"Los dibujos atraviesan todos los muros"

El famoso caricaturista de 'Le Monde' Jean Plantureux, Plantu, ganador de múltiples premios y dueño de un humor negro único, estará la próxima semana en Colombia.

6 de febrero de 2010

SEMANA: ¿A qué se debe su visita a Colombia?

Plantu: Dentro de una serie de actividades organizadas por la Alianza Francesa, estaré en la exposición 'Cartooning for Peace', un movimiento mundial que busca promover la paz por medio de las caricaturas. Además estaré en el Primer Foro Internacional de caricaturista que se realizará en Bogotá.
 
SEMANA: En un mundo tan polarizado, ¿no se está convirtiendo la caricatura en una profesión de alto riesgo?

Plantu: Depende donde trabaje. En Europa hay problemas sobre lo políticamente correcto y sobre los tabúes, pero no hay riesgos. Peligroso ser caricaturista en Colombia, Irán o Argelia.

SEMANA: ¿Cree que el caricaturista tiene más libertad que el periodista para decir la verdad?

Plantu: Sí, y por una razón: nuestra primera lengua no fue el español, ni el francés o el inglés, fue la imagen, y la imagen es una herramienta muy útil para decir, para confirmar, acusar... y para disfrazar la verdad.

SEMANA: Usted dijo una vez que los caricaturistas deben pasar a través de las prohibiciones. ¿Cómo lo logran?

Plantu: Los caricaturistas deben esquivar las prohibiciones. Por ejemplo, en Marruecos, no es posible burlarse de la familia real. Entonces los caricaturistas diseñan una onda que habla y los marroquíes entienden que se trata del rey. Esta es la forma como han podido esquivar las prohibiciones.

SEMANA: ¿Qué busca 'Cartooning for peace'?

Plantu: Yo tengo una expresión: Yo hago como si... Yo hago como si yo cambiara las cosas, como si pudiera hacer la paz en cualquier parte. Los encuentros que hemos hecho en varias partes demuestran que los dibujos son como la música: pueden atravesar todos los muros, los vuelven transparentes.

SEMANA:¿Qué cree que surja de este primer foro internacional de caricaturistas?

Plantu: Quiero aprender el lenguaje de los diseñadores de los países andinos para decir que no somos tan diferentes. Yo he hecho exposiciones en Chile, Paraguay y Argentina, y puedo decir que, sobre todo, comí muchísimo. En una oportunidad la mesera me mostró el corazón de una vaca. Y dijo “corazón”. Lo único que pude relacionar es que era la palabra de muchas canciones que había escuchado. Y entonces dije “¡Qué bella lengua!”. Adoro cantar en español, pero no puedo pedir ni un plato en un restaurante. Esa es otra cosa que quiero mejorar.

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