Especiales Semana

CALI SACA LA CARA

A pesar de sufrir los problemas del narcotáfico, Cali sigue dando ejemplo. Sus empresarios e industiales son los de mayor sentido social en Colombia.

26 de septiembre de 1994

DESDE LA MUERTE DE PABLO ESCOBAR Y el desmantelamiento del cartel de Medellín la atención del país con respecto al narcotráfico se ha centrado en Cali. La inmensa mayoría de las noticias sobre este tema se producen en la capital del Valle del Cauca. El Bloque de Búsqueda se ha trasladado hasta allá para seguirle la pista a la organización de traficantes de droga que opera en la zona. Todo parece indicar, en fin, que el epicentro de esta actividad ilícita se trasteó de Antioquia a Cali, casi como si en el resto de Colombia no se estuviera cometiendo este delito.

Sin embargo, detrás de esta nube negra de informaciones acerca del narcotráfico sigue en pie una ciudad pujante. Una ciudad donde el progreso económico limpio salta a la vista. Pero, sobre todo, una ciudad que muestra orgullosa a su sector de industriales y empresarios no sólo por las ganancias que obtienen y el empleo que dan, sino sobre todo por una característica que quizás no se observa en ningún otro lugar del mundo: su sentido social.

Tal vez la entidad que mejor ilustra lo anterior es la Fundación Carvajal. Nacida en 1961 luego de que los accionistas de Carvajal & Cía. decidieron ceder gratuitamente el 40 por ciento de las acciones de la empresa para esta corporación, la Fundación Carvajal muestra hoy un balance impresionante. Sólo en 1993 dio apoyo, a través de su Programa de Vivienda, a la construcción de 1.160 soluciones, con lo cual totaliza 11.160 desde su creación. Más de 42 millones de dólares ha canalizado en esa tarea. En cuanto al Programa de Respaldo a los Tenderos, a quienes abastece de productos y brinda asistencia, el año pasado otorgó créditos por 397 millones de pesos y ayudó a casi 6.000 dueños de tiendas y vendedores ambulantes. El proyecto se ha ampliado a 12 ciudades del país con financiación de la Fundación Ford y la AID.

Ambos programas han hecho presencia en el distrito de Aguablanca desde 1980 y por eso, tal como lo dijo un ex alcalde de Cali, "no se ha extendido la guerrilla en ese asentamiento". Otro plan implementado por la Fundación Carvajal en esa zona ha sido el de Atención Primaria en Salud. Por ello los 14 puestos instalados para el efecto han logrado que la tasa de mortalidad infantil no suba del 23 por mil, máxime si se tiene en cuenta que en los países del Tercer Mundo esta cifra es de casi el doble.

De los demás proyectos de la Fundación Carvajal podría decirse que el más sobresaliente es el de Microempresas. "Fue iniciado en 1977 -dice el director de la entidad, Luis Fernando Cruz- y ha capacitado a 20.200 microempresarios. Ha tenido tanto impacto este programa que el año pasado realizamos ocho seminarios internacionales, con la ayuda del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)".


OTRAS FUNDACIONES

No obstante, la Carvajal no es la única fundación que lleva a cabo proyectos filantrópicos. Un programa que ha atraído el interés general es el de la Urbanización Calimío I, organizado por la Fundación Holguines. Aquí la idea fue tomar la iniciativa de la Fundación Carvajal y agregarle elementos novedosos. De esta manera, se concretó un programa en el que 1.275 familias con ingresos de entre uno y dos salarios minimos compran un pequeño lote con un préstamo a 15 años de la corporación Granahorrar, edifican su vivienda mediante un sistema de autoconstrucción dirigida y con materiales baratos, y disfrutan un parque, administrado por la Corporación para la Recreación Popular, con canchas varias y dos piscinas.

Como dice Germán Holguín Zamorano -presidente de Holguines S.A. y del Comité Empresarial Permanente del Valle del Cauca-, "todos ganan. La familia consigue vivienda. El gobierno, que da apoyo, Holguines y la Fundación cumplen objetivos sociales. Los productores de materiales venden con márgenes normales de utilidad. El dueño de la tierra vende a precios comerciales. Y la entidad crediticia gana el dinero de los intereses legales". Además, resulta increíble que en un barrio de familias de escasos recursos se vea una oficina de Granahorrar funcionando normalmente.

