“Lo que está pasando lo escribí hace años”

SEMANA: ¿Por qué no siguió escribiendo sus columnas desde el exilio?
Fernando Garavito: Porque nadie las publica. Soy el único colombiano que no tiene cabida en Colombia para decir lo que tiene que decir, tal vez porque soy el único que dice las cosas como son.
SEMANA: Según eso, ¿no hay ningún columnista en Colombia que valga la pena?
F.G.: Nosotros tenemos grandes columnistas. Lo que pasa es que al mismo tiempo son grandes políticos. Y yo soy (o fui) sólo un columnista.
SEMANA: ¿Qué ha pasado con su vida en estos cinco años de exilio?
F.G.: Mi exilio no es ni mejor ni peor del que viven de 43 de los 44 millones de colombianos, que subsistimos en el afuera de la palabra, de la ética, de la justicia y de los beneficios del sistema económico. Ellos, el grueso de los colombianos, y yo, pasamos las duras y las maduras.
SEMANA: ¿Cuáles son sus ocupaciones actualmente?
F.G.: Pronto terminaré una maestría en literatura hispánica en la Universidad de Nuevo México. Por dos años tuve una columna en The New Mexican, que me valió el Cultural Freedom Award 2006, un premio internacional que otorga Lannan Foundation. Por desgracia, el día en que anunciaron el premio, y sin que los dos hechos se relacionaran, el periódico decidió dar por terminada mi columna.
SEMANA: Y entonces, ¿qué hace ahora?
F.G.: Trabajo en lo que me apasiona: ser maestro de kindergarten. Les enseño a niños de 5 y 6 años no sólo a leer y a escribir, sino a tener una actitud vertical ante la vida.
SEMANA: ¿Qué opinión tiene sobre la actualidad de Colombia?
F.G.: La peor. Seguimos hundidos en una politiquería de corto alcance.
SEMANA: Y, ¿qué piensa de los titulares de prensa de las últimas semanas?
F.G.: Todo lo que se denuncia en este momento ya lo escribí yo durante la primera campaña presidencial de Uribe. Por eso, precisamente por eso, tuve que exiliarme. Siento mucho que las noticias me hayan dado la razón.
SEMANA: ¿Regresará al país?
F.G.: Sí. Espero tener más coraje que García Márquez, quien dijo que no volvería a escribir hasta que cayera el régimen de Pinochet, pero sucumbió a la tentación de los dólares 15 años antes de que esto ocurriera. Anuncié que no volvería hasta que cayera Uribe. Pensé que moriría por fuera, pero ahora veo que mi regreso está cada día más próximo. 
SEMANA: ¿Ha cambiado su opinión sobre Álvaro Uribe?
F.G.: Sí. Él se ha vuelto mucho peor.