Especiales Semana

AMOR Y AMISTAD

8 de octubre de 1990

AMIGOS, SIEMPRE AMIGOS
Por estos días, con toda la expectativa que genera un cambio de gobierno, la amistad parece un bien negociable en bolsa. Las acciones del corazón se cotizan a muy buenos precios, en tanto que alguna de las fichas claves en el proceso burocrático lo considere a uno como su amigo.
Hablar del ministro amigo, del consejero allegado a casa, del director de instituto descentralizado con el que se compartieron gratos momentos de infancia suena muy bien. Provoca la envidia de aquellos que andan pendientes de figurar. Pero genera, así mismo, la risa de quienes logran comprobar que el mentado amigo no resultó tan efectivo como parecía y lo dejó a uno viendo un chispero y haciendo el ridículo.
Esta es la época de los nombres propios. No se habla del ministro de Educación, sino de Alfonso. Los conocidos del Presidente incluso los que lograron estrechar su mano durante la campaña no hablan del presidente Gaviria, sino de César. Lo malo es que a ellos, con todo el séquito de lagartos que caracteriza a un alto funcionario, no les alcanza la memoria para recordar el nombre de pila de todos sus amigos imaginarios.
Por eso, después de los primeros cien días de gobierno, las acciones de la amistad bajan tanto como las de una empresa en bancarrota. Y por eso los sensatos con prueban que la amistad como el cariño verdadero ni se compra ni se vende.
"Amigo de muchos amigo de ninguno", reza e refrán castellano. No le falta razón. Son tan especiales las característicac de un amigo, que a lo largo de la vida se encontrarán muy pocas personas con las cuales se logre estrechar un vínculo de esta categoría, con todo lo que implica.
Y no obstante que el término "amigo" no admite calificativo, con frecuencia se oye hablar del "amigo íntimo", que posiblemente ha roto las barrera de la amistad y ha llegado más lejos. Del "amigo inseparable", que podría se el que no se pierde la movida de un catre. Del "amigo fiel", al que la publicidad dotó con 60 caballo de fuerza y tracción en las llantas delanteras. Del "amigo de infancia", que se perdió de la vista en plena adolescencia. Del "amigo entre comillas", que sólo aparece cuando le conviene. Del "más o menos amigo" que sólo aparece cuando a uno le conviene. Del "mejor amigo", que ladra a los enemigos y mueve la cola cuando uno le da comida. Del "amigo de parrandas", que se lo bebe a uno. Del "amiguísimo", que no es más que un conocido con poder.
La lista sería interminable. Interminable como los pensamientos y las máximas que en todas las épocas se han escrito respecto a la amistad. Por eso resulta mejor hablar de los amigos, que hablar de la amistad. Joan Manuel Serrat se refería a ellos como de unos "seres imprévistos" y si bien decía que "son gente cumplidora, que acuden cuando saben que yo espero", Y los halagaba aún más cuando afirmaba que "si les roza la muerte disimulan, pues para ellos la amistad es lo primeró", también, como un verdadero amigo que conoce a su gente en las buenas y en las malas, se reía de sus indiscreciones y los burlaba: "Mis amigos son unos sinverguenzas, que palpan a las damas el trasero, y hacen en los lavabos agujeros y los echan a patadas de las fiestas".

SE PRENDIO LA RUMBA

Muchos han querido definirlo culturalmente como una de las distintas expresiones que tiene un pueblo para manifestarse. Otros han intentado justificarlo como un instinto normal del ser humano. Y otros lo han percibido como la simple respuesta del hombre a un estímulo concreto.
Pero lo cierto es que nadie ha podido describir a ciencia cierta el placer que despierta el baile en quien lo ejecuta. Tal vez es esa especie de transformación que experimentan hombre y mujer y que los lleva a desprenderse de sí mismos para formar uno solo cuerpo, al ritmo de la música. O tal vez es el deseo de lograr la armonía perfecta al bailar una pieza. La verdad es que un buen baile es capaz de desinhibir al más tímido, de lograr la consumación de una relación que se creía dudosa, y hasta de hacer olvidar las viejas riñas.
Para los menos convencidos, es sólo un suceso más dentro de una reunión de amigos, aunque aceptan que es una excelente oportunidad para conocer nuevas amistades. Por el contrario, para los apasionados el baile es algo superior al rito, es la expresión más sincera y directa que se pueda ofrecer. Es el descubrimiento total ante el otro. Y por esta razón muchos son los que incluyen dentro de sus requisitos para escoger a su "media naranja", que la pareja sepa bailar. Así como tampoco es raro encontrar parejas de novios que se enamoraron gracias a una noche de baile. No hay duda. El baile puede vencerlo todo: la mayor indiferencia, la timidez absoluta, la suprema antipatía.
Por eso la organización de una fiesta resulta ser, en la mayoría de los casos, el mejor método para estimular la amistad entre los miembros de una empresa, o entre los compañeros de universidad o de colegio. El resultado es evidente: se inicia otro tipo de comunicación, la pareja se muestra más abierta y el camino hacia una buena relación se ensancha de inmediato.

