“No hacemos de Gran Hermano”

JEFF ALLEN: Los nuevos Centros de Atención al Solicitante de Visa (CAS) van a mejorar y hacer aún más rápido el trámite de las solicitudes para la mayoría de colombianos, pues quienes hayan tenido una visa en los últimos años o tengan una que se vaya a vencer, podrán renovarla en estos puntos sin necesidad de ir a la embajada en Bogotá.

J. A.: Digamos que es un segundo camino. Las personas deben consultar los requisitos por internet y solicitar sus citas como lo venían haciendo antes o ir al centro a pedir una cita. Una vez la obtengan, las personas van para que les tomen las huellas dactilares, entreguen las fotos y completen todo el proceso. La novedad es que quienes cumplan con los requisitos dejan sus pasaportes y a vuelta de correo, entre cinco y diez días, lo recibirán con su nueva visa.

J. A.: En Bogotá y Medellín se concentra el 70 por ciento de las solicitudes de visas. Solo en Antioquia tenemos 150.000 al año, por eso se decidió abrir el centro allá. Sin embargo, quiero aclarar que en Cali, Barranquilla, Bucaramanga y otras ciudades, las personas que cumplan con los requisitos van a poder dejar sus pasaportes en DHL, que hará todo el trámite de renovación sin que tengan que viajar.

J. A.: Las personas que por primera vez solicitan una visa deben ir a una entrevista personal con el cónsul. El trámite es igual, salvo que en Bogotá y Medellín todos deberán pasar primero por los nuevos centros, en donde los nuevos solicitantes podrán recibir una cita incluso para el día siguiente. Esto permitirá ampliar el número de solicitudes de 520.000 a 650.000. 

J. A.: El 80 por ciento de los solicitantes sale con su visa. Esa es una cifra increíble, que demuestra la confianza que tenemos en el crecimiento y fortaleza de este país. Queremos que cada vez más colombianos conozcan Estados Unidos, viajen, hagan negocios con nosotros, que podamos estrechar aún más nuestros lazos. Por eso la gente no debe ingresar con miedo a la embajada.

J. A.: Nosotros usamos algunas bases de datos, pero recibimos la mayor parte de la información de los formularios que llenan las personas. En las entrevistas no hacemos de big brother, así tengamos que hablar detrás de vidrios blindados. Por el contrario, queremos escuchar a las personas, pues es ahí y no antes, cuando el cónsul toma una decisión.