ENTREVISTA

“Quiero que tengamos más movilidad”

Sonia Verswyvel quedó paralítica en el atentado a El Nogal. Creó un manual para que las ciudades sean adaptadas y la gente se sensibilice.

22 de septiembre de 2007

SEMANA: ¿Qué la motivó a hacer el manual?
SONIA VERSWYVEL: Si yo salgo de la puerta de mi casa, ya no tengo acceso a nada. Tal vez mis piernas no se muevan, pero el resto va a toda mecha.

SEMANA:¿Cómo fue adaptarse a la ciudad?
S.V.: Un desastre. Yo salía, pero como estaba ajustándome a la silla de ruedas, me aburrí... de que me dijeran eres muy nerviosita, pero si me dejaban en una rampa muy inclinada, claro que era nerviosita porque la que se iba a caer era yo. Al principio uno deja que las personas le ayuden, pero uno se va independizando y ya no necesita que le ayuden. Quiero tener una movilidad como en otros países.

SEMANA: ¿Qué ha sido lo más difícil y lo más sencillo del cambio?
S.V.: Esto es un estorbo, pero uno se acostumbra a ella. Lo más difícil es no tener accesibilidad. Sal conmigo y andemos, no se puede. Lo más sencillo, nada. Está uno engrampado aquí, confinado. Mi silla es liviana, pero otras personas no tienen esa posibilidad. Una señora que me enseñó a bajar de los andenes, si se queda en la casa, no tiene con qué comer. No pueden decirme que las cosas están hechas a medias cuando uno necesita salir para vivir.

SEMANA: ¿Qué cambios debió hacer en su cotidianidad?
S.V.: Me mudé hace ocho meses y remodelé toda la casa. Tumbé paredes, amplié las puertas, bajé la cocina, el lavamanos, el espejo, los baños, la salida a la terraza, pero eso es mi casa, salgo y me encuentro con muchos obstáculos. Entro al supermercado y en el espacio de las cajas no pasa la silla, en las tiendas, en los sitios con mostradores altos, el banco.

SEMANA: ¿Conoce algún candidato político que incluya en su plan la discapacidad?
S.V.: Yo creo que todos tienen en cuenta la discapacidad. Es muy importante porque somos el 14 por ciento de la población y eso son votos que ayudan a sensibilizar. Pero insisto en que las propuestas se deben hacer realidad. Las cosas para las personas discapacitadas no implican mayor costo, somos ciudadanos que vivimos en el país, en la sociedad y podemos trabajar.

SEMANA: ¿Por qué los urbanistas en Colombia no tienen en cuenta a las personas discapacitadas?
S.V.: No se dan cuenta de que somos negocio. No son sensibles. Venimos rodeados de familia y amigos que van a utilizar el espacio que están diseñando y lo que nos están ofreciendo.

SEMANA: ¿Qué tan difícil sería adaptar a Bogotá?
S.V.: No es sino ser sensible. Hacer un andén accesible no requiere más dinero. Les da lo mismo hacer ese andén con una rampa para el coche, el caminador, un anciano, el carro de mercado o para una silla de ruedas. Es querer hacerlo. Los nuevos equipos como semáforos pueden llegar con las adaptaciones y existe la norma que obliga a las ciudades.

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