ENTREVISTA

“Puedo ser un buen artista”

El exalcalde Antanas Mockus expone en la Séptima Bienal de Berlín una instalación llamada ‘Lazos de sangre’ sobre la violencia por el narcotráfico en México. SEMANA habló con él.

19 de mayo de 2012

SEMANA: ¿Cómo le llegó la invitación de la Bienal?

ANTANAS MOCKUS: Fue totalmente inesperado. Me dijeron: despójese un rato de su vestido de funcionario porque no lo invitamos como exalcalde sino como artista, y haga una obra de impacto político.

SEMANA: Y entonces escogió la violencia en México. ¿Qué le quiere decir a la gente con su instalación?

A.M.: Quiero hacerle un boicot parcial a la cocaína. Quiero convencer a la gente de que durante los 66 días que dura la Bienal consuma menos cocaína y que entienda que toda la cadena para que a alguien le llegue la cocaína a las manos está untada de sangre.

SEMANA: Su madre, la escultora Nijole Sivikas, ¿cree en usted como artista?

A.M.: Un día me dijo: “Usted puede ser como Dalí: puede convertir esto (levanta un celular) en arte siempre y cuando haya una cámara al frente”.

SEMANA: Duro varillazo...

A.M.: Sí, ella suele ser muy dura.

SEMANA: ¿Y usted cree que puede ser un buen artista?

A.M.: Sí, porque lo que hago o digo toca a la gente.

SEMANA: ¿Hace cuánto piensa en el arte como algo que hace parte de su propia vida?

A.M.: Durante mi alcaldía, Bogotá fue gobernada con elementos extraídos del arte. Y cuando me siento arrinconado siempre me pregunto qué haría un artista en mi situación.

SEMANA: Después de la Bienal en Berlín ¿qué viene para usted?

A.M.: Yo tiendo a juzgarme con dureza. Determiné que si esta obra fallaba me declaraba artista fallido.

SEMANA: Su obra condena la violencia en México y a Colombia otra vez el terrorismo la golpeó. ¿Qué reflexión hace?

A.M.: Muchas veces el terrorista no precisa la intención y le conviene que haya especulación. Entonces, al terrorismo hay que decirle ‘no entiendo lo que quiere’, porque buscarle razones es justificarlo.

SEMANA: Complicado no caer en la tentación de las razones y sobre todo, difícil encontrar una ciudadanía solidaria, ¿no le parece?

A.M.: En Colombia la gente entiende la lealtad como algo muy personal. Sociedades más fuertes ponen la lealtad al lado de la institucionalidad. Cuando hay comunidad moral lo que empieza a haber es reproches.

SEMANA: ¿Usted cree que somos parte de una sociedad llena de odio?

A.M.: En el odio la descalificación es entera y la tendencia es a desaparecer al otro. Yo sí creo que en Colombia la gente aplica una especie de pena de muerte simbólica con relativa facilidad. No se da el chance de que la persona explique. Lo que más interesa es descalificar.

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