Una tercera corporación a la que se le reconocen sus conquistas es la Fundación para la Educación Superior (FES) que en diciembre cumplirá 30 años. Surgida para buscar mecanismos de apoyo intelectual y financiero para la Universidad del Valle, esta fundación debió cambiar su método de funcionamiento a mediados de los 70, cuando fundaciones estadounidenses como la Rockefeller, la Kellog's y la Ford retiraron su apoyo al centro universitario del departamento. Por eso desde entonces trabaja con diversas universidades en todo el país. En lo que respecta a donaciones directas, en 1993 llegó a los 1.070 millones de pesos en 86 municipios. La FES cuenta con una variedad de programas. En asuntos de salud, acaba de inaugurar el Instituto del Pacífico (Insalpa) y se apresta a organizar la red latinoamericana de investigadores de la malaria. En el área de la educación publica una revista, La alegría de enseñar, con 40.000 ejemplares; realiza investigaciones sobre la educación básica, y financia a más de 30 estudiantes colombianos en las universidades de Harvard y Tulane. En lo que toca con el medio ambiente, respalda 61 reservas privadas. Y en cuanto a la búsqueda de dirigentes, mantiene desde 1990 el Instituto FES de Liderazgo.

Pero sin lugar a dudas el más ambicioso de sus planes, y donde ha hecho una labor original, es un programa de apoyo a la rama judicial del poder público. Se trata de un plan dentro del cual se han capacitado jueces, descentralizado despachos judiciales y sistematizado los archivos de los juzgados. Para ello se han invertido 18.9 millones de dólares desde 1987 y se ha contado con el apoyo de la AID. Es probable que por todo este trabajo el BID considere a la FES -dirigida por Hugo Lora Camacho- como un tipo de organismo modelo.


LA INICIATIVA

Cuando se analiza la gestión de fundaciones como estas, la pregunta obligada es de dónde surgió una iniciativa así. Y la verdad es que nació de Manuel Carvajal Sinisterra y su hermano Jaime. Ambos pensaban que una región es el reflejo de sus gentes, y que la mejor de las culturas es la de la solidaridad. Mientras este último decía que "la pobreza absoluta es no tener trabajo", Manuel Carvajal afirmaba que "la empresa no puede prosperar en un medio social enfermo, porque tarde o temprano los males del medio afectarán su desempeño". Y añadía: "La empresa no puede, portanto, ser indiferenteante los problemas sociales".

Estas ideas germinaron sin tropiezo en los jóvenes dirigentes caleños de los 50 y los 60. Pero no se detuvieron allí, sino que tomaron la determinación de profundizar en el asunto y trajeron de Estados Unidos a Peter Drucker, un gurú de la Administración Pública, y a Roderick O'Connor, y montaron un magíster en la Universidad del Valle -muy apoyada ya por fundaciones norteamericanas- cuyo primer matriculado fue el propio Manuel Carvajal, para entonces el más viejo del grupo de alumnos. Tal vez este curso explique las bondades de las múltiples fundaciones que se han gestado en el departamento para beneficiar con programas de fácil viabilidad, pero nunca gratis, a los sectores de escasos recursos.


ALCALDE DEL SECTOR PRIVADO

Pero las inquietudes de los dirigentes caleños por mejorar la situación de las clases menos favorecidas no se han circunscrito al sector privado. Con la llegada de Rodrigo Guerrero a la alcaldía, este tipo de actividades altruistas se trasladaron al sector público. Y era lógico. Al ser elegido, Guerrero venía de dirigir la Fundación Carvajal. Es un médico graduado en la Universidad del Valle con un máster en Salud Pública en Harvard, circunstancia que, aunque suene curioso la ha empleado en darle un enfoque muy singular a los problemas de la capital del Valle del Cauca.

Para él, la violencia es asunto semejante a una epidemia. Por eso optó por aplicar una estrategia para vencerla, y la denominó Epidemiología de la Violencia. Con base en estas premisas ha aplicado la que considera un remedio médico contra los problemas de orden público: el Programa para el Desarrollo, la Seguridad y la Paz para la ciudad de Cali (Desepaz). Y es que los índices de criminalidad han aumentado en forma alarmante. En los últimos diez años, la tasa de homicidios ha pasado 23 a 95 por cada 100.000 habitantesaño.

Para detener este fenómeno se diseñó un mecanismo de recolección de la información que permite hacer un seguimiento permanente del día la hora y el lugar donde ocurrió el crimen, lo mismo que el sexo, la edad y el estrato social de la víctima, y la clase de arma utilizada. Esta información se analiza semanalmente en el Consejo de Seguridad Municipal. Este registro de la actividad criminal sirve de base a las medidas tomadas para contrarrestarla.

