Especiales Semana

Ciudad cosmopolita

Arte de vanguardia, gastronomía argentina, jazz y arquitectura de alto nivel al servicio de todos son algunas de las características de la nueva Bogotá.

1 de diciembre de 2002

En los ultimos años Bogotá se ha convertido en una ciudad cosmopolita. La oferta de cultura y entretenimiento ha crecido de una manera notable, y prueba de ello son los nuevos espacios que están compitiendo con los tradicionales en diversas áreas o manifestaciones de las artes plásticas, la música, la gastronomía y la misma arquitectura.

Con el sistema de BiblioRed cientos de miles de bogotanos de las clases menos favorecidas no solamente tienen ahora acceso a la lectura cerca de sus barrios. Las mismas bibliotecas son sobresalientes obras de arquitectura, lo que ha terminado con lo que antes parecía inevitable: que la buena arquitectura fuera un privilegio de las clases pudientes o de quienes trabajan en edificios públicos o de acceso restringido. La Biblioteca Virgilio Barco, de Rogelio Salmona, hace posible que al placer de la lectura se sume la posibilidad de disfrutar de espacios bien iluminados y de jardines con fuentes de agua. Por su parte, en la Biblioteca El Tintal, el arquitecto Daniel Bermúdez convirtió una vieja planta de reciclaje de basura que estaba abandonada en el edificio más llamativo del suroccidente de la capital y, de paso, acercó la cultura a los habitantes de las localidades de Bosa, Kennedy, Tunjuelito y Fontibón. Lo mismo sucedió con la Biblioteca de El Tunal, construida en el remodelado parque de este populoso barrio de Bogotá y puerta de entrada a Ciudad Bolívar.

Los tres portales de Transmilenio también han demostrado que un buen diseño arquitectónico puede hacer amable un lugar que normalmente es un foco de caos, estrés y suciedad. También disfrutan de muy buena arquitectura los afiliados a cajas de compensación como Compensar, cuyas instalaciones en el sector de El Salitre ganaron el premio nacional de arquitectura y son valiosos ejemplos de excelencia arquitectónica de interés social..

Los amantes del jazz también se han visto beneficiados. En los sectores de La Merced, La Macarena y La Perseverancia funcionan desde hace pocos años locales de jazz en los que se presentan en vivo intérpretes de diversas tendencias y donde es muy común encontrar, de manera espontánea, a músicos que vienen a la ciudad a eventos relacionados con el género. Se destacan lugares como Tocata y Fuga, ubicado en frente al Colegio San Bartolomé en una vieja casona de estilo inglés. En la zona de las Torres del Parque funcionan Jazz la Hora y El Café y el Jazz, este último un lugar donde conviven los seguidores de este género con DJ experimentales. En esta zona se ha reactivado el movimiento artístico, varios galeristas, como Alonso Garcés, Jairo Valenzuela y el artista Carlos Salas, volvieron a creer en un sector que había perdido mucha fuerza. Cerca de ahí, en pleno centro de la capital, funcionan la galería de Carlos Alberto González y la Casa Cultural de Salamanca. En la localidad de Chapinero también han aparecido galerías que le apuestan al arte de vanguardia con Casa Cuadrada, Sala de Espera, y, un poco más al norte, la Galería La Pared y la Alfred Wild.

La cocina argentina también está en auge. A lugares tradicionales como La Esquina del Tango y La Estancia Chica se han sumado nuevos sitios como La Bombera y Patagonia en Usaquén y, en el norte de la ciudad Campo Alto y La Casa de la Loma.

Con variedades nuevas, como la cocina thai, la japonesa y la india, los bogotanos tienen una oferta gastronómica digna de cualquier metrópoli del mundo.