Especiales Semana

Agua tropical

Los servicios públicos están en pleno proceso de reestructuración. Los mayores avances se han dado en agua potable y gas natural, pero todavía falta mucho por hacer en saneamiento básico, alcantarillado, energía y teléfonos.

29 de septiembre de 2003

Han sido pocos los progresos que ha tenido la Costa en materia de servicios públicos. Si bien la politización y la burocracia llevaron al colapso a muchas empresas, la conciencia de mejorar la calidad de vida de los costeños ha hecho que se corrija el rumbo. Al menos en agua potable y gas natural la región cuenta en sus capitales con unos niveles de cobertura y calidad que están a la par de cualquier otra región del país con empresas líderes como Promigás, Gases del Caribe, Acuacar, Metrotel, Emdupar, Triple A y Metroaguas, entre otras.

La experiencia en el tema del agua nació precisamente de la preocupación por provisión del servicio. Según un informe del Banco Mundial la inclusión del capital privado en las empresas de agua logró acabar con la injerencia política, una de las causas de la mala gestión. De esta manera, y para salvar las empresas, capital extranjero de multinacionales como Aguas de Barcelona y Canal Isabel II fueron invertidos en concesiones de empresas públicas.

"El principal problema es que los servicios públicos siempre estuvieron privatizados, estaban en manos de los políticos", explica Luis Fernando Arboleda, presidente del grupo Triple A, y en sí lo que se hizo con la transformación a sociedades de economía mixta fue cambiar el enfoque: el sector privado entró a manejar las empresas y se dedicó a operar técnicamente el servicio, mientras que los alcaldes se dedicaron a priorizar, mostrar las obras y a respaldarlos políticamente.

Ciudades como Santa Marta, Barranquilla, Cartagena y Valledupar han llegado a ampliar la cobertura de sus acueductos a más de 90 por ciento de sus habitantes (ver gráfico). Además, con el saneamiento financiero de las empresas, se ha logrado que la banca otorgue créditos para la financiación de obras. En Cartagena, por ejemplo, el Banco Mundial concedió un crédito de 100 millones de dólares para la construcción del emisario submarino, un sistema que ya fue desarrollado con éxito en Santa Marta, que permitirá el tratamiento de las aguas residuales de la ciudad y la recuperación de cuerpos de agua como la Ciénaga de La Virgen.

En Barranquilla en los últimos años se han invertido 65 millones de dólares en acueducto, alcantarillado y aseo, la Triple A ha conseguido que los niveles de cobertura del agua sean de ciento por ciento, 96 por ciento de alcantarillado, 26 por ciento en tratamiento de las aguas residuales y que se traten 1.600 toneladas diarias de basuras.

A pesar de estos importantes avances en las grandes ciudades todavía falta mucho por hacer en temas como agua potable (50 por ciento de los costeños no tienen el servicio), saneamiento básico, aseo y alcantarillado, en especial en las zonas rurales, que no son tan atractivas y rentables para el capital privado. Precisamente por este motivo la región se muestra rezagada respecto al promedio de cobertura nacional, las empresas sostienen que las transferencias a los municipios de los recursos para saneamiento básico sólo son de 13 por ciento de lo que se necesita para cubrir a todos los usuarios.

Telefono roto

Tres de las principales telefónicas de la Costa han tenido dificultades financieras en los últimos años, dos de ellas, EDT de Barranquilla y Telecartagena, van camino a la liquidación. Estas empresas están intervenidas por la Superintendencia de Servicios Públicos y las razones de la crisis también son las mismas: desgreño administrativo, burocracia, politización y desorden de sus finanzas, que transformaron a las telefónicas en un problema difícil de manejar.

Uno de los casos más críticos es el de la EDT, una compañía que en su momento fue líder del sector y que ahora nada en medio de la crisis financiera. Con una nómina sobredimensionada, un alto pasivo pensional, deudas y compromisos laborales por 230.000 millones de pesos, entre algunos problemas, sólo recibe 90.000 millones de pesos al año, lo que de paso no le permite atender el mantenimiento y la expansión de las redes. Para su gerente, Enrique Vengoechea, la solución sólo se puede conseguir con la liquidación de la empresa. "Es reestructuración o liquidación, y ya la primera opción está agotada", señaló Vengoechea.

Precisamente la crisis de la EDT abrió un espacio para el nacimiento de Metropolitana de Telecomunicaciones (Metrotel), una compañía mixta compuesta por Telecom y empresas privadas, que ha sido alternativa para que el sistema de telefonía en la capital del Atlántico no colapse. "Si no se hubiera presentado la crisis de la EDT no hubiera nacido Metrotel y la ciudad estaría sumida en el caos telefónico. Por fortuna en la ciudad sí caben dos empresas de teléfonos", señala Ramón Navarro, gerente de Metrotel.

En contraste con la gestión de su competencia, Metrotel ha estado a la vanguardia desde el punto de vista tecnológico: instaló la primera línea Adsl en Colombia, además ha sido pionera en la Costa en la transmisión de datos, empaquetamiento de voz y datos por hilo de cobre.