PARA TODOS HAY

Para fortuna de todo aquel que goza de la buena música bailable, la variedad en ritmos sorprende. Los más conservadores en esta materia preferirán los porros de Lucho Bermúdez o el merecumbé de Pacho Galán. Algunos serán fanáticos del mambo, otros de la cumbia. Mientras las generaciones más jóvenes se entusiasmarán indudablemente por la salsa y el merengue y el rock. El ritmo es lo de menos. Lo importante es que la sola presencia de la música y el movimiento acompasado de su danza, invita a compartir, a necesitar del otro, a intentar una entrega simultánea.
Y esta es, a los ojos de los sicólogos, la mejor consecuencia del baile: el deseo de dejar la introspección a que se ve sometido el hombre contemporáneo, por un momento, para dejarse llevar por las sensaciones que despierta el intentar armonizar con una pareja. Es el primer paso para dejarse conocer. Lo demás viene por añadidura.
Sin embargo, más allá del baile mismo se encuentra el rito de la conquista. No sólo se hace necesaria la empatía entre uno y otro. También aquí entra en juego esa intuición que genera de inmediato, por motivos incomprensibles a primera vista, un engranaje perfecto entre la pareja. Es ese conocimiento preexistente el que muchas veces sirve de eslabón mágico para que hombre y mujer entiendan -sin saberlo siquiera que el uno está hecho para el otro.
Ese es el encanto del baile, una pasión mágica que traspasa las fronteras de los mecanismos de defensa típicos en el hombre, para introducirse en el rincón oculto del deseo.
Tal vez esa es la poderosa razón por la cual, en cualquier momento, bajo cualquier pretexto, las ansias de celebración inviten a una gran rumba.

EL MEJOR OBSEQUIO

Cada año, la tradición se hace más vigente. Y el día del Amor y la Amistad es esperado con impaciencia para poder manifestar todos los sentimientos de amor, de aprecio y de cariño hacia los seres queridos. Unos aprovecharán para entablar de una vez por todas un romance. Otros encontrarán en ese día la mejor excusa para enmendar los errores. Mientras que otros intentarán recuperar el amor perdido. En el día del Amor y la Amistad se acepta todo.
SEMANA presenta a continuación una lista de posibles obsequios, con el ánimo de ofrecer algunas ideas sobre los detalles que se pueden regalar en ese día de especial atención.

PARA LOS DEPORTISTAS

.Unos tenis con medidor de kilómetros
· Un juego de muñequeras
· Una raqueta de racket ball
· Un juego de bolas de tenis
· Un par de guayos con taches intercambiables
· Una trusa nueva para practicar los aeróbicos, con videocasete de ejercicios incluido
· Un parde esquíes.
· Unas gafas de sol.
· Un juego de pesas para trotar.

PARA LOS ESTUDIOSOS

. Una pulsera tejida en hilos de colores
· Una lámpara para su escritorio
· Un juego de escuadras
· La última novela de Milan Kundera
· Un juego de coleros en tonos vivos
· El afiche gigante de su grupo de rock preferido
· El estilógrafo que siempre había deseado.
· Un reloj con diseño moderno
· Un maletín multiuso
· Una cartelera de corcho

PARA LOS ETERNOS ROMANTICOS

· Un casete con sus melodías preferidas
· Una guitarra con clases incluidas
· Un enorme ramo de flores silvestres
· Una antología de poemas propios
· Una cena para dos a media luz
· Una escapadita a los Llanos Orientales
· Una serenata con bandola, tiple y guitarra
· Un enorme muñeco de felpa para su cuarto
· Un dije en oro.

PARA LOS BOHEMIOS

· Una botella de su licor de cabecera
· Una reproducción de un cuadro de Van Gogh para su rincón preferido
· Un juego de copas de cristal
· Un libro de coctelería
· Un jarro de cerveza para los guayabos
· Una mochila nueva

EXCLUSIVO PARA ELLAS

· Un estuche de maquillaje en los colores de moda
· Un excitante perfume
· Una gigantesca camiseta que le sirva de piyama
· Un anillo de compromiso
· Una invitación a ver a Chayanne
· El disco "Yo amo el amor", vol. 3.
· Una minifalda.
· El último disco de Ricardo Montaner.
· Un lápiz de labios color sangre.