Carta al ministro de Hacienda

Arcadia cede su editorial a la carta enviada por varias fundaciones a Alberto Carrasquilla, ministro de Hacienda. La carta ha sido editada por motivos de espacio y con previa autorización, y se podrá leer completa en semana.com.

18 de septiembre de 2006

Estimado Señor Ministro:
El grupo de Fundaciones abajo firmantes presentamos una breve reflexión sobre nuestro papel en el desarrollo social del país, a fin de solicitar se mantenga el régimen tributario que nos regula y no el que se propone en el proyecto de reforma tributaria presentado al Congreso.

Nuestra petición la fundamos, como podrá observar, en los argumentos que de manera respetuosa y atenta se exponen en esta carta. En síntesis, consideramos que el marco normativo que se ha sugerido afectará el pleno ejercicio de nuestras tareas de desarrollo social, generará un desestímulo a la filantropía nacional y a la cooperación internacional de carácter privado y desestimará el proceso de bienestar colectivo. Para abordar el tema, específicamente queremos detenernos en la enorme contribución social de las Fundaciones al país.

Las fundaciones sociales y de desarrollo adelantamos, a lo largo de nuestra existencia, una gran variedad de programas de desarrollo social y de proyectos relacionados con la promoción de derechos fundamentales y la satisfacción de necesidades básicas de los colombianos. Trabajamos en: salud; educación; inclusión social y productiva; provisión de viviendas; calidad de vida de niños, niñas, jóvenes, mujeres y ancianos; nutrición; medio ambiente; eficiencia y eficacia de la administración de justicia; búsqueda de la paz y la reconciliación nacional; así como en tareas encaminadas a la superación de la pobreza; al fortalecimiento del desarrollo comunitario sustentable; del bienestar social y del mejoramiento del ingreso de poblaciones desplazadas y afectadas por diversas hostilidades en lugares apartados.

Podemos afirmar ilustrativamente, que en los últimos tres años las entidades que suscribimos esta comunicación hemos atendido en conjunto aproximadamente quinientos proyectos por año. Estos proyectos favorecen diversas comunidades de la Costa Caribe, la Costa Pacífica, el Valle del Cauca, Antioquia, los Santanderes, Chocó, Putumayo, el Eje Cafetero, el sur, centro y oriente del país.

María Cristina Rojas identificó que en 1997 existían en Colombia 94 fundaciones empresariales, duplicando el número de Argentina y multiplicando por nueve el del Perú. Los activos de estas fundaciones representaban el 1% del pib y el 0,5% del gasto social público de ese año y sus activos estaban cercanos a los mil millones de dólares. En 2003, el estudio de Cynthya Sanbor y Felipe Portocarrero registró 122 fundaciones en el país.
Puntualmente queremos señalar algunas de las principales contribuciones de las Fundaciones al desarrollo social:

a. Desarrollamos modelos de gestión social innovadores: de manera permanente y sistemática trabajamos en la generación de nuevo conocimiento para el desarrollo de modelos innovadores que permitan la superación de problemas sociales. Con estos modelos, los beneficiarios, las comunidades vulnerables y en general los pobres desarrollan capacidades para que, con el liderazgo de sus miembros, se realice el cambio social.
b. Fomentamos la deliberación democrática para el análisis y adopción de las políticas públicas: para generar un debate calificado alrededor de temas estructurales para el país en los ámbitos de nuestra competencia fomentamos la discusión de políticas públicas.
c. Participamos activamente en la creación de centros de desarrollo y de pensamiento: hemos ayudado a gestar 8 Corporaciones Mixtas para contribuir al desarrollo institucional del país. Entre ellas están: Corpoeducación, Transparencia por Colombia, Corporación Calidad, Corporación Excelencia en la Justicia, Centro de Gestión Hospitalaria y el Consorcio para el Desarrollo Comunitario.
d. Administramos y operamos algunos programas sociales del Estado: características como nuestra idoneidad técnica, nuestra eficiencia en el manejo de recursos, nos han permitido ser operadores de importantes programas estatales. Éste es el caso concreto de los modelos educativos del Ministerio de Educación y de los programas de vivienda de interés social y de formación empresarial.
e. Trabajamos con criterios de inclusión, equidad y respeto a los Derechos Fundamentales: con nuestros proyectos y programas atendemos a poblaciones diversas, sin importar su credo o raza. Privilegiamos proyectos dirigidos a grupos vulnerables: mujeres cabeza de familia, jóvenes, niños, comunidades afrocolombianas, indígenas, población desmovilizada y desplazada.
Hemos podido establecer que si una fundación recibe mil millones por concepto de donaciones, el 41% del monto sería dejado de invertir en sus programas sociales. El menor valor en esta inversión se genera por el impuesto de renta que se tendría que pagar y el mayor impuesto que debería asumir el donante o el menor valor de su donación.
Señor Ministro, teniendo en cuenta lo anterior, queremos reiterar nuestra preocupación por la nueva propuesta de reforma tributaria e insistirle en la importancia que se reconsidere continuar con la regulación tributaria actual para las fundaciones. Esto, más allá de ayudar a nuestro ejercicio social, beneficia altamente al país.
Agradeceríamos que de ser posible nos otorgue una cita para poder ampliar el tema.
Cordialmente,

Gustavo Pulecio, Fundación Compartir; Emilia Ruiz M., Fundación Corona; Roberto Pizarro, Fundación Carvajal; Marco Antonio Cruz, Fundación Restrepo Barco; Alvaro Dávila, Fundación Social; Soraya Montoya, Fundación Saldarriaga Concha; Juan Sebastián Betancur, Fundación ProAntioquia; Guillermo Carvajalino, Fundación Empresarios por la Educación; Sergio Jaramillo, Fundación Ideas para la Paz; Pablo Gabriel Obregón, Fundación Mario Santo Domingo; María del Rosario Sintes, Dividiendo por Colombia; Marco Antonio Cruz, Fundación fes; María Emma Mejía, Fundación Pies Descalzos; Carmen Barvo, Fundalectura; Wendy Arenas Fundación avina