"Imposible cantar un vallenato de un minuto"

SEMANA: ¿No cree que la gente se cansa de su “Buena suerteeeee”?

Silvestre Dangond: Bueno, no sé. Lo que pasa es que es una frase que está muy pegada y puede que a algunos les moleste. Pero es lo normal, lo importante es que hablen de un programa que no ha pasado inadvertido.

SEMANA: ¿Por qué cree que lo escogieron para ser el presentador del programa?

S.D.: Entre tantos castings, y luego de analizar la situación del juego, se dieron cuenta de que necesitaban a alguien acorde con el concurso: sencillo, casero, descomplicado, tranquilo.

SEMANA: ¿Usted sí ha hecho alguna prueba del concurso?

S.D.: Claro, me sé el 80 por ciento de las pruebas. He hecho buena parte de ellas en el programa. Lo que pasa es que intento una vez y me salen.

SEMANA: ¿O sea que usted se ganaría los 300 millones?
 
S.D.: Yo sí creo. De hecho, estoy pensando participar por mi fundación en otra temporada del programa.

SEMANA: ¿Por qué el tic de arreglarse el cuello de la camisa a cada rato? ¿Le toca hacerlo o es una manía suya?

S.D.: Pura manía mía. Desde niño lo hago, incluso en los conciertos. Lo heredé de mi padre. En el programa sigo siendo el mismo Silvestre Dangond de siempre.

SEMANA: ¿Tiene más sabor como cantante de vallenato o como presentador?
 
S.D.: ¡Como cantante, por supuesto! Aunque en el concurso lo único que me falta es cantar, lo mío es el vallenato y el sabor guajiro.

SEMANA: Una vez había un concursante bajito y usted le dijo que parecía de 15 años. ¿A veces no se pasa de burlón con los concursantes?

S.D.: Lo que pasa es que antes de que empiece cualquier programa hablo con los concursantes y agarramos mucha confianza. Les pregunto que si les puedo mamar gallo con esto o aquello. Mi intención no es mortificarlos, sino confianza, seguridad y ¡buena suerrrrrrrrteeeeee!

SEMANA: Usted sigue cantando, ¿cómo combina las dos actividades?
 
S.D.: Claro. Ser presentador no ha entorpecido mi carrera.

SEMANA:¿Prefiere los micrófonos para cantar o para animar?

S.D.: Me siento muy bien y con mucha confianza presentando, pero prefiero el micrófono para cantar. Este fue el don que Dios me dio, que me puso en el corazón. La música es mi vida.

SEMANA: ¿Cómo sería un vallenato de un minuto?

S.D.: No, imposible, toca narrarlo con sabrosura, con un buen acordeón, con unos excelentes arreglos. Al vallenato toca dedicarle más de un minuto, eso dejémoselo al juego.