Especiales Semana

ANTIOQUIA

1 de mayo de 1995



EL ULTIMO GRITO
El centro de la moda está en Medellín. Esa ciudad no sólo cobija a las textileras más grandes del país, sino que además es anfitriona de los principales eventos de la confección.

EL HECHO DE QUE Medellín sea el centro de la moda en nuestro país se explica por la tradición textilera que desde hace alrededor de 80 años caracteriza a la capital de los paisas. Según el diseñador Carlos Pinel, todo comenzó en 1917 cuando la primera empresa de textiles se fundó en la ciudad. Con el tiempo la actividad de la confección de telas evolucionó hasta incursionar en el área del diseño de vestuarios. Minta Muñoz, directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de Confeccionistas de Moda -Acolmoda-, coincide con Pinel al afirmar que por la facilidad de tener la materia prima 'en casa' fueron los medellinenses los primeros en montar empresas dedicadas al diseño y la elaboración de ropa.
Al pasar los años la actividad del diseño de modas creció y se profesionalizó tanto que se hizo necesario crear escuelas especializadas en esa disciplina. Es por lo anterior por lo que las facultades más importantes del país en diseño de moda se encuentran ubicadas en Medellín. Después de todo, según Minta Muñoz, es precisamente en esa ciudad donde hay una mayor demanda por ese tipo de profesionales. Es así como cada año la Universidad Pontificia Bolivariana, la Colegiatura Colombiana de Diseño y la Escuela de Arturo Tejada, entre otras, se encargan de graduar a excelentes diseñadores.
Para Muñoz, con el tiempo los confeccionistas colombianos se dieron cuenta de lo importante que era seguir las tendencias internacionales de la moda. En ese momento los diseñadores comenzaron a viajar al extranjero para nutrirse de las nuevas técnicas que se presentaban a nivel mundial.
Ya a finales de la década de los 80 el mundo de la confección alcanza la etapa más importante de su crecimiento al crearse Inexmoda, una institución encargada de promover a la industria colombiana de la confección y el diseño a nivel internacional. Es entonces cuando comienzan a celebrarse en Medellín los eventos nacionales más importantes para la moda: Colombiatex y Colombiamoda. El primero de ellos está dedicado a suplir de materia prima a los confeccionistas y el segundo tiene como objetivo exponer las prendas de los diseñadores a los propietarios de los almacenes para que éstos las adquieran y las comercialicen.
Además de los eventos de Inexmoda, las empresas textileras de Medellín se preocuparon por organizar sus propias exhibiciones. Ejemplo de ello es Acontecimiento, un evento que por quinta vez presentará en 1995 la empresa Coltejer para mostrar el trabajo de cuatro diseñadores colombianos, quienes utilizaron como materia prima las telas de esa compañía.
Por otra parte, como es de suponerse, Medellín se convirtió en el centro del modelaje. Tanto para Pinel como para Muñoz, las escuelas y las agencias de modelos más importantes se concentraron en la capital antioqueña. El fenómeno anterior es lógico, pues al fin y al cabo es precisamente en esa ciudad donde se requiere una mayor oferta de modelos para satisfacer la demanda que crean todos los eventos del diseño y la confección. Para Muñoz, el montaje de desfiles se profesionalizó hasta el punto de que las tareas están muy bien definidas. Por lo anterior, si una persona organiza un evento tiene que contactar no sólo a la agencia de modelos sino también al iluminador, al encargado de sonido y al que prepara los escenarios.
Además, si se quiere comprar en Colombia la ropa que está al último grito de la moda, el mejor lugar es Medellín. No sólo la ciudad está provista de múltiples centros comerciales, sino que ademas posee varios almacenes de punto de fábrica. Y como si esto fuera poco, en Itaguí se encuentra el Centro Nacional de Confección y Moda -CNC-, donde se venden a precios de fàbrica más de 200.000 prendas de las mejores marcas nacionales y extranjeras.
Por el momento las perspectivas para la industria colombiana de la moda son alentadoras. Los diseñadores necesitan promover su producción no sólo a nivel nacional, sino comenzar a proyectarse con más fuerza hacia el extranjero para llegar a ser reconocidos incluso en las capitales mundiales de la moda, como los son Nueva York y París. Para lograr esos objetivos, según Pinel y Muñoz, se hace necesario un mayor apoyo gubernamental a la exportación de las confecciones nacionales, pues en la actualidad las prendas encuentran múltiples trabas administrativas para poder salir del país. De otra parte, para proteger el trabajo de nuestros confeccionistas es imprescindible luchar contra el contrabando y la subfacturación, que se multiplicaron a raíz de la apertura de mercados.
Mientras tanto, no cabe la menor duda de que Medellín seguirá siendo el centro de la moda en Colombia, pues no sólo es la base de las empresas de confección, sino además concentra las mejores escuelas de modelaje y de diseño y es la sede de los eventos de moda más importantes del paìs.