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Álvaro Huertas

Tras la denuncia de la alcaldesa de Bosa, el autoproclamado vocero de los cientos de desplazados que se tomaron el parque principal tuvo que admitir que tiene casa propia, un negocio de cabinas telefónicas y un contrato por siete millones de pesos para brindar refrigerios a los niños del sector.

22 de julio de 2006