Concierto de Bob Geldof en Cartagena

Sir o no sir

Desde los años setenta, cuando era un chico punk, hasta el siglo XXI, Bob Geldof ha sido reconocido como un músico de enorme talento y un activista incansable. Es uno de los invitados a la segunda edición del Hay Festival de Literatura en Cartagena.

Lucas Guingue
11 de diciembre de 2006

Aunque ha recibido varios premios internacionales, al igual que reconocimientos honorarios por parte de la realeza británica, parece que Bob Geldof no debe usar el título de sir, por una diferencia técnica: no es inglés, es irlandés. Sin embargo, la prensa no duda en llamarlo “sir Bob”, dada la naturaleza filantrópica de su popularidad y sus grandes y famosos aciertos en el terreno del activismo. Su carrera como músico se inició en la década de los setenta, y luego tomó la ruta de la ayuda humanitaria como gestor del famoso Live Aid en la década siguiente, con el cual se convirtió en una especie de héroe del subdesarrollo. Su próxima visita a Colombia es una noticia que anima a viajar a Cartagena entre el 25 y 28 de enero, donde Geldof participará del respetado Hay Festival de literatura, con su música y sus palabras.
Como miembro y cantante del grupo The Boomtown Rats, fundado en Dublín, Bob Geldof fue contemporáneo de las principales bandas de la llamada “explosión punk del Reino Unido”. La inolvidable “I Don´t Like Mondays”, que llevó a su banda a los número uno de las listas radiales, recuerda la crudeza revelada por varias películas de los últimos años sobre violencia y armas en los colegios de Estados Unidos. La canción surgió en 1979 a raíz de la noticia de Brenda Spencer, una niña de dieciséis años de California, que desde la cuadra frente a su colegio disparó el arma de su padre: hirió a ocho estudiantes y asesinó al director. La severidad de su justificación, simple y llana, le dio el nombre a la canción: “¡No me gustan los lunes!”
Años después, Geldof apareció como el protagonista de la versión para cine de The Wall, de Pink Floyd, dirigida por Alan Parker, en 1982. Con el papel de “Pinky” en la que hoy es una película de culto, su popularidad alcanzó niveles desbordados y esto sin duda aseguró la credibilidad necesaria para emprender sus siguientes iniciativas. Después, su interés y preocupación por la desigualdad del mundo, aclaró que no es la música lo que cambia el mundo ni simplemente la conciencia de lo que ocurre y sus motivos, sino las acciones concretas y organizadas.
Bob Geldof fue el primero y sigue siendo ejemplo. Antes que Michael Jackson y Lionel Richie (“We Are the World”) y antes que Bono y Sting, se involucró en la ayuda humanitaria y el combate de la pobreza en el continente africano. Sus primeros aciertos en este sentido conforman un conjunto lógico: primero apareció Band Aid, que reunió estrellas para cantar la canción “Do They Know It’s Christmas?”, coescrita con Midge Ure (The Rich Kids, Ultravox), cuyas ventas extraordinarias se usaron para financiar la causa; y luego este esfuerzo tomó la forma de Live Aid, con un par de conciertos en Londres y Filadelfia. Inmensas multitudes y grandes estrellas cantaron en pro de los desvalidos en el África el 13 de Julio de 1985, y el recaudo alcanzó más de cien millones de dólares para ayuda humanitaria.
Sin embargo, veinte años después, las dificultades africanas son las mismas, y eso llevó a Geldof a retomar este mismo tipo de empresa, ahora con un sentido profundamente político. Live 8 fue un evento de dimensiones mucho mayores, producido en asocio con Richard Curtis (El diario de Bridget Jones), Midge Ure y Harvey Goldsmith (uno de los más reconocidos productores de conciertos del Reino Unido). El sábado 2 de julio de 2005, de forma simultánea se realizaron diez conciertos en ciudades distintas del mundo, con la participación de un cartel de innumerables nuevas y viejas estrellas de la música. El público de Londres, Edimburgo, París, Berlín, Roma, Filadelfia, Barrie (Canadá), Tokio, Johannesburgo y Moscú fue convocado para dar un mensaje masivo a los líderes del mundo. No se trató de recoger fondos sino de ejercer presión sobre los países del g8 (Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Japón y Rusia), para que su poder, riqueza y decisiones se usen para favorecer a los africanos en puntos muy precisos: relaciones comerciales más justas, cancelación de la deuda externa y mayor y mejor ayuda humanitaria.
Así, la carrera musical de Bob Geldof floreció en una diversidad de facetas, y ha llevado el espíritu del movimiento punk en medio del cual se le vio surgir, al terreno de las acciones concretas. Pocos músicos con el ideal de cambiar el mundo han llevado tal filosofía al extremo de Geldof, quien se ha esforzado por movilizar masas, recaudar fondos y exigir voluntades políticas que nos acerquen al anhelado final de la pobreza en el mundo. Su presencia en Colombia en el marco del Hay Festival en Cartagena, una versión del respetado festival de literatura iniciado en la localidad de Hay en Gales, por supuesto traerá sus canciones y opiniones. Además de un concierto, Geldof sostendrá una conversación pública con Peter Florence, director del festival, donde los asistentes podrán participar en una discusión enriquecida por la experiencia y el conocimiento que el músico y activista ha recogido a través de sus largos años de trabajo.