Entrevista

"Yo fui alcohólico"

En conversación con SEMANA, el representante Armando Benedetti da la cara para revelar que estuvo atrapado en el infierno de la adicción.

4 de septiembre de 2005

SEMANA: ¿Por qué cree que el senador Édgar Artunduaga dijo que usted era el primer sospechoso de consumir drogas en el Congreso?

ARMANDO BENEDETTI: Fue una reacción equivocada porque yo le solicité la renuncia al Congreso si no aportaba pruebas. Yo no quiero hablar de la infamia del senador Artunduaga. Creo que la censura social que recibió de todo el país por sembrar un manto de duda es suficiente para dedicarle una palabra más.

SEMANA: Lo cierto es que apenas él hizo ese señalamiento, usted se hizo pruebas para demostrar que ni siquiera se toma una gota de alcohol. ¿Por qué?

A.B.: Porque hace exactamente 10 años que yo ni siquiera en una cena me tomo un vino blanco para acompañar el pescado.

SEMANA: ¿Y eso?

A.B.: Porque yo fui alcohólico y ahora orgullosamente estoy rehabilitado.

SEMANA: ¿En qué momento de su vida fue alcohólico?

A.B.: Empecé cuando era un niño, a los 14 años, y estuve en ese infierno hasta los 27 años. Fue una etapa terrible de mi vida porque el alcohol y las drogas lo único que hacen es llevarlo a uno por una vida de escapismo, lejana a la realidad, que sólo conduce al deterioro de uno como ser humano. Es algo peor que un cáncer.

SEMANA: ¿Peor que el cáncer?

A.B.: El cáncer es una enfermedad temible que afecta al paciente y a su familia. El alcoholismo se lo lleva a uno, afecta a la familia y lo aleja de los amigos y de los compañeros de trabajo. El enfermo de cáncer genera solidaridad, el alcohólico crea rechazo.

SEMANA: ¿Y cómo salió de esa situación?

A.B.: Fue un esfuerzo monumental. No sólo de parte mía, sino de la gente que me quiere. Y así debe ser. Al alcohólico hay que ayudarlo porque es una persona extraviada que necesita que le señalen el rumbo correcto.

SEMANA: ¿Por qué ha decidido contar esto?

A.B.: Porque yo salí adelante. Y mi caso puede servir a miles de colombianos que hoy están ahogados en ese problema y no ven una tabla de salvación. Vivimos en una sociedad machista en la que se asocia alcohol y vicio con el hombre, con el valiente, eso es una tremenda equivocación. Yo no bebo y hoy vivo en un mundo real y, sobre todo, soy un ser humano más tranquilo y feliz.

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