Especiales Semana

Antonia Santos

Financió las guerrillas en Santander para promover la revolución contra el poder español. Fue fusilada en 1819.

ANDREA GARCÍA OSORIO*
3 de diciembre de 2005

En la plaza de El Socorro se escuchan los murmullos, los llantos y las expresiones de dolor al ver pasar a Antonia Santos, que camina en dirección al cadalso. Aunque sabe que la muerte es inminente, ella marcha con la dignidad, la humildad y la serenidad que siempre la han caracterizado. Al llegar a su último destino saca un pañuelo y ata las puntas de su vestido con la esperanza de que cuando le disparen sus prendas, no levanten vuelo y así hasta en su muerte pueda conservar el pudor que siempre ha llevado consigo en vida. Los encargados de su ejecución la miran en silencio. La salva de disparos va a tronar. Ella, sin embargo, hace una petición final. Se quita su anillo de esmeraldas y se lo entrega al oficial que ordenará su muerte y le susurra al oído que les pida a sus verdugos que no le apunten hacia su rostro porque no quiere despedirse de este mundo con una mueca de dolor. Es un triste 28 de julio de 1819. Entre tanto, el Ejército Libertador, en Boyacá, se preparaba para dar inicio a la batalla que daría la liberación de la Nueva Granada. Uno de los hechos más importantes en la historia de estas tierras y al que Antonia Santos contribuyó de manera decisiva en su corta pero intensa existencia. Mujer de personalidad fuerte, que luchó por sus sueños de libertad, justicia y de vida digna. Incluso en vísperas de su muerte, en el consejo de guerra, volvió a ratificarlo cuando le propusieron negociar su pena a cambio de información para ubicar los movimientos guerrilleros. A lo que respondió: "Denuncio de nuevo las atrocidades cometidas por el gobierno de la Corona Española contra el pueblo". Esa fue su lucha: clamar justicia. Para eso los pueblos de la época tuvieron que armarse y ella contribuyó con aportes económicos. Sentenció que el dinero utilizado para ayudar a las guerrillas era suyo y por lo tanto era de libre disposición. Antonia Santos nació en 1782 en Pinchote y era hija de María Patronila Plata y Pedro Santos Meneses, ambos oriundos de la provincia de El Socorro. Desde pequeña fue víctima de las persecuciones por parte del Ejército Real, ya que su familia fue acusada de participar en conspiraciones y de promover revoluciones en contra del poder español. Ella, sin embargo, sacó el máximo provecho a su escasa educación, que se limitaba a lectura, escritura y aritmética. Todo un logro para las mujeres de la época. Una de las inspiradoras de las primeras guerrillas formadas en la provincia de El Socorro, conocidas como Coromoro o 'Santos', dedicó toda su vida a luchar por la libertad y la dignidad de su pueblo. Antonia Santos es la representación del carácter y la fortaleza de las santandereanas que participaron en la Independencia. Reconocimiento hecho por Bolívar a las mujeres de la provincia de El Socorro en unas palabras que pronunció en voz alta y firme: "Madres, esposas, hermanas, ¿quién podrá seguir vuestras huellas en la carrera del heroísmo? ¿Habrá hombres dignos de vosotras? No, no, pero vosotras sois dignas de la admiración del universo y de la adoración de los libertadores de Colombia". *Abogada, MBA de la Universidad de los Andes