Gracias a esto se implementó la Ley Semiseca y la campaña de desarme de la población civil en el casco urbano de Cali los fines de semana y días festivos.

También se lucha contra la violencia en otros campos. Se ha modernizado el sistema judicial con el montaje de una red computarizada de información que permite que la acción de las autoridades sea más rápida y efectiva. Igualmente, se está incrementando la calidad de vida de los funcionarios policiales de Cali. A quienes no se han graduado de bachillerato se les está dando la posibilidad de acceso a este nivel de estudios.


EL PROGRAMA ESTRELLA

Sin embargo, el programa estrella del alcalde Guerrero es el de la Ciudadela Desepaz. Este proyecto, según muchos el más grande de vivienda de interés social en América Latina, implementa desde la alcaldía, con la dirección de Luis Fernando González, gerente del Instituto de Vivienda de Cali (Invicali), los programas de autoconstrucción dirigida de fundaciones como la Carvajal y Holguines. 150.000 mil personas se beneficiarán de un total de 28.000 soluciones de vivienda con servicios para familias de estratos uno y dos. La ciudadela será aproximadamente del tamaño de Buga y contará con escuelas, hospitales y centros de salud.

La cuota inicial para un lote con servicios será de 500.000 pesos. Después el propietario tendrá que pagar cuotas mensuales de 35.000 pesos, lo cual resulta factible para personas que se ganan el salario mínimo. Cada persona recibirá un subsidio por parte del Inurbe.

En materia ambiental, Guerrero ha emprendido algunas acciones relevantes. Se ha embarcado en una campaña de descontaminación de los ríos Cauca y Cali, en especial de este último con la construcción de unos colectores que impedirán que la ciudad siga vertiendo sus aguas negras allí. Si lo logra, Guerrero hará recordar las caminatas por la Avenida Colombia al caer la tarde y quizás vuelva a poner de moda el célebre verso de Eduardo Carranza: "Cali es un sueño atravesado por un río".

El funcionamiento del acueducto de la ciudad es uno de los más eficientes de todo el país, y la cobertura de las redes de teléfonos y energía alcanzan a superar el 90 por ciento. Además, el problema de atraso vial que sufría Cali se estaría solucionando con la construcción de un sistema de puentes que permitirán agilizar el tráfico. No obstante, sectores de las sociedades de arquitectos e ingenieros aseguran que hay mejores alternativas.


CALI ES VALLE

La Gobernación del Valle no se ha quedado atrás con respecto a la ciudad. Hay proyectos departamentales que benefician a la capital. Es el caso de la recuperación de la vía férrea entre Cali y Buenaventura que ya está en operación. Aparte de eso, los vallecaucanos esperan que se reabra el tramo Cali-Medellín, obstaculizado por un derrumbe, para que Antioquia goce con facilidad del comercio que mueve el puerto de Buenaventura, que representa el 60 por ciento de las importaciones y las exportaciones colombianas.

Con el fin de rehabilitar el transporte ferroviario, la Gerencia de Macroproyectos Estratégicos para el Valle del Cauca creó una infraestructura en la que puso de acuerdo a los sectores privado, gremial y gubernamental del departamento. En noviembre de 1992 constituyó la Sociedad de Transporte Férreo del Occidente S.A. (STFO), con la participación de los gobiernos de Caldas, Quindío, Risaralda y Valle, además del sector privado de los cuatro departamentos y logró inversiones para la línea del Pacífico por valor de 3.800 millones de pesos, de los cuales 1.800 millones se utilizaron en la construcción de los nuevos talleres. Los 2.000 millones restantes sirvieron para recuperar la vía Buenaventura-Cali-Cartago-Zarzal-Armenia. Según el gobernador, Carlos Holguín Sardi, en 1994 se destinarán 6.000 millones de pesos en mantenimiento y rehabilitación de la vía. Al finalizar este año se espera haber movido más de 600.000 toneladas netas y obtener utilidades por 200 millones de pesos.

