Especiales Semana

COMO INVERTIR SU DINERO EN 1992

EN 1991 CAMBIARON LAS REGLAS DE JUEGO EN MATERIA DE ALTERNATIVAS FINANCIERAS

24 de febrero de 1992

EL AÑO PASADO NO FUE MUY BUENO PARA LA economía colombiana. La inversión productiva se paralizó y el Producto Interno Bruto apenas creció en un dos por ciento. Las restricciones crediticias afectaron el comportamiento del sector industrial, y en su afán de contener la inflación el Gobierno se vio Precisado a reducir la inversión oficial.
Los ahorradores, sin embargo, encontraron la forma de proteger su dinero y los inversionistas lograron rendimientos muy altos para su capital. Los índices de las bolsas de valores alcanzaron niveles sin precedentes, la finca raíz salió de su marasmo no de los más largos de los últimos años y los papeles oficiales ofrecieron rendimientos que casi duplicaron la inflación.
Con el cambio del año, sin embargo, los colombianos se preguntan ¿qué sucederá? A nivel económico, es claro que 1992 pinta mejor. Muchos de los nubarrones que opacaban el año pasado el horizonte han desaparecido. Los temores sobre la Constituyente resultaron infundados, las consecuencias de la guerra en el golfo Pérsico no fueron lo catastróficas que se preveía, la recesión mundial no alcanzó a golpear las exportaciones colombianas y el Gobierno se salió con la suya en materia de control de la inflación.
De allí que las autoridades económicas del país estén pensando en un aumento de la inversión productiva y en un crecimiento económico muy superior al de 1991.
El Departamento Nacional de Planeación ha estimado en 3.5 por ciento la tasa de crecimiento para el presente año. Y el ministro de Hacienda, Rudolf Hommes, piensa que dicha tasa puede todavia ser mayor si, como se espera, hay un incremento en la inversión extranjera.
De resultar eso cierto, el mayor crecimiento de la economía mejorará sustancialmente las condiciones de sectores como la construcción, haciendo aún más atractiva la colocación de recursos en finca raíz. La apertura de mercados, además, dará nuevas opciones a los inversionistas, que ahora tendrán facilidad de acceso al mercado mundial de capitales. Y el Gobierno seguirá ofreciendo papeles de gran seguridad para los ahorradores. Pero todo parece indicar, sin embargo, que la mejor alternativa de inversión seguirá estando en las bolsas de valores.
En 1991 los precios de las acciones crecieron, en promedio según el Indice Vallejo en un 305 por ciento. Colombia se reveló como uno de los " mercados emergentes" de mejor comportamiento y hubo meses en que el crecimiento de sus bolsas de valores superó al del resto de países como necesariamente tuvieron que reconocerlo los más prestigiosos órganos de prensa a nivel internacional. Es más, todo parece indicar que el boom continuará y que 1992 será "el año de las acciones".
Y no se trata simplemente de un problema especulativo. Es que, como le decía a SEMANA uno de los miembros de la Junta Directiva del Banco de la República, "el país está cambiando mucho más rápido de lo que la gente cree".
La apertura económica, que no se ha materializado plenamente en algunos sectores, es una realidad palpable en materia de capitales.
Tanto, que los mismos miembros de la Junta del Emisor han terminado por aceptar que una variable tan importante para el manejo de la economía en épocas de ostracismo, como los medios de pago, se ha vuelto casi imposible de controlar. Y eso los ha llevado a modificar el contenido de toda la política económica.
Para evitar la repetición de problemas como los que se presentaron el año pasado, la Junta del Emisor ha decidido que diferencia de lo que se hacía en los otros años es fundamental actuar sobre el crédito y fomentar la inversión, buscando reducir al máximo las tasas de interés. Y no se trata de un simple pronunciamiento: en menos de un mes los intereses de los papeles oficiales han caído en cerca de 20 puntos, siendo seguidos muy de cerca por las tasas de interés de captación de los bancos.
Eso, por supuesto, favorece la inversión en otros sectores. Con los certificados de depósito a término de los bancos y las corporaciones financieras y con los Títulos de Participación del Banco de la República ofreciendo rendimientos apenas iguales a la inflación proyectada que aunque nadie se atreve a mencionar es claro que está de nuevo cercana al 22 por ciento es obvio que la mayoría de los capitales -exceptuando aquellos que sólo buscan seguridad- se dirijan hacia otras inversiones.
En los últimos años, el espectro de alternativas de colocación de recursos en el sector financiero del país ha crecido de manera importante, como se puede apreciar en el cuadro que se incluye al final de este informe. Pero aparte de ofrecerle confianza a los inversionistas para no hablar solamente de los ahorradores y de lo fácil que resulta su manejo, es claro que ninguna brinda la posibilidad de obtener un rendimiento similar al de opciones medianamente riesgosas, como la finca raíz, o definitivamente riesgosas, como las acciones.
Esa es una de las razones por las cuales los analistas están pensando que dichos papeles volverán a ser la mejor alternativa de inversión en 1992. Pero hay además otros factores, relacionados con el comportamiento de la economía. A pesar de la baja en el crecimiento del producto que se registró en 1991, hay muchas empresas entre ellas los bancos que arrojarán excelentes balances. Y ese será un incentivo adicional para los inversionistas. Para no mencionar el hecho de que, de acuerdo con los especialistas consultados por SEMANA, en un mercado "novato" como el nuestro, "todo el mundo quiere aspirar al máximo de utilidad", por lo cual los inversionistas tienden a comprar cuando las cotizaciones están subiendo.
Como no todo puede reducirse a una "cadena de la felicidad", no sobra recordar que todo lo que sube baja. Y que así como las condiciones están dadas para lograr enormes ganancias, nadie puede escapar a la posibilidad de una quiebra de iguales proporciones. Por eso, y a pesar de los espejismos, los mismos expertos no dudan en sugerir a los dueños de la plata el pensar en un buen portafolio de inversiones. Y para lograrlo, nada mejor que asesorarse de un buen profesional.