Madonna se presentará este jueves nuevamente en Medellín. | Foto: EFE

ENTRETENIMIENTO

El concierto perfecto de Madonna en Medellín

Cerca de 47.000 personas se inclinan ante la reina del Pop, que en la noche del jueves se presenta por segunda ocasión en Colombia.

29 de noviembre de 2012

Madonna se hace Dios en Medellín. 47.000 devotos se inclinaron anoche ante ella en el estadio Atanasio Girardot en un espectáculo al que calificaron de perfecto. No es la opinión emocionada de sus fans, sino de los más exigentes críticos: "¿Después de esto qué? ¿Quién podrá hacer algo siquiera semejante?", se preguntaba Alejandro Marín, uno de los periodistas que más sabe de música en el país.

Pero, ¿qué fue lo que hizo en la capital paisa la Reina del Pop? Un sensual espectáculo, con un sonido diáfano, una escenografía impactante y una entrega totalizadora de una mujer de 54 años que pasada la una de la madrugada de este jueves derrochaba aún energía. El concierto empezó a las 11:00 p. m. A esa hora, del miércoles, doblaron las campanas. Con un incensario gigante volando sobre sus cabezas, seis monjes de esta ceremonia profana, abrieron las puertas de un templo coronado por una cruz brillante. Arriba, las letras M D N A, que identifican su gira, en la gramilla miles de privilegiados que se inclinaban con reverencia y en las tribunas otros miles que la vieron emerger como sus más fieles feligreses.

La ceremonia profana se inició. Se trató de una puesta en escena que se dividió en cuatro actos. Se inició en la Trasgresión y llegó hasta la Redención. 'Girl gone wild', que se mezcló con fragmentos de 'Material Girl' y 'Give it 2 me', se escuchaba transparentes mientras el grupo de bailarines le rendía tributo a esta sacerdotisa, ícono universal de los tiempos modernos. Después, empezó el fragmento 'Revólver', con la participación especial del rapero Lil Wayne -que apareció armado y con estola de sacerdote desde un video-, y 'Gang bang' en una mezcla de sangre y erotismo. Las emociones más fuertes.

La cantante brillaba en un confesionario que en los últimos seis meses ha sobrevolado Tel Aviv, Abu Dhabi, Roma, Moscú, Nueva York, Las Vegas, Ciudad México, entre otros puntos del orbe, en donde Madonna se ha declarado pecadora. "Durante la primera media hora, el público ha observado con la boca abierta el espectáculo, incapaz de asimilar la enorme cantidad de estímulos visuales y auditivos del montaje, que ha utilizado recursos cinematográficos, teatrales y de toda índole", dijo de ella en La Vanguardia de Barcelona cuando llevó allí su ritual. "El estadio entero ha empezado a bailar, aunque rápidamente han vuelto a quedarse con la boca abierta cuando nueve de los diecisiete tamborileros que han salido con las majorettes han empezado a volar literalmente sobre sus cabezas, colgados de cuerdas invisibles", agregó el diario catalán.
 
Si en la capital condal son habituales los espectáculos de este nivel, basta imaginar la expresión de excitación de los asistentes al Atanasio en donde era la primera vez que venía y que hasta hace unos pocos meses esta posibilidad era solo una quimera. Eso explica el titular a todo lo ancho de su primera página del periódico El Colombiano: ¡Su Alteza!
 
El calificativo se ajusta en toda su dimensión porque durante el concierto, que ocasiones pasa de la más impactante y gigantesca instalación artística para luego caer en la más intima relación de la diva con su público, todos se rindieron con veneración. 
 
"Esta es una historia contada desde el punto de vista de los chicos buenos y los malos", declaró ella. Y mientras el tiempo transcurría, la maldad se esfumaba para darle paso al erotismo. Una vez más, ella demostró una fuerza que la hace única, un cuerpo privilegiado, una voz potente y una química sin igual con su público: "¿Qué pasa Colombia?" "¿Están listos?". El sí como respuesta fue unánime.
 
Es la Reina del Pop que esta noche vuelve a presentarse en una ciudad que encendió su maravilloso alumbrado navideño en honor a ella. Porque ella se hace Dios a donde quiera que va. Y, por si fuera poco, en el preludio estuvo el dj Paul Oakenfold, uno de los mejores del planeta, para un recital del cual Medellín se siente orgullosa.