"En Palacio se frunce el ceño solo de tiempo en tiempo"

SEMANA: ¿Cómo asumió usted la designación de alto consejero presidencial en reemplazo de José Roberto Arango?

Juan Lozano: Con una gratitud enorme por la confianza que el Presidente ha depositado en mí y con el más profundo compromiso para servirle a mi país.

SEMANA: Usted va a tener oficina a dos cuadras de la de Lucho Garzón. ¿Le va a dar una mano?

J.L.: Desde el comienzo del gobierno, la instrucción que el Presidente ha dado es trabajar con ahínco con todos los alcaldes y gobernadores sin importar su procedencia política. Y yo seguiré esa línea. Yo quiero que a Bogotá le vaya bien. Todo lo que pueda hacer por la ciudad lo haré con gusto.

SEMANA: En los mentideros políticos dicen que su cargo es el segundo en importancia en el país. De verdad, ¿usted sí cree que su puesto sea más importante que el del Alcalde Mayor de Bogotá?

J.L.: Son cargos muy distintos, con ámbitos de acción distintos y con responsabilidades distintas.

SEMANA: Dentro de sus responsabilidades está la organización del segundo consejo de ministros público que se hará este sábado 17 de julio. ¿Qué se va a ver allí?

J.L.: José Roberto Arango ha hecho una tarea maravillosa en la preparación de ese consejo en el que vamos a ver un presidente jugado a fondo por su patria, con las riendas bien tomadas de un gobierno que aprendió a trabajar, trabajar y trabajar.

SEMANA: ¿El consejo tendrá el mismo formato del año anterior?

J.L.: Conserva los aspectos básicos. Aunque en esta ocasión cada ministro hará un balance de su gestión en un video de 10 minutos y luego la gente podrá preguntar no sólo por teléfono sino también con un chat a través de Internet. Vamos a utilizar toda la tecnología para que el país se informe de la tarea del gobierno: por ejemplo, a través de la pagina oficial de la Presidencia se transmitirá en directo tanto con audio como con video.

SEMANA: Finalmente, hay quienes dicen que a este gobierno le falta sentido del humor. ¿Usted cómo ve a la gente en Palacio?

J.L.: Por el contrario, aquí todos son muy queridos. Lo que pasa es que la inmensidad de los desafíos hace fruncir el ceño de tiempo en tiempo.