Entrevista

"No le creo al doctor Uribe"

El sociólogo Orlando Fals Borda, coautor del libro 'La violencia en Colombia', que acaba de ser reeditado, habló con SEMANA.

15 de mayo de 2005

SEMANA: Usted ha estudiado el fenómeno de la violencia la mayor parte de su vida, ¿cómo ve el panorama actual de ésta?

ORLANDO FALS BORDA: La violencia actual es un ciclo que se repite. Por ejemplo, cambie la palabra 'pájaro' o 'chulavita' por paramilitar, es lo mismo, solo que antes mataban con machete y ahora con motosierra.

SEMANA: ¿Qué tanta responsabilidad tienen los gobernantes en esta situación?

O.F.B.: Nuestros gobernantes iniciaron una guerra que hoy no pueden detener, además la guerra es un negocio del cual viven muchos políticos colombianos. Los culpables de la guerra están en el poder y se enriquecen con ella.

SEMANA: ¿Y qué opina de las medidas del actual gobierno para combatir la violencia?

O.F.B.: Yo no le creo al doctor Uribe. El Plan Patriota es un fracaso, 16.000 hombres llevan tres años metidos en la selva sin poder encontrar al Secretariado de las Farc. Mientras tanto, las enfermedades tropicales están minando ese Ejército. Además, es un plan que no es colombiano sino arrodillado ante el gobierno de Bush. A mí como colombiano me da vergüenza ser gobernado por un virrey.

SEMANA: ¿Entonces es imposible derrotar a la guerrilla por la vía militar?

O.F.B.: Hay consenso universal en que a una guerrilla no se le gana con balas. Llevan 40 años diciendo que la están derrotando y vea.

SEMANA: ¿Qué futuro le ve al diálogo con los paramilitares?

O.F.B.: Aunque sé que la vía guerrerista está cerrada para cualquier grupo y que el diálogo es la mejor salida, tengo la sensación de que los paras están jugando con la sociedad colombiana. Son hijos del Estado y no se cansan de abusar de su confianza.

SEMANA: ¿Qué posibilidades tienen las nuevas generaciones de construir un mejor país?

O.F.B.: La juventud de hoy vive engañada. Me da tristeza que vivan en la ignorancia y piensen que se van a salvar bailando los fines de semana. El legado de las generaciones pasadas está incompleto, fue una misión frustrada. Mi esperanza es que los que vienen ahora completen la tarea con persistencia para saber a quién destronar y con berraquera para impulsar nuevas fuerzas, muchas de las cuales están reprimidas pero son muy sanas.

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