Otro gran problema que enfrenta el Valle del Cauca es la profundización del canal de acceso al puerto de Buenaventura. Es urgente incrementar la capacidad de calado de este terminal para facilitar el ingreso de barcos de mayor tamaño a la bahía. Una firma estadounidense ya hizo los estudios sobre la posibilidad de dragar el estero San Antonio y no existe inconveniente alguno. La roca sólida no aparece sino a los 15 metros de profundidad, por lo que es posible dragar hasta los 13 metros bajo el nivel del mar. La aplicación de esta medida pondría a Buenaventura al alcance de las flotas mercantes más grandes del mundo, ahorrando muchos recursos a la Nación. "Si esto se realiza -dice un dirigente gremial de Cali-, no se hará necesaria la construcción del puerto de Tribuga, en el Chocó, obra que costaría al gobierno diez veces más, como mínimo".

Asimismo, la dirigencia gremial está en busca de proyectos para incrementar la capacidad de energía. Y tal como dice otro líder del departamento, "podríamos aumentar nuestro potencial no sólo con los planes que tenemos en el Valle, sino llevando a efecto uno de los proyectos más importantes y baratos del sector, según los estudios de prefactibilidad: la hidroeléctrica del Micay, al noroccidente del Causa".

El 21 y el 22 de marzo de este año, en la Universidad de Columbia, en Nueva York, se llevó a cabo un foro en el que varios estudiantes expusieron, al lado de dirigentes caleños y por iniciativa del estudiante colombiano Francisco José Lloreda, una radiografía de la capital del Valle. Se dijo que Cali es una dudad de contrastes, pues mientras ofrece problemas gravísimos presenta características formidables. Pero los profesores de ese centro universitario concluyeron las mismas dos cosas que Ted Cabler y David Osborne en su libro titulado Reinventing govemment (Reinventando el gobiemo), primer best seller de este tema en muchos años. Primera: que el modelo ideal de Adminitración Pública es un triángulo cuyos extremos son el sector público, el sector privado y la academia (universidad) con la idea de ayudar al centro -la comunidad- sin regalarle nada. Y segunda: que en Cali estos factores se han dado en un alto porcentaje, por lo cual es una ciudad ejemplo en ese aspecto. Todo lo cual hace pensar que esta es la otra cara, la más vieja cara de Cali.


'VOLVIMOS A LOS GRANDES PROYECTOS', DICE ALCALDE

DESDE CUANDO asumió la Alcaldía de Cali, Rodrigo Guerrero Velasco ha centrado su esfuerzo en resolver, en grande, los mayores problemas de la ciudad. La tarea no ha sido fácil. Sin embargo, él considera que ha salido adelante en varios frentes. "Me siento satisfecho en cuanto a que vamos a duplicar el agua potable en la ciudad, a cubrir el déficit de 25.000 cupos en la escuela primaria y a descontaminar el río Cali", dice.

Además, piensa que que ha habido otros logros destacados. Según él, se han recuperado los proyectos de envergadura. Afirma que, en materia de servicios públicos, soluciones que se habían planeado hace más de cinco años, han empezado a ejecutarse sólo ahora, y que, en lo que respecta a las vías, la ciudad presentaba un atraso de 15 años, que ha remediado con la aprobación del Plan Vial y de la sobretasa a la gasolina.

Todo esto suena bien. Pero sin duda el proyecto más sobresaliente de Guerrero es el de vivienda. "El Instituto de Vivienda de Cali (Invicali) pasó de ser ejecutor directo de los programas a planeador y facilitador de los mismos, delegando la ejecución fundamentalmente a empresas del sector privado -dice-. Esto nos ha permitido ofrecer una solución masiva al problema, con cerca de 40.000 soluciones para los estratos uno y dos. Esto prueba que la ciudad ha recuperado los grandes proyectos".

Otro programa que ha tenido buen suceso es el de la participación comunitaria, mediante el cual los Consejos de Gobierno Comunitarios, con participación de las Juntas Administradoras Locales, han hecho que la ciudadanía pueda influir en la marcha de los destinos de Cali.

Algo que causa curiosidad en Guerrero es el título que le dio al estudio de las soluciones a la violencia en la capital del Valle del Cauca: la 'Epidemiología de la Violencia'. "El nombre se debe -dice- a que como médico salubrista identifiqué que la principal causa de muerte en Cali y en las demás capitales del país era la violencia. Sin embargo, no se conocían con precisión sus características. No existían datos confiables sobre el número de muertos, las causas de esas muertes, los lugares de ocurrencia, la frecuencia y demás. La información que había era contradictoria. Por eso uno de los principales proyectos del programa 'Desepaz' fue el de la 'Epidemiología de la Violencia'. Aplicamos la estrategia de la epidemiología para el estudio de las enfermedades de origen desconocido".

