Yoko Ono nació en Tokio en 1933. Antes de casarse con John Lennon ya era artista conceptual.

Yoko Ono

¿Vivir del muerto?

Yoko Ono quedará para muchos como la culpable de la separación de los Beatles. No hay duda de que como artista plástica conquistó un espacio en el mundo de las galerías y los museos. Como música, en cambio, nada logró con su conceptualismo, pero ahora las cosas parecen haber cambiado. Lo mismo podría decirse de la esposa y los hijos de Bob Marley, quienes durante años han tratado de alcanzar a su padre. La sorpresa es que los familiares de estos dos gigantes de la música hoy comienzan a ser reconocidos. ¿Por qué?

Lorenzo Morales
20 de junio de 2007

John Lennon describió una vez a su esposa Yoko Ono como la artista desconocida más famosa del mundo. “Todos conocen su nombre pero nadie sabe qué hace”, dijo. Lo que el inmortal Beatle no explicó esa vez es que las razones que explican la simultanea popularidad y el descrédito de su mujer eran idénticas: él mismo.
No había forma de ser la mujer de Lennon y no terminar haciendo parte del apabullante fenómeno de The Beatles. Desde que se conocieron en 1966, sobre Ono se posó la atención de un público que no necesariamente estaba hecho –ni interesado– en entender su obra. Para los consumidores masivos de la revolución del pop, incluidos los fans de The Beatles, el arte y la música de Ono eran simplemente demasiado experimentales y abstractos. Imposible para la mayoría asimilar la música hecha con los alaridos y discursos con megáfono de una japonesa cuando la parada la mandaba la melodiosa euforia de “Can´t buy me love”. Así, fuera de un pequeño grupo de artistas de vanguardia agrupados en el movimiento Fluxus, del que ella misma hacía parte, Ono terminó convertida en nada más que el pretexto para seguir la vida amorosa del líder de la banda de rock más importante del siglo xx.
Sin embargo hoy, a sus 74 años, Yoko Ono parece estar alcanzando el reconocimiento que nunca tuvo durante sus años más productivos como música y artista. Ventisiete años después del asesinato de su marido, Ono empieza a ser vista y oída como algo más que la viuda del compositor de “Imagine”.
La resurrección musical de Ono viene por cuenta de los álbumes Yes, I´am a Witch y Open Your Box (Astralwerks /emi) que recrean algunos de sus temas que pasaron sin pena ni gloria entre finales de los sesenta y principios de los noventa.
El más reciente, Open Your Box es un álbum de remixes en el que participaron agrupaciones como Pet Shop Boys, Basement Jaxx, Orange Factory y disc jockeys como Superchumbo y Danny Tenaglia. Con un sonido disco, a veces martillado, el álbum le inyecta adrenalina a temas que en su versión original eran más parecidos a himnos, discursos y baladas. Sin embargo, si algo salvó a Ono de desaparecer del todo detrás de la figura de su esposo, fue su terca costumbre de nadar en contra de la corriente. Los invitados de Open your Box le hacen poco honor a su anfitriona; recurren a formas relamidas pero garantizadas de la música comercial.
En Yes, I´m a Witch, sin duda un experimento más interesante, Ono dejó que varios artistas, como Peaches, DJ Spooky, The Brother Brothers, Craig Armstrong, Apples in Stereo y Jason Pierce de Spiritualized, escogieran una canción de alguno de los once álbumes que produjo la japonesa en los últimos veinte años. A cada banda Ono le entregó el master de la voz y le dio total libertad para que reinventara la música a su gusto. El resultado es un álbum de rock que reempaca las letras y los malabares gimnásticos que hace Ono con su voz, en un sonido mas parecido a lo que le gustaría oír a su hijo que a su esposo.
Después de años de escarnio como artista incomprendida y de acusaciones de ser la bruja mala que separó a The Beatles, el tiempo ha lavado la percudida imagen de Ono. El renovado gusto por los años ochenta le ha dado momento a su obra. Las baladas de letras cursis, las voces distorsionadas y los sonidos minimalistas tienen nuevos adeptos por estos días. Pero sobre todo, la generación de los noevnta puede por fin descubrirla con oídos y ojos frescos, sin los prejuicios y las intrigas de la generación que creció con la fiebre de la Beatlemanía.
En todo caso, desde hace tiempo Ono ha tenido fervientes admiradores en los pequeños círculos de vanguardia y de contracultura. Bandas tan importantes como Sonic Youth y B52´s han declarado su admiración por el trabajo de Ono y hoy algunos críticos han señalado discos que en su momento fueron desdeñados -como Plastic Ono Band (1970)-como auténticos pioneros de la revolución punk de 1976. Su gusto por la improvisación tanto en la música como en el arte, la llevaron a trabajar en proyectos conjuntos con músicos como John Cage y Ornette Coleman. Sus distintivos experimentos con la voz, que para muchos no pasaban de ser gemidos desentonados y adornos postizos, estaban basados en las técnicas vocales del Kabuki, una de las formas tradicionales del teatro japonés.
Pese al redescubrimiento de la obra de Ono, sus dos últimos discos dejan abierta la pregunta de que tanto la resurrección se debe a su talento o a una serie de coincidencias comerciales. Ambos discos se inspiran y recrean la obra de Ono, pero sería difícil catalogarlos como música de su cosecha. Son más un tributo: Open Your Box son remezclas y en Yes, I´m a Witch fue la disquera la que escogió a las bandas y Ono se limitó a dar el visto bueno.
Ono siempre fue controvertida y raras veces ha hecho las cosas al derecho. Lo que muchos han visto en ella como un innato talento para la provocación, para otros no ha sido más que un premeditado abuso comercial. El mejor ejemplo de esa dualidad es el disco Season of Glass lanzado en 1981, pocos meses después de la muerte de Lennon. En la carátula Ono puso una foto de las ensangrentadas gafas redondas de su esposo, tal como quedaron después de que fuera acribillado en la puerta de su casa. Ella dijo que era un homenaje, sus detractores dijeron que era una explotación de la memoria de su marido.
Sin embargo, Ono ha sabido hacer del odio de muchos su propia fortaleza. Ella misma lo dice en la canción que le da el nombre al álbum Yes, I´m a Witch: “Si, soy una bruja, si soy una perra. No me importa lo que digas. Mi voz es real. Mi voz habla con la verdad. Y yo no encajo en tu estilo.” Tal vez sea el estilo del nuevo siglo, el que empiece a encajar en el de ella.