Especiales Semana

Adiós a las barreras

Por muchos años los hombres han estudiado Derecho, Ingeniería y Medicina. Ahora muchos quieren salir del molde y dedicarse a oficios tradicionalmente atribuidos al género femenino.

2 de junio de 2012

Cuando David se graduó del colegio tenía un mundo de posibilidades. Su padre, un médico, se inclinaba porque siguiera sus pasos y su madre, una economista, quería que se dedicara a los números y las cuentas. Pero él no se veía con bata de laboratorio ni calculadora, sino con un sartén, un coge ollas y un juego de cuchillos. Entonces un día les dijo a sus padres: “yo quiero dedicarme a la cocina”.

Como él, hoy cientos de jóvenes se dedican a lo que les apasiona, así su nueva actividad esté asociada en el imaginario tradicional colombiano con lo femenino. Las nuevas generaciones de varones colombianos se dejan encantar por las artes, la enfermería, la gastronomía, la comunicación social y el diseño de modas. Y ahora empiezan, al igual que lo hicieron años atrás las mujeres, una revolución para abrirle paso a su género en estos oficios.
Aunque generalmente los grandes chefs y diseñadores del mundo, por ejemplo, han sido hombres, en Colombia esta no ha sido la tendencia. Por eso estas nuevas tendencias son tan novedosas en el país. Para el psicólogo Camilo Mendoza, estas nuevas preferencias hacen parte de un proceso de evolución en el que la sociedad va entendiendo que los oficios no deben estar etiquetados por el género. Según el experto, se ha superado la repartición laboral entre hombres y mujeres y ahora unos y otros pueden dedicarse sin ningún estigma a cualquier actividad.

De acuerdo con Marcela Mesa, psicóloga y gerente de la compañía de asesoría profesional Orientarte Cali, existe una tendencia a que los hombres ingresen a oficios que eran, sobre todo, femeninos, pero las carreras tradicionalmente de carácter masculino como las ingenierías aún tienen mucha acogida. Según la base de datos de Orientarte, que abarca 6.000 estudiantes, hay una cierta apertura y se ve un crecimiento importante en los programas de Gastronomía, Diseño y Bellas Artes. Por su parte, como cuenta Candela Tejada, directora administrativa de la Escuela de Diseño Arturo Tejada, en los últimos años el número de hombres en su programa de Diseño de Modas ha ido en aumento y hoy en Bogotá hay 73 varones de un total de 800 estudiantes inscritos, lo que hace unos años era inimaginable.

Esta migración se debe también a que las nuevas generaciones estudian lo que quieren. Manuel José Díaz, estudiante de Gastronomía desde hace un año, señala que llegó a la culinaria “porque quería innovar y soñaba con buscar y descubrir nuevos sabores”. Para Manuel Pinto, estudiante de Comunicación Social, la aspiración iba más allá de considerar la carrera como femenina y solo la eligió porque era como quería verse en un futuro. Por su parte, Juan Camilo Sánchez, estudiante de Diseño de Modas, empezó esta profesión porque “siempre se imaginó plasmando sus ideas en las telas”.

Así, las nuevas generaciones de varones continúan entrando a oficios que antes se creía eran de exclusividad femenina. Quizá pronto sean ellos quienes manden la batuta en las artes, la culinaria, la comunicación y el diseño de modas.
 
Las mujeres también quisieron

En los últimos, años con la revolución femenina, las mujeres ingresaron por motivación y gusto a muchos de los oficios que se decía eran masculinos. Ahora ellas son líderes en campos como el derecho, la administración, la contaduría y la medicina. El género ya no es un problema.