"De este modo -agrega- el mecanismo unificado de recolección de la información con que contamos ahora nos permite diseñar estrategias y medidas. Por ejemplo, los datos recogidos revelaron que el 50 por ciento de los muertos en accidentes de tránsito tenían niveles altos de alcohol, razón por la cual implementamos la ley semiseca. Con esta medida logramos reducir sustancialmente el número de muertos en accidentes de tránsito".

Pero no todo es color de rosa. El Alcalde dice que no ha podido resolver la invasión del espacio público por parte de los vendedores ambulantes. Tampoco los trancones, que, piensa, se eliminarán en cinco años aun cuando se ha impulsado el controvertido Plan Vial y se ha garantizado parte de su financiación con la sobretasa a la gasolina. Y, mucho menos, la municipalización de 1.600 funcionarios que actualmente dependen de la unidad regional de salud, algo que espera lograr este año.

Aparte de eso, dice que los principales problemas de la ciudad son "el narcotráfico y su efecto corruptor en la sociedad porque son responsables de la sensación de inseguridad que hay. El narcotráfico es como el sida social, porque ataca los mecanismos de defensa del conglomerado social". Y asegura que él como jefe de Policía, le busca una salida a este flagelo apoyando todas las acciones que ordena la justicia.



MUCHO MAS QUE SALSA

PARA EL común de la gente la cultura en Cali es solamente salsa. La vida cultural de la ciudad se identifica con la maravillosa música del Grupo Niche o Guayacán. La afición de los caleños por oír y bailar este ritmo es bastante conocida en Colombia y el exterior. No en balde se conoce a Cali como 'la capital mundial de la salsa'.

Sin embargo, la cultura en la ciudad y su apego por lo clásico, van mucho más allá. Cali, por ejemplo, es quizás la única urbe colombiana que tiene simultáneamente orquesta sinfónica, cuerpo de ballet, coro polifónico y emisora sin comerciales -la de la Fundación Carvajal- destinados a fomentar la cultura. Se trata de un ramillete de actividades que, coincidencialmente, cumplen 15 años ininterrumpidos de actividades en los próximos meses.

Todo esto se ha conseguido gracias al común denominador de la sociedad caleña: la unión entre los sectores público y privado. Así lo afirma la ex directora de Colcultura y actual directora de Proartes -entidad que fomenta y coordina las artes en Cali-, Amparo Sinisterra de Carvajal. Según ella, "la persona que tuvo la idea de crear Proartes fue don Leo Feldsberg, el fundador de Fruco, quien un día me llamó y me dijo que en Cali debería crearse una entidad como esta con el respaldo de la empresa privada. Yo decidí colaborar y al poco tiempo casa todos los industriales de la región echaron a andar el proyecto". De esta manera la idea fue tomando forma pero con una meta muy clara: sacar la cultura de los teatros pequeños con localidades costosas, y llevarla a la calle para que el grueso público pudiera disfrutarla. Hoy el objetivo se está cumpliendo a cabalidad. Proartes adquirió la casona donde despachó la primera gobernación del departamento, la remodeló y les dio sede a todos los representantes del arte local.

Pero tampoco debe pensarse que la cultura clásica en Cali es tan reciente. Si se revisan los archivos del periódico El Correo del Cauca, se encuentra que la primera temporada de ópera en la ciudad se llevó a cabo a partir del 30 de noviembre de 1927, cuando se inauguró el Teatro Municipal. En esa ocasión la Compañía Bracale interpretó, entre otras, Tosca, de Puccini,y El Trovador, Rigoletto, La Traviata y Aída, de Verdi. Más tarde, en 1931, se inauguró el Teatro Jorge Isaacs, que cuenta con una acústica, un foso y un escenario de primera línea.

El Museo La Tertulia, obra de Maritza Uribe de Urdinola en los años 60, constituye otro fuerte de la vida cultural caleña. Y el teatro también. La iniciación de éste se debe a Pedro Pablo Morcillo, quien trajo de España a Luca de Tena para dirigirlo. No obstante, su época de esplendor sucedió con la llegada de Enrique Buenaventura, junto a quien se formaron varios actores de renombre. Fue por aquellos días -finales de los 50- cuando arribó a Cali desde Argentina Fanny Mikey, quien luego se trasladó a Bogotá.

