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BRILLO

Los joyeros colombianos lanzan nuevas y atrevidas propuestas de piezas fabricadas en oro, zafiro, esmeraldas, diamantes y perlas.

2 de junio de 1997

Sofisticadas, elegantes y modernas piezas trabajadas bajo la lupa de expertos son las que hoy se exhiben en la joyerías más importantes del país. Joyas que combinan materiales como el oro y el platino y piedras preciosas como el zafiro, las esmeraldas, el diamante y las perlas imponen estilos más ágiles, con mayor volumen y con un toque más refinado.
Los elementos que destacan la belleza de este tipo de joyas, de acuerdo con Karen Shumacher, geomologa y diseñadora de la Joyería Shumacher, son las tallas y los cortes geométricos, como las figuras cuadradas, rectangulares, hexagonales, redondas, ovaladas y hasta en forma de trapecio, los engastes invisibles, los tejidos lisos o los más elaborados como las trenzas y lazos, la mezcla de oro amarillo y oro blanco. Así como la combinación de oro y paladio, la fabricación de piezas en oro de 24 quilates y en platino -uno de los metales más costosos en el mundo-, las piezas con mayor volumen y, sin lugar a dudas, los diseños simétricos y asimétricos de las piedras preciosas.
Día tras día los joyeros colombianos se encierran en sus enormes talleres en donde paso a paso funden y forjan el oro, cortan, tallan y moldean los diamantes, los rubíes y las esmeraldas hasta que llegan al punto exacto en el cual las piedras se unen con el metal, dando como resultado un conjunto armónico y elegante en piezas femeninas o masculinas como argollas, anillos, brazaletes, collares y aretes.
La filosofía futurista de la industria del país, que se ve reflejada en las piezas con diseños más dinámicos sin llegar a los excesos, y que están dirigidas a una mujer más moderna y ejecutiva, no ha dejado de lado los estilos clásicos y tradicionales que continúan siendo el punto de partida de las novedosas propuestas que han lanzado en esta temporada los diseñadores.
De hecho, las madres colombianas pueden elegir entre los diferentes estilos, bien sea el conjunto compuesto por collar, brazalete, aretes y anillos en oro y perlas, el de oro puro de 24 quilates o el juego de pulsera y collar en platino o, sencillamente, algunas de las piezas independientes en las que se ve plasmado el buen gusto de los artesanos colombianos.
Es precisamente por esta dedicación, creatividad y profesionalismo que la industria de la joyería en Colombia en los últimos cinco años ha logrado ascender varios escalones frente a una industria tan adelantada como la italiana.