Ricardo Leyva
Ni la espectacular presentación del cantante mexicano Alejandro Fernández, tres horas más tarde de lo previsto, pudo borrar la horrorosa organización y logística que se vio en el Autódromo de Tocancipá. De milagro no hubo una catástrofe.
3 de mayo de 2008
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Ni la espectacular presentación del cantante mexicano Alejandro Fernández, tres horas más tarde de lo previsto, pudo borrar la horrorosa organización y logística que se vio en el Autódromo de Tocancipá. De milagro no hubo una catástrofe.