El conservatorio de Cali ha sido, además, epicentro de cantantes, músicos, pintores y escultores. Fue fundado en 1933 por el maestro Antonio María Valencia Zamorano, quien venía de asombrar a los entendidos en París. De ese conservatorio, y de la escuela de ballet del francés Raymond Maugé, organizada por Extensión Cultural, entonces dirigida por Elvira Garcés de Hannaford, salieron artistas reconocidos. Escultores como Edgar Negret. Voces como las de Zoraida Salazar, Marina Tafur, y Francisco Vergara y Juan Carlos Mera, que triunfan en Europa. Pianistas como Alina Sandoval y Mireya Arboleda. Y bailarinas como Gladys Marchant y Gloria Castro. Esta pléyade contó con el respaldo de la Sinfónica del Valle, integrada por Antonio María Valencia alrededor de músicos europeos que emigraron a América durante la Segunda Guerra Mundial, como el célebre fagotista Henry Tech, de la Filarmónica de Berlín.

Por eso durante los años 40 y 50 hubo un boom de presentaciones artísticas en Cali. Por el Municipal, el Isaacs o la Sala Beethoven desfilaron, para citar solo algunos, la bailarina rusa Tamara Taumanova; el pianista chileno Claudio Arrau; los españoles Margarita Xirgú (actriz trágica), Andrés Segovia (guitarrista), Nicanor Zabaleta (arpista), y la compañía de ópera del Metropolitan Opera House, de Nueva York.



A LA VANGUARDIA EN MEDICINA

TODO EL que entra queda boquiabierto. Los corredores son amplísimos, las habitaciones cuentan con lo más moderno en tecnología y las salas de cirugía son espaciosas y llenas de aparatos. Pero lo que más impacta de la Fundación Valle del Lili, un centro de medicina especializada, es la calidad de los equipos, por lo cual se le considera el hospital más moderno del país. Por eso varios médicos que lo han visitado, como George Sorensen, cardiólogo de la Universidad de Washington, han dicho que se trata de un centro médico a la altura de los mejores del mundo.

La idea de hacer esta clínica surgió a principios de los 80, cuando el también cardiólogo caleño Martín Wartenberg regresó a la ciudad después de especializarse en la Universidad de Tulane. En ese momento, él, junto con otros médicos de Cali, se dieron cuenta de que por la violencia el Hospital Universitario Evaristo García se había convertido en un hospital de guerra donde era imposible practicar la medicina especializada y de alta tecnología, decidieron retornar el modelo de la Fundación Santa Fe y se pusieron a conseguir recursos.

Fue entonces cuando le presentaron el proyecto a la empresa privada. Y ésta, como ocurre con frecuencia en Cali, financió en su mayor parte el hospital, cuyo costo alcanza los 30 millones de dólares. Los más importantes donantes fueron Alvaro Garcés Giraldo y señora Alice Echavarría de Garcés; Armando Garcés Giraldo y señora Mary Eder de Garcés; Eugenio Castro Borrero y señora Rosa Carvajal de Castro; Ovidio Peláez y señora Mary de Peláez; la FES, la Fundación Antonio Restrepo Barco, Asocaña, y numerosas personas que entregaron 10.000 dólares para completar la dotación de cada alcoba.

Pero los 50.000 metros cuadrados de construcción y las 220 camas de la Fundación Valle del Lili -una corporación sin ánimo de lucro- están destinados también a atender pacientes de escasos recursos. Según Vicente Borrero, director general de la Fundación, "en la FES se ha constituido el Fondo Ayudemos, que cuenta hoy con 250 millones de pesos, y que se espera posea 10.000 millones en cinco años con el objetivo de que el 20 por ciento de nuestros servicios asistenciales se encaminen a beneficiar gentes sin dinero". Además, la Fundación aspira a volverse centro de entrenamiento de posgrado, en coordinación con la Universidad del Valle. Para ello habrá convenios con las Universidad de Tulane y la Clínica Ochsner de Nueva Orleans, y con el Centro Médico Cedars Sinai, de Los Angeles.

"Con la Valle del Lili -dice un médico investigador- Cali vuelve a ponerse a la vanguardia de las ciencias médicas en Colombia. La primera vez fue en 1955, cuando un grupo encabezado por los científicos Santiago Rengifo Salcedo, Edgar Iragorri Zamorano, Gabriel Velásquez Palas, Eduardo Cañón Bravo y Jorge Lega Siccard, entre otros, consiguieron el apoyo de fundaciones como la Rockefeller, la Kellog's y la Ford, y crearon la Facultad de Medicina de la Universidad, por varios años una de las mejores de América Latina".