El fotógrafo estadounidense Spencer Tunick,

CULTURA

Conversación con Spencer Tunick

El fotógrafo estadounidense es un agitador social que ha desnudado al tiempo hordas de personas alrededor del mundo. Arcadia habló con él en exclusiva sobre los secretos de su obra.

Felipe Restrepo Pombo
3 de junio de 2009

A lo largo de su vida, Spencer Tunick ha desnudado a unas 150.000 personas. Una cifra envidiable que pondría a fantasear a más de un morboso. Pero cuando le pregunto cuál de todos esos cuerpos es el más bello que ha visto, no duda en responder: “El de mi esposa”. Y para probarlo saca un iPhone de su bolsillo y me enseña una serie de fotografías de su mujer desnuda: en la cocina, en el jardín y en el baño de su casa.
 
Ella posa con una candidez desconcertante y él muestra las fotos sin ninguna prevención. Porque para Tunick el cuerpo dejó de ser algo prohibido hace mucho tiempo.

Después de eso pide un café. Estamos en la terraza del hotel Sheraton del Centro Histórico de Ciudad de México. Le pregunto —arriesgándome a que me muestre fotos suyas— si le gusta posar desnudo. Dice que sí ha estado frente a una cámara, pero que espera que nadie vea esos retratos jamás. Descanso con su respuesta.

¿Prefiere fotografiar hombres o mujeres?
Trato de trabajar más con mujeres. Creo que es una cosa de atracción natural. Aunque disfruto mucho fotografiando hombres y a veces desearía solo trabajar con ellos. Pero siento que en la sociedad en la que vivimos, las mujeres están más acostumbradas a posar desnudas.

¿Por qué es más común el desnudo femenino?
Las mujeres están más cómodas con su cuerpo y posan con más tranquilidad. No es una situación que tenga que ver conmigo, es algo que siempre ha ocurrido en la historia del arte. Eso con respecto a los retratos individuales. En los de grupo por lo general hay una mayor cantidad de hombres. No muchos más: el 60% de los participantes —porque no me gusta llamarlos modelos— son hombres.

¿Por qué la desnudez sigue siendo un delito en algunas sociedades?
No lo sé. Yo no estoy particularmente a favor del nudismo. Pero tampoco a favor de la represión. Solo creo que debe haber un lugar, un momento y una manera para quitarse la ropa.

¿Siente que ha contribuido a que el desnudo sea menos escandaloso?
Sí, pero no soy el único. Muchos artistas se han arriesgado antes que yo —en condiciones más adversas— y han logrado que el cuerpo deje de ser un tabú.

Tunick es uno de los artistas más populares del planeta: a los 41 años ha hecho instalaciones en varias capitales. Todos quieren aparecer en sus fotografías pues saben que se trata de algo histórico. Porque más que un artista, es un fenómeno social.
 
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