Especiales Semana

C0MO NOS VE EL MUNDO

ENRIQUE V. IGLESIAS
10 de noviembre de 1997


LAS REFORMAS ECONOMICAS

Enrique V. Igleslas es presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, con sede en Washington.
DURANTE MUCHOS AÑOS Colombia constituyó una referencia obligada, una excepción feliz en una America Latina golpeada por los efectos combinados de la recesión, la inestabilidad macroecon6mica, la crisis de la deuda y el atraso social que caracterizaron a la 'decada perdida'. Y esa excepción no fue fruto del azar sino el resultado de un manejo prudente y sostenido de la economía colombiana, que creció en esos años a una tasa, muy superior al promedio regional, con un indice inflacionario justamente envidiado en la comunidad internacional que reconoció la profundidad del esfuerzo colombiano.
Con el paso de los años, y gracias al audaz proceso de reforma puesto en marcha en la mayoría de los países de America Latina, el contexto regional se transformó radicalmente: una nueva generaci6n de lideres democraticamente electos puso en marcha un audaz plan de reformas que ya ha comenzado a arrojar frutos importantes y que ha permitido en solo 10 años un saneamiento profundo de las economfas, haciendolas mas abiertas, competitivas y eficientes y con mayores posibilidades de enfrentar con exito sus graves problemas sociales.
Este proceso hizo que la 'excepción' colombiana comenzara a ser compartida en la medida en que varios paises lograban avances importantes que igualaron, y en algunos casos superaron, los resultados positivos alcanzados por Colombia hasta comienzos de esta decada, con índices de crecimiento mas altos, mayor estabilidad y menor indice de inflación.
Al mismo tiempo, durante los ultimos dos años, Colombia comenzó a mostrar síntomas propios de una fase de tensión y corrección característica del proceso de ajuste estructural iniciado a comienzos de esta decada. El incremento de las demandas sociales tuvo un fuerte impacto en el gasto publico, agravado por consecuencias no previstas del proceso de descentralización, loable en si, que a su vez puso en evidencia la urgente necesidad de fortalecer los gobiernos locales.
Colombia ha debido tambien hacer frente a una serie de factores adversos que van mucho mas alla del manejo del problema fiscal y cuya solución desborda el marco estrictamente colombiano, aunque es en su suelo donde se han pagado los costos sociales y políticos mas altos. Nos referimos al narcotrafico y a la guerrilla, con su dramatica y distorsionante secuela de efectos negativos sobre la actividad económica y el tejido social del país, y con ingentes perdidas de vidas humanas.
¿Debe concluirse de estas secuelas económicas que Colombia debe cambiar radicalmente el rumbo seguido y abandonar la politica de reformas que comenzó mucho antes que otros paises? No lo creemos asi. Al contrario, estimamos que la solución consiste en un ahondamiento de las reformas emprendidas que devuelvan la confianza y eliminen los cuellos de botella que frenan su desarrollo, impiden aumentar la productividad, sentar las bases de un mayor crecimiento y mejorar la calidad del gasto social. Junto con la busqueda afanosa de la paz y la prosecución de la lucha contra el narcotrafico, ese es el rumbo económico para retomar su posición entre los paises de vanguardia en la región.
En particular, y a la luz de experiencias exitosas, pensamos que todavia queda mucho por hacer para ampliar y racionalizar la base fiscal de un pais como Colombia. Y lo mismo es valido en materia de privatizaciones. No se trata de reducir ni debilitar al Estado, sino de crear las condiciones para que este juegue un papel activo precisamente donde mas se le necesita: asegurando la estabilidad macroeconómica y estableciendo reglas de juego claras y favorables para la inversión y, sobre todo, acentuando politicas sociales orientadas a superar los deficits existentes y a reparar el tejido social tan afectado por los eventos mencionados.
La gran batalla que tienen por delante tanto Colombia como toda America Latina es la de la educación, factor fundamental e indispensable para alcanzar un crecimiento sólido y sustentable a largo plazo. Esta lucha requerira un uso inteligente de los recursos, sobre los cuales las escuelas, las comunidades y los padres deberan tener una mayor incidencia de la que han tenido hasta ahora.
Existe hoy una conciencia generalizada en America Latina sobre la importancia del papel de las instituciones en el proceso de modernización económica y social. El BID ha recogido esa preocupación y se ha comprometido a respaldar a los paises en su empeñpo por mejorar las instituciones. Sin un marco institucional eficiente, transparente y eficaz, sin un poder judicial adecuado se desalienta la inversión y se pierde ese bien intangible y precioso que es la confianza.
He sido siempre muy optimista sobre el futuro económico de Colombia y sus posibilidades para alcanzar un autentico desarrollo social, y lo sigo siendo. Me atreveria a decir que esa es tambien la visión mayoritaria de los mercados internacionales, como lo confirma la continuación de las inversiones extranjeras en el pais. La calidad de sus recursos naturales y humanos, sus equipos dirigentes=publicos y privados=, su cultura democratica, y largos años de prudente gestión económica me dan base para ello.
De no haber sido por este cumulo de activos, las dificiles coyunturas que ha atravesado el pais en los ultimos años habrian tenido consecuencias devastadoras sobre su economia, y ese no ha sido el caso. Es por ello que mi confianza sigue firme en Colombia y en su futuro.