Especiales Semana

AMOR Y AMISTAD

11 de octubre de 1993

Enseñando a pescar
EN LA MENTE DE UN GRAN NUMERO DE colombianos se conserva fresco el recuerdo de una propaganda de televisión que combinaba las imágenes de un pequeño niño sin familia con un audio que contenía, entre otras, impactantes frases: "Apenas tengo 11 años y me dicen que estoy comenzando a vivir. Lo dicen porque no conocen mi historia que está hecha a base de retazos...". "Quise ir a la escuela para aprender porqué hogar y hambre se escribían con "h", y papá y mamá eran palabras agudas cuando su ausencia era tan grave". "Por eso les digo que no se escandalicen ni me condenen, pues soy el resultado de lo que me dieron, y mucho más, de lo que me quitaron".
Eso fue hace ya siete años. ¿El protagonista? Lamentablemente el mismo de esa historia en la vida real: Andrés Gómez. ¿Los creativos? Jaime Jaramillo, la cabeza detrás de la obra de la Fundación Niños de los Andes, y el director de RCN Televisión, Samuel Duque, miembro de la junta directiva de esa entidad sin ánimo de lucro.
Por fortuna, la continuación de la historia de Andrés es mucho mejor que el inicio por todos conocido. Cuando Jaime Jaramillo decidió construir una cancha de tenis en la sede de la Fundación en Cajicá, muchas personas lo tildaron de elitista. Decían que una de fútbol sería más apropiada para aquellos niños. Sin embargo, él consideró que el tenis era un deporte menos violento y continuo con su idea, apoyada por los profesores del Country Club que dedicaban gratuitamente los fines de semana y los lunes festivos a enseñar ese deporte a los pequeños. Andrés estaba entre ellos y su rendimiento fue tan bueno, dentro y fuera de la cancha, que empezó a recibir clases en el Country todas las tardes con su instructor Miguel Jiménez. Más adelante la Fundación hizo gestiones para que él pudiera viajar y obtener mayor entrenamiento en el exterior, y hoy goza de una beca por un año o más, dependiendo de su esfuerzo personal, en la Academia Nick Bolletieri de Miami.
Es cierto que la historia de Andrés raya en lo excepcional. Pero todos los pequeños que han pasado por la Fundación Niños de los Andes pueden contar con orgullo la suya, principalmente porque allí se cumple siempre la premisa de no dar el pescado sino enseñar a pescar. Como Jaime Jaramillo es ingeniero geofísico y de petróleos, vinculado al sector del crudo desde muchos años atrás, ha conectado a algunos de sus "hijos" con las petroleras.
Allí reciben entrenamiento y una oportunidad dorada para superarse. Actualmente, por ejemplo, algunos de ellos trabajan en labores técnicas de exploración en Cusiana.
Esta historia, que empezó hace más de 15 años, cuando algunos ejecutivos de la Esso Colombiana crearon Colombia Positiva para intervenir en los sectores más desprotegidos de Bogotá y entregar a los pequeños un overol y una caja de lustrar zapatos, no se detiene. Y hoy es una cadena interminable de autoayuda y ayuda, pues cada niño recibe apoyo con el único pero ineludible compromiso de ayudar a otro cuando su vida empiece a mejorar.