cuba participa en el tráfico de drogas?

P.: ¿Por qué cree usted que se han proferido acusaciones tan duras en el transcurso de los años? ¿Por qué cree que los dirigentes norteamericanos y, hasta cierto punto, el público, han tenido una actitud implacable contra Cuba y contra usted?
F.C.: En primer lugar, básicamente no se trata de una actitud negativa contra Cuba y contra Castro sino fundamentalmente de una actitud antisocialista antirrevolucionaria y anticomunista. El hecho es que durante los últimos 100 años en los Estados Unidos, en Europa y en el resto del mundo se ha fomentado este sentimiento anticomunista en las masas por todos los medios posibles; la indoctrinación anticomunista comienza prácticamente cuando nace un niño. Lo mismo sucedía en nuestro país: se hacia una campaña constante en los periódicos, revistas, libros películas, televisión, radio e incluso la literatura infantil, que iba encaminada en esa misma dirección--crear ideas y perjuicios hostiles contra el socialismo.
Me estoy refiriendo, naturalmente, a la revolución socialista y no a la palabra tan trillada de socialismo, que tantos partidos burgueses han utilizado como algo elegante para tratar de disfrazar un capitalismo anticuado y vestirlo con nuevos ropajes.
P.: Los críticos en la administración Reagan arguirían que usted tiene que usar medidas crueles y punitivas para imponer su tipo de sistema socialista en Cuba.
F.C.: En cuanto a crueldad, yo creo que la gente más cruel del mundo es la que se muestra indiferente ante la injusticia social, la discriminación, la desigualdad y la explotación de los demás; son personas que no reaccionan cuando ven un niño descalzo, un pordiosero en la calle o millones de hambrientos. Yo honradamente creo que la gente que ha gastado su vida luchando contra la injusticia y la opresión, al servicio de los demás, combatiendo por los otros y practicando y predicando la solidaridad, no puede ser cruel.
Yo diría que lo que realmente es cruel es una sociedad, por ejemplo la sociedad capitalista, que no solamente es cruel en sí, sino que obliga al hombre a ser cruel. El socialismo es exactamente lo contrario.
Por definición, muestra confianza y fe en el ser humano en la solidaridad entre los hombres, en la hermandad y no en el egoísmo, la ambición, la competencia o la lucha. Creo que la crueldad nace del egoísmo, la ambición, la desigualdad, la injusticia, la competencia y la lucha entre seres humanos.
P.: Volviendo a laforma en que se considera a Cuba en los Estados Unidos, es pecíficamente...
F.C.: Realmente, se podria hacer un estudio sobre cuánto espacio, cuánto papel, cuántos medios han sido empleados contra Cuba. Pero pese a sus inmensos recursos tecnológicos y de comunicaciones, y digo esto con tristeza, los americanos son uno de los pueblos con menor grado de educación política y con peor información sobre las realidades del Tercer Mundo, de Asia, Africa y América Latina. Es esto lo que hay verdaderamente en todo este sentimiento anti-Cuba, anticastrista la parte anti-Castro. Ahora, también quiero indicar que hay una amplia minoria en los Estados Unidos que piensa, que tiéne un alto nivel cultural y político, que sabe lo que pasa en el mundo pero no son representativos del ciudadano promedio.
Además, sé a ciencia cierta que hay muchos ciudadanos de los Estados Unidos que no se dejan embaucar por esta fobia, por estos prejuicios y por estos sentimientos anticubanos. Por otra parte, quiero recordarles lo siguiente: hace veinte años, se decían horrores, cosas terribles sobre China, sobre Mao Tse Tung, sobre el comunismo en China, sobre la amenaza roja o toda suerte de amenazas inconcebibles que supuestamente representaba China.
La prensa a diario decía lo peor acerca de China. Sin embargo, las cosas ya no son así. La prensa ya no está repleta de insultos contra el gobierno chino y la República Popular de China. Muy por el contrario, hay excelentes relaciones diplomáticas, inversiones y un creciente comercio.
Y, sin embargo el proceso no comenzó con la China actua;, sino con h China de Mao Tse Tung en la época de la revolución cultural, en un momento en que una forma extremada de comunismo se predicaba y aplicaba en la China. Ahora, hasta Reagan ha visitado la Gran Muralla y no hay sino que ver cómo ha cambiado todo. Y ¿por qué? ¿Pueden decirme por qué? Ahora hay incluso dos tipos de comunistas: los comunistas malos y los comunistas buenos. Sin lugar a dudas, nosotros hemos quedado clasificados como los comunistas malos y yo soy el prototipo. Pues bien, Mao Tse Tung estuvo en esa categoría durante mucho tiempo.
P. ¿Qué se necesitaría para cambiar su imagen de un comunista malo a un comunista bueno?
F.C.: Lamentablemente, si cambiar el concepto de un comunista malo a un comunista bueno supone que debamos dejar de denunciar lo que nos parece incorrecto, de prestar nuestra ayuda a causas que nos parecen justas, que debamos romper nuestros lazos de amistad con los soviéticos, que nos volvamos antisoviéticos para ser comunistas buenos, aceptables y ser vistos con beneplácito por los Estados Unidos, eso jamás va a ocurrir. Si algún día Estados Unidos cambia su concepto acerca de Cuba y si la opinión pública tiene la posibilidad de enterarse de la verdad, tendra que ser por su capacidad de darse cuenta de que ni Castro ni el pueblo de Cuba son oportunistas, veletas, gente que puede comprarse.
P.: ¿ Y usted cree que Estados Unidos trata al resto de América Latina como si se pudiera comprar?
F.C.: Estoy convencido de que esta política de los Estados Unidos hacia la América Latina, la idea de actuar como dueño y señor de los pueblos de este hemisferio, con total desprecio hacia los pueblos del hemisferio, es algo patente en todo, en las cosas más sencillas, en los discursos, anécdotas y cuentos, en los brindis que se hacen, en los contactos con los dirigentes latinoamericanos. Yo tengo la impresión de que cuando Colón, Cortés, Pizarro y los conquistadores europeos llegaron a este continente, trataban a los indios casi de la misma forma y con la misma filosofia, que incluia el trueque de espejos y otras baratijas por oro. Esta es la actitud estadounidense. Yo la noto, la siento. Y no cuando hablan conmigo, porque conmigo ninguno de esos visitantes puede hablar así.
·Además, los visitantes que yo recibo generalmente son un tipo de persona diferente, ¿verdad? Pero cuando yo examino la relación de los presidentes de los Estados Unidos y sus relaciones con la América L