"Irak es el hoyo negro del mundo"

El prestigioso reportero Jon Lee Anderson habló con SEMANA de su libro 'La caída de Bagdad', recién publicado en Colombia.

20 de agosto de 2005

SEMANA: Algunos críticos califican su último libro de "joya literaria". Debe ser extraño recibir ese halago sobre una obra que narra un holocausto...

JON LEE ANDERSON: Si el halago significa que un lector ha sentido a profundidad lo que narro en el libro, que si es una realidad cruenta, me siento bien.

SEMANA: ¿Qué lo impulsa a usted para escribir sobre las guerras?

J.L.A.: La guerra es muchas veces el eje de la historia, y lo ha sido desde tiempos remotos. Si bien es la alteración violenta, hasta una especie de perversión del comportamiento humano, es una experiencia universal, y siento que no podemos estar ajenos a ello.

SEMANA: ¿Cuál es la fuerza que lleva a un periodista a ir a Irak? ¿A un escenario donde hay una alta posibilidad de terminar muerto?

J.L.A.: No hay respuesta concisa a esta pregunta. Es un cálculo de riesgo, supongo, con una mezcla de compulsión y de sentimiento. Pero, yéndome al terreno periodístico: Irak es el hoyo negro en el mundo actual. En Irak se está definiendo, por bien o mal, un trozo inmenso de nuestro futuro.

SEMANA: ¿El mundo realmente qué tanto sabe de lo que hoy está pasando en Irak?

J.L.A.: Hay una gran parte de lo que está sucediendo en Irak que ni lo comprenden los mismos iraquíes. Es como si una gran caja de Pandora se haubiera abierto, y nos afecta lo que sale de la caja, pero a la misma vez nos deja a ciegas, y no podemos alcanzar a ver lo que está dentro, en el fondo de la caja.

SEMANA: ¿Cree usted que Irak tiene futuro?

J.L.A.: Un futuro sí, eventual, como todos los pueblos, pero aunque llegue a una estabilidad relativa dentro de unos años, este baño de sangre dejará una huella profunda y será por mucho tiempo una sociedad enferma, con muchos clavos que sacar.

SEMANA: Usted es un periodista que siempre habla de honestidad. Brevemente, ¿qué significa esta palabra y cómo influye en su oficio?

J.L.A.: La honestidad significa, aunque duele, contar la verdad de lo que uno vea y comunicarlo; es el deber sagrado del periodista. Si no, entonces, uno es propagandista o publicista. El periodismo no es algo que se debe vender, no se debe traficar con la verdad.

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