Ford Fiesta atrae con sus ‘hatchback’ de cinco puertas y ‘sportback’ de cuatro. Aciertan en no llamarlo sedán pues la línea trasera es muy deportiva.

ESPECIAL DE VEHÍCULOS

Facilidades para el auto de los sueños

En el crédito tradicional, el ‘leasing’ y el ‘renting’ se encuentran las claves para moverse sobre ruedas. Aquí están las diferencias, a quiénes van dirigidas y cuál es la opción más económica.

12 de octubre de 2013

¿Cómo se compra un carro cuando no se tiene el dinero para adquirirlo? El crédito tradicional se basa en que un banco (o compañía de financiamiento comercial) presta la plata para comprar el carro, a cambio de unos intereses. Una vez se hace la operación estos comienzan a correr los intereses y, de ahí en adelante, se pagan cuotas por el plazo que se haya convenido, hasta que se cubran el capital y los intereses.

Si bien el vehículo entra a engrosar el patrimonio del comprador, el banco se reserva la garantía mediante una prenda registrada en la licencia de tránsito. Entonces, el comprador es el propietario ante el Estado y entidades como la Dian y el Ministerio de Transporte, lo cual puede llegar a tener consecuencias en materia de impuestos porque si los bienes de una persona superan cierto valor, debe declarar renta.

La mayoría   toma el crédito tradicional, sin tener en cuenta el costo de la depreciación: como se sabe, en promedio un propietario pierde el 15 por ciento del valor comercial del carro en el momento de la matrícula. 

Otra modalidad para estrenar carro es el leasing financiero. Es un tipo de arrendamiento por el cual se paga un canon mensual que se puede descontar de la declaración, si la persona es responsable del IVA. Aparentemente es muy empresarial, pero no hay que olvidar que hoy día abundan profesionales independientes responsables de ese impuesto. 

Bajo el leasing financiero, normalmente no hay necesidad de dar cuota inicial pero, al final del término, existe opción de compra por un porcentaje del valor del vehículo. En el leasing en Colombia la opción de compra es obligatoria, lo cual desvirtúa su espíritu, que es disfrutar del bien sin pagar por la propiedad.

Quizá por esta razón algunas compañías crearon el servicio de arrendamiento operativo (o renting). Como su nombre lo indica, el propietario arrienda el vehículo al interesado para que lo disfrute por un canon mensual y por un tiempo determinado que, como mínimo, es de 12 meses.

Así, al final del año, el arrendatario puede devolver el carro, renovar el contrato (con el mismo carro o con otro) o, cosa poco común,comprarlo por un valor por convenir. El arrendador, como propietario del bien, administra los costos de matrícula, impuestos, seguros, mantenimiento correctivo y preventivo, vehículo sustituto  y revisión  técnico-mecánica, y los incluye en el canon.

¿Qué sale más económico?
Un estudio reciente de la Universidad de los Andes comparó las tres modalidades con un mismo vehículo y concluyó que el renting  resulta financieramente favorable frente a alternativas como el leasing o el crédito para compra porque supone ahorros hasta del 9,25 por ciento. El canon que se paga es completamente deducible del impuesto de renta y el IVA que este servicio genera se puede deducir de la declaración.

El renting es una alternativa interesante para todo tipo de empresa o profesional independiente obligado a recaudar IVA, pues la operatividad del vehículo es permanente, además del ahorro demostrado por el estudio.