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HACE 10 AÑOS

Un hombre persistente

El 6 de febrero de 2003, la avioneta en la que viajaba el ministro de Protección Social, Juan Luis Londoño, de Flandes (Tolima) a Popayán no pudo remontar la cordillera y se estrelló.

2 de febrero de 2013

El 6 de febrero de 2003, la avioneta en la que viajaba el ministro de Protección Social, Juan Luis Londoño, de Flandes (Tolima) a Popayán no pudo remontar la cordillera y se estrelló. Solo cinco días después, cuando encontraron los restos, el país se enteró de que había perdido a uno de sus mejores líderes y tal vez al más destacado economista social de su generación. Juan Luis vivía a toda velocidad, como si intuyera que no tenía mucho tiempo por delante. “Solo los exagerados pasan a la historia”, solía decir. En menos de un año como ministro logró que el Congreso le aprobara la Ley 100, que permitió mejorar el acceso a los servicios de salud. Ya entonces advertía lo que hoy es apenas noticia: la necesidad de acabar con los beneficios en las pensiones. Se había formado en una universidad pública y terminó como doctor en Economía de Harvard. Según su tesis, no era cierto que Colombia fuera estructuralmente desigual. Explicaba que la desigualdad se había agudizado en los cuarenta y cincuenta, y tenía claro que “los colombianos somos muy buenos para innovar y somos muy malos para persistir”. Cuando murió, de 44 años, había adoptado “la única teoría en la que ahora creo: se llama LQF, Lo Que Funcione”.