"Yo estuve en la muerte"

SEMANA: ¿Cómo recuerda los años de lucha contra su enfermedad?

RAPHAEL: Con el cáncer yo estuve en la muerte. La operación del trasplante significaba algo muy claro para mi vida, era sí o no, afortunadamente salió sí y ahora recuerdo eso como una experiencia que no pienso volver a repetir, por lo menos en un par de siglos.

SEMANA: ¿Qué papel desempeñó su sensibilidad artística en esa batalla?

R.: La sensibilidad artística ayuda mucho a fortalecer las ganas de vivir. Es una fuerza que te impulsa. A mí personalmente me sirvió para llegar más entero a las manos de los médicos. De todos modos es solo una ayuda, porque por más sensibilidad e ilusión de vivir que tengas, no puedes sobrevivir a una enfermedad tan devastadora si no cuentas con la materia prima que salva vidas: un donante.

SEMANA: ¿Cómo influyó este drama en su vida artística?

R.: Ahora soy un artista más centrado, es como empezar de cero, me siento muy feliz y la gente me recibe muy bien, siento a mi público mucho más entregado que antes. Lo más importante es que estoy más concentrado en la necesidad de quererme y de cuidarme.

SEMANA: ¿Después de esa experiencia le teme a la muerte?

R.: No le temo, si va a llegar que llegue. Lo que sí tengo muy claro es que hay que estar bien preparado espiritualmente para tener defensas con qué rechazarla. Lo importante es vivir plenamente para tener ganas de combatirla el día que se presente. El enfermo que se echa a llorar su desdicha en un rincón, simplemente le facilita las cosas.

SEMANA: ¿Cómo ve el panorama actual de la música romántica?

R.: Hoy en día es muy fácil encontrar buenos intérpretes, en cualquier parte hay artistas con una voz agradable. Veo el vacío más que todo en los compositores, hacen falta artistas que no sólo cuenten su historia sino verdaderos músicos de profesión.

SEMANA: ¿Qué proyectos tiene para el futuro?

R.: Yo no tengo proyectos, yo tengo realidades rotundas. Quiero ver crecer a mis hijos, ver felices a mi familia y a mis amigos.