“Un ‘suizo’ puso la bomba del avión de Avianca”

El periodista judicial Juan Carlos Giraldo se lanza en su nuevo libro a contar nueve sorprendentes historias de la mafia y del bajo mundo.

4 de agosto de 2007

SEMANA: Cómo definiría su nuevo libro, ‘De ‘Rasguño’ y otros secretos del bajo mundo’?
JUAN CARLOS GIRALDO: Son nueve historias recogidas en mis años como periodista judicial; crónicas que en su momento fueron noticia y que ahora retomo para revelar los secretos que nunca se conocieron. Busco sacar el rostro humano que hay detrás de las noticias y sorprender a los lectores.

SEMANA: Usted revela por primera vez la forma como pusieron la bomba en el avión de Avianca que salió de Bogotá para Cali en 1989 y explotó pocos minutos después de partir.
J.C.G.: Sí, la historia cuenta cómo los jefes militares del cartel del Medellín, por orden de Pablo Escobar, contrataron a un personaje llamado Darío Uzma para que hiciera volar el avión en el que supuestamente iban a viajar los hermanos Rodríguez y César Gaviria. Lo hicieron sin untarse las manos de sangre, mediante un suizo.

SEMANA: ¿Un extranjero?
J.C.G.: No, ese era un término con el que los jefes sicariales llamaban a un peladito que hiciera una vuelta en la que muy seguramente iba a morir, un suicida. Uzma contrató a un joven de 17 años, a quien le dijeron que iba a hacer una grabación, y no que al activar la grabadora iba a volar el avión en el que murieron 107 personas. Es una historia con mucho fondo humano, de traiciones, en el que terminan traicionando al mismo Uzma, le roban la plata y lo matan.

SEMANA: ¿Cómo logró reconstruir esas historias?
J.C.G.: A partir de expedientes y entrevistas con testigos y protagonistas. Por ejemplo, hice la historia de cómo se logró la paz entre los carteles de Medellín y Cali a partir de las entrevistas que tuve con Nicolás Escobar Urquijo. Este fue quien, luego de que ‘Chepe’ Santacruz fue dado de baja por la Policía en Medellín, se hizo cargo del cuerpo, aunque había sido uno de sus enemigos, le puso su propio smoking de matrimonio y lo llevó en un vuelo charter al Valle. Carlos Castaño terminó de facilitar esa paz.

SEMANA: ¿Qué otras historias tiene el libro?
J.C.G.: Unas más del narcotráfico, como la que narra Hernando Gómez Bustamante, ‘Rasguño’, y otras muy humanas, como la de la muerte anunciada del Flaco Arana, que muestra la forma como el paramilitarismo se consolida en un pueblo, o la historia de Pedro Alonso López, un asesino en serie peor que Garavito, que aún anda suelto.

SEMANA: ¿Todas esas historias darían para escribir cada una un libro?
J.C.G.: Como en Colombia la gente es tan perezosa para leer, lo que estoy haciendo es un nuevo estilo de hacer libros, en el que la gente se pueda leer una gran historia, sorprendente, en pocas páginas.

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