F-1 Para príncipes

Luca Bruno - AP
27 de mayo de 2006

E­n los últimos días, y esta tarde de domingo, las tranquilas y glamorosas calles de Montecarlo, en el principado de Mónaco, eran invadidas por el rugir de los motores de los autos de la Fórmula 1. En el único circuito callejero de la Gran Carpa, la carrera se observa no sólo desde graderías, sino también desde lujosos yates y apartamentos donde los ricos y famosos brindan con champaña por los pilotos de la máxima categoría. El Gran Premio de Mónaco se corre en una de las ciudades más sofisticadas del mundo y eso hace que sea de los más emocionantes y llamativos. No importa que sea el más lento y que los sobrepasos sean prácticamente imposibles por lo intrincado de su recorrido. El Gran Premio de Montecarlo siempre será único.

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