ENTREVISTA

"Me harté de la industria de la música"

El salsero Yuri Buenaventura habla de por qué dejó su gira por Europa para liderar el Festival del Pacífico que se inicia el jueves en Buenaventura.

8 de octubre de 2011

SEMANA: ¿Por qué está dirigiendo el Festival del Pacífico?

YURI BUENAVENTURA: Hace unos meses, el vigilante de un banco me reconoció y me dijo: ¿por qué las cosas del Pacífico se hacen en Cali? Le dije: porque nosotros no las hacemos. Por eso decidí dedicarme a liderar el festival.

SEMANA: ¿Tanto como para detener su gira por Europa?

Y.B.: Claro. La guerra, el desplazamiento, la demagogia requieren que todos trabajemos por construir y resaltar nuestra cultura. ¿Cómo es que Cali utiliza los recursos públicos para el Petronio Álvarez, solo porque de ahí sale más de un millón de votos? Eso me enferma, más cuando no tienen mar, río, palmeras, hermanos… lo único que tienen es una masa de cédulas.

SEMANA: ¿Por qué es imperdible este festival?

Y.B.: Porque desde hace más de 28 años exaltamos la tradición oral, las artes y oficios tradicionales del Pacífico. Hay espacios para la música, la gastronomía, la literatura, el teatro, la pintura, el cine y hasta un reinado de belleza. Necesitamos que nos visiten para que se enteren de lo delicioso y hermoso que es el festival, vean el mar, las ballenas, los Andes…

SEMANA: ¿Qué planes tiene después de esto?

Y.B.: Seguir mi gira y trabajar en la empresa que monté en Europa, quizá la única de un latino con licencia de producción en Europa.

SEMANA: ¿Por qué se hartó de la industria?

Y.B.: Porque cogía el 93 por ciento de las regalías y no hacía bien la tarea cultural.

SEMANA: ¿Yuri qué tan Buenaventura es?

Y.B.: Yo soy mestizo pero mi etnia es negra. Yo nací es una isla que se llama Cascajal –Buenaventura–, en la montaña Viento Libre. Abajo de la casa donde yo nací había una guaca, un entierro ‘buscajá’, y cuando nací respiré el espíritu del tambor africano y del indígena buscajá. No sé qué tan Buenaventura sea eso.

SEMANA: ¿Cali, Buenaventura o París?

Y.B.: Buenaventura por los negros, Cali por lo salsero, París por lo democrático.

SEMANA: ¿Cuáles son los puntos determinantes en su carrera?

Y.B.: Una noche que se me partió el cuero del bongó y me lo amarré al cuello y me tiré al río Sena de la desesperación, pues la piel del bongó valía como 150 francos y no los tenía ya que vivía en las calles. Otra cosa es el haber amado a Francia y haber mezclado el tambor con la francofonía.

SEMANA: ¿Qué tan difícil fue hacerse a un nombre en Francia?

Y.B.: No me tocó hacer nada más que amar, esperar y continuar.

SEMANA: ¿Quiénes han sido sus maestros?

Y.B.: El pueblo. No hay íconos, solo la expresión de la gente.

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