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Tensión en la Corte

La captura de dos sicarios en el vecindario de tres magistrados puso en alerta a la Corte Suprema de Justicia sobre la posibilidad de un atentado. Podría ser una falsa alarma, pero la seguridad fue extremada

6 de marzo de 2010

Esta semana se prendieron las alarmas en la Corte Suprema de Justicia por un supuesto plan criminal contra tres de sus magistrados. Pero la historia es compleja. Desde hace cuatro meses un grupo elite del CTI y la Dijín le seguían los pasos a una banda de sicarios que estaba a punto de atentar contra un ganadero. Cerca de 30 agentes que trabajaban día y noche, avanzaban en un plan que permitiría desarticular toda la organización criminal. Para ello diseñaron un delicada operación y tomaron las prevenciones necesarias. Una de ellas fue informarles a un magistrado y a su equipo de seguridad del operativo que se desplegaría en un perímetro cercano a su residencia. En ese momento se advirtió que en el sector vivían otros dos magistrados. Pero el jueves, cuando el CTI capturó a dos integrantes de la banda, la información que trascendió a los medios era que se trataba de un inminente atentado contra los magistrados. La Corte produjo un vehemente comunicado en el que señaló que “no se trata de un episodio cualquiera”. Este incidente, sin embargo, coincide con varias amenazas recibidas por la Corte y con informaciones dadas por un desmovilizado conocido como ‘Bam-bam’, quien en una audiencia dijo que se estaba preparando un atentado contra el alto tribunal. Por eso, aunque los magistrados no estuvieron en inminente riesgo, su seguridad fue reforzada y el general Óscar Naranjo se comprometió a revisar las medidas de protección con que cuentan los miembros de la Corte Suprema.