“Habrá comida, pero no barata”

Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, explicó por qué la comida está cara, aunque descarta que haya escasez.

26 de abril de 2008

Semana: Nadie ha podido entender si al fin va a haber o no escasez de comida.
Rafael Mejía: Hace varios meses el mundo, y por supuesto Colombia, está sufriendo un reacomodo del sector agropecuario. Eso significa que habrá alimentos mientras sea rentable producirlos.

Semana: Pero hasta en Estados Unidos e Inglaterra están racionando la venta de algunos productos.
R.M.: El alza y la escasez de los alimentos ha estado marcada por varios factores. Primero, la demanda de biocombustibles, especialmente a base de cereales. Segundo, la mayor demanda de alimentos por parte de China, India, Brasil, Turquía o Vietnam. Tercero, el mayor valor del petróleo ha encarecido mucho los insumos agropecuarios y el transporte. Cuarto, el calentamiento global está cambiando los ciclos, y quinto, la revaluación del peso está encareciendo los productos importados.

Semana: Pero ¿va a haber escasez de algún producto?
R.M.: Escasez de alimentos no va ha haber, pero las personas deben entender que el 97 por ciento del trigo, el 67 por ciento del maíz amarillo y buena parte de la cebada y los cereales son importados, y esos no los puede controlar nadie, es un problema de la oferta y la demanda mundiales.

Semana: ¿Es decir que ahora el pan no se puede cambiar por la arepa?
R.M.: La arepa se hace de maíz blanco, y hay suficiente en el país para satisfacer el mercado.

Semana: ¿Eso significa que vamos a seguir teniendo problemas con la harina?
R.M.: Cuando se depende de un producto importado, que ha subido más de 80 por ciento, es necesario cambiar hábitos de consumo o reemplazar parte del trigo con arroz o quinua. Estamos buscando alternativas, pero yo creo que el trigo va a reaccionar rápidamente y va a satisfacer la demanda mundial. Pero mientras no haya un gran subsidio del gobierno, esos productos no van a bajar.

Semana: ¿Esta no es una oportunidad para reactivar el campo?
R.M.: Sí, y vamos a hacerlo, pero el trigo y la cebada requieren grandes extensiones y tecnologías que por ahora no hay, al contrario de lo que pasa con el maíz o el arroz.

Semana: ¿No está la palmicultura acabando con la producción de alimentos?
R.M.: No, esos cultivos no están tumbando selva ni desplazando campesinos, están usando tierras que estaban dedicadas en su gran mayoría a la ganadería o estaban inoficiosas. Al igual que con los macrocultivos, el gobierno ha trabajado en proteger y promover la agricultura.

Semana: Según usted, ¿qué va a pasar con los precios de los alimentos?
R.M.: Se van a estabilizar, con una moderada tendencia al alza. El país seguirá autoabasteciéndose e incluso exportando algunos productos a los países vecinos y a Centroamérica.

Semana: ¿Qué es más fácil encontrar, un pan de 200 o un campesino feliz?
R.M.: Un campesino feliz.

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