EN POS DE UN MILAGRO

11 de julio de 2002


LA IGLESIA DEL DIVINO NIño, en el sur de Bogotá, es un lugar de peregrinación al que acuden muchos
colombianos para pedir la realización de un deseo, que generalmente se cifra en salir adelante en medio de la
mala situación económica y social que atraviesa el país. La semana pasada ese templo fue esce nario de una
nueva rogativa, pero de diferente naturaleza. Unas 90 personas, familiares de los 510 soldados y policías que
se encuentran en poder de la guerrilla, se tomaron pacíficamente el recinto para rogar, no sólo al Divino Niño
sino a las autoridades civiles y militares, que se acuerden de sus seres queridos, al gunos de los cuales ya
llevan dos años en cautiverio. Sin embargo, a pesar de su disposición al sacrificio y a las incomodidades, es
poco probable que sus deseos se cumplan pues el destino de los servidores públicos secuestrados está ligado
al trámite de una ley de canje que no parece muy factible al menos a corto plazo.

Noticias Destacadas