De concurso y con categoría

Y, claro está, con esa bonanza de los dos tercios finales hubo mucho más que momentos. Uno de ellos, en ese quinto ejemplar de La Carolina que trajo emoción y ante el que Ramsés volvió a mostrar que se para en ese sitio donde pocos lo hacen, así el temporal amenace con quitarlo de en medio. Es más, si al toro no le propinan esa despiadada paliza del primer puyazo, quién sabe si no tendríamos otro final en la faena, de esos que llaman de escándalo. Hubo raza en el de Bogotá y transmisión en cada serie. Era una oreja, presidente, que no borraba el pinchazo, en lo alto. El trofeo fue el otro, el de la gente entregada en la vuelta al ruedo, que también la dio el toro.

Pasó también por La Macarena un encastado de El Encenillo, cuarto de la corrida, al que Antonio Barrera plantó pelea, tras la buena vara de Luisín. Por momentos, hubo detalles para recordar, con el compás bien abierto y la cintura acompañando el viaje del toro en muletazos sentidos. Como también sucedieron pasajes en los que el asunto adquirió tono de combate. Así las cosas, no hubo tiempo para pestañear. Oreja y vuelta al ruedo al toro en el arrastre.

Y otro que trascendió fue el tercero, de Ernesto Gutiérrez. Noble y bravo, pronto como ninguno en las dos varas, donde recibió la mano sin par de Luis Viloria (en el mejor momento de su vida como varilarguero, vayan a verlo, sí, porque también va camino a ser figura del toreo) el toro de Manizales tuvo un solo defecto: su presentación por debajo de los límites. Ahora bien, a la hora de embestir, permitió que Luis Bolívar se gustara con él, con la mano baja y enganchándole la embestida con la muleta por delante. Oreja y vuelta al ruedo.

El sexto, de Agualuna y con más volumen que los demás, también permitió ver un animal con movilidad, para que Luis consiguiera el derecho a que la otra hoja de la Puerta Grande se abriera a su paso. La faena tuvo la lentitud que permitió por momentos el animal, mientras Bolívar templaba sin forzar mucho, dejándolo más bien a su aire. Oreja.

En cambio los del arranque se fueron en silencio. El primero, de Vistahermosa, miró mucho y lo pensó no menos. Antonio barrera se entregó, sin ahorrarse nada de su tipo. Lástima que la gente no le retribuyó el esfuerzo, porque se ganó cada duro con honestidad. Palmas. Y el segundo de la tarde, de Achury Viejo, tuvo un inicio prometedor, en el que abundó todo lo bueno de esa casa legendaria, hasta que, por algún roto, se desfondó, mientras Ramsés no podía hacer más que evidenciar su frustración.

Ficha

Feria de La Macarena 2012

Última de abono

Concurso de ganaderías.

Toros de Vistahermosa (reservón), Achury Viejo (manso), Ernesto Gutiérrez (bravo y con mucha calidad, vuelta al ruedo), El Encenillo (encastado, vuelta al ruedo), la Carolina (bravo, vuelta al ruedo) y Agualuna (con movilidad). El jurado premio al ejemplar 128 de 458 kgrs, de nombre ‘Algodonero’ de la ganadería de Ernesto Gutiérrez.

466, 462, 458, 484, 460 y 512 kgrs.


Antonio Barrera

Sangre de toro y oro

Palmas y oreja


Ramsés

Azul pavo y oro

Silencio y vuelta al ruedo


Luis Bolívar

Verde botella y oro

Oreja y oreja


Detalles: Un cuarto de entrada. Grandes varas de Luis Viloria al tercero de la tarde.