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ENTREVISTA

“Un gay podría ser un santo”

SEMANA habló con monseñor Juan Vicente Córdoba, quien sorprendió por la forma en que se refirió a los homosexuales.

16 de mayo de 2015

El exsecretario de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Juan Vicente Córdoba, sorprendió al país la semana pasada con la excesiva frescura con que se refirió a los homosexuales durante un foro en Bogotá.

Semana: Según sus palabras, nadie sabe “si alguno de los discípulos de Cristo era mariconcito”. ¿Cómo así?


Juan Vicente Córdoba: Las frases sacadas de contexto son ambiguas. Yo dije que no sabemos si alguno de ellos fue homosexual, porque eso a Jesús no le interesó.

Semana: ¿No debería tener más cuidado con las palabras que usa?

J. V. C.: Utilicé un lenguaje de cercanía, pero acepto que era mejor no usar esos términos pues puede dañarse el mensaje de fondo. Pido disculpas si hirieron a las personas o hicieron daño a su fe.

Semana: ¿Y cuál era el mensaje?

J. V. C.: Di un ejemplo para que la gente entienda el mensaje de la misericordia. Jesús no condenó a María Magdalena por ser prostituta o a Judas por suicidarse. Él no vino a juzgar sino a salvar. Jesús no se quedó en la casuística.

Semana: ¿Aceptaría Cristo a un sacerdote gay?

J. V. C.: Sí. Y si evita la tentación, puede ser incluso un santo. Por tener esa tendencia sexual nadie está condenado a estar alejado de Dios. El sacerdote que sea homosexual debe vivir en castidad, y si no lo hace, la Iglesia debe intervenir para que deje el ministerio sacerdotal.

Semana: Frente al aborto y la eutanasia usted no es tan liberal como frente a los homosexuales. ¿Por qué?

J. V. C.: Mi apertura no tiene que ver con que yo esté de acuerdo con el matrimonio o la adopción gay. Yo me ciño a la doctrina de la Iglesia. Pero esas posturas no implican que yo no los trate con respeto. Así no estemos de acuerdo, hay que tratar con caridad a quien aborta o quiere la eutanasia.

Semana: Pero más allá de los principios católicos, ¿no cree que la gente tiene derecho a tomar sus propias decisiones?

J. V. C.: Sí, pero nadie nos puede pedir que vayamos en contra de nuestros principios. Si el Estado acepta la eutanasia, debe poner los recursos para que esto se haga en sus hospitales y no en los nuestros. También los católicos tenemos derecho a la objeción de conciencia.

Semana: Usted parece más moderado que el procurador. ¿Por qué piensan tan diferente?

J. V. C.:
Las definiciones de él son más radicales porque están apegadas a la ley. Las de un pastor no. Nosotros debemos mostrar claridad en la doctrina, pero también mucha caridad y amor pastoral. Él se basa en la Constitución y en las leyes, que son claras y no se basan en intervenciones de misericordia.

Semana: ¿Pero no le parece peligroso mezclar posiciones religiosas con decisiones políticas?


J. V. C.: Yo nunca he escuchado al procurador proferir alguna sentencia, demanda o declaración diciendo: “Basados en lo que dice Mateo 25:12…”. Él no habla con el catecismo de la Iglesia Católica en la mano, sino con la Constitución.