Especiales Semana

COMO INVERTIR SU DINERO EN EL 98

En 1997 las acciones y los dólares fueron las inversiones estrella. Este año ningún sectorparece perfilarse como el claro favorito.

23 de febrero de 1998

A pesar de la crisis de los países asiáticos y el sobresalto bursátil del pasado mes de octubre, 1997 fue un año excelente para los inversionistas en casi todo el mundo. En Estados Unidos, los mercados bursátiles alcanzaron niveles récord en agosto, y después de una brusca caída a finales de octubre, se recuperaron para cerrar con valorizaciones muy interesantes _el índice Dow Jones de 30 acciones líderes aumentó 22,6 por ciento y el más amplio Standard & Poor's 500 31 por ciento_. En renta fija, los rendimientos también fueron sobresalientes. Los bonos del tesoro a 30 años arrojaron una rentabilidad del 15 por ciento. En la Comunidad Europea, más de la mitad de las bolsas experimentaron valorizaciones del 20 por ciento o más en dólares. En América Latina, las bolsas de México y Brasil, descollaron con incrementos del 54,4 y 35 por ciento respectivamente. Solamente el descalabro financiero en Asia marcó la nota disonante. En Colombia, unas fueron de cal y otras de arena. Las acciones tuvieron su mejor desempeño de los últimos seis años y el índice de la Bolsa de Bogotá (IBB) se valorizó 69,6 por ciento _32 por ciento en dólares_. Al mismo tiempo, quienes invirtieron en el exterior, particularmente en dólares, se beneficiaron considerablemente de la fuerte devaluación del año pasado _el peso cayó 28,5 por ciento frente a la divisa norteamericana en 1997_. Sin embargo, los que invirtieron en renta fija y particularmente quienes le apostaron a la recuperación de la finca raíz no salieron tan bien librados. La DTF _tasa indicativa del costo de captación de las entidades financieras_ cayó más de cinco puntos en los primeros siete meses del año, pasando de 28 por ciento efectivo anual en enero a 23 por ciento en julio. La persona que invirtió en CDT a 90 días en enero, y renovó su inversión cada tres meses obtuvo una rentabilidad ligeramente superior al 24 por ciento el año pasado _lo que equivale a una rentabilidad real del 5,6 por ciento y en dólares del menos 3,5 por ciento.Si por el lado de la renta fija llovía, por el lado de la finca raíz no escampaba. Quienes pensaron que 1997 sería el año de la recuperación de los precios de los inmuebles se quedaron con los crespos hechos. Según la Lonja de Propiedad Raíz de Bogotá, la valorización promedio de viviendas de estrato socioeconómico medio en la capital fue del 15 por ciento. Esto equivale a una caída en precios de más del 2 por ciento en términos reales y de más del 10 por ciento en dólares. Más aún, los precios de los inmuebles de estrato alto permanecen en niveles iguales a los de principios de 1996, lo que equivale a una caída de más del 30 por ciento en términos reales.
1998
La mayoría de los expertos coinciden en que el desempeño de los mercados mundiales en 1998 será, en términos generales, inferior al de 1997. En los últimos tres años, los inversionistas en los mercados norteamericanos han logrado obtener rentabilidades superiores al 30 por ciento _cerca del triple del promedio histórico_ apostándole a casi cualquier cosa, por la marcada tendencia alcista del mercado en general. En 1998 el mercado no tendrá una tendencia definida al alza o a la baja y habrá más volatilidad. Para lograr rendimientos interesantes habrá que ser mucho más selectivo. Esta tendencia será similar en el resto del mundo, aunque las valorizaciones en la mayoría de los países de Europa y América Latina seguramente superarán a la de las bolsas norteamericanas. Una vez más la excepción será Asia, donde se espera que la estabilización económica impulse los precios de las acciones. En renta fija, tampoco se anticipan grandes sobresaltos. La crisis del Asia ayudará a temperar las presiones inflacionistas en Estados Unidos y otros países cuyas economías están funcionando con altos niveles de utilización de capacidad. Esto hará que la Reserva Federal de Estados Unidos probablemente no se vea obligada a subir sus tasas de referencia que sirven como parámetro para el resto del mundo. En los mercados emergentes, sin embargo, existen oportunidades interesantes, pues la crisis asiática ha ocasionado un aumento generalizado en las tasas de interés. Estos títulos seguramente se valorizarán durante el año a medida que las economías del Asia muestren señales de recuperación. A nivel de Colombia lo que parece evidente es que los rendimientos de las diferentes categorías de activos seguramente tenderán a converger. La rentabilidad de las inversiones en renta fija y la finca raíz mejorarán frente al año pasado, mientras que la tasa de valorización de las acciones caerá. Por el lado de las inversiones en el exterior, siempre y cuando la banda cambiaria no se modifique _que es el escenario más probable según los expertos_ la rentabilidad también disminuirá, pues la devaluación será moderada. Además, en este momento parece poco probable que una categoría particular de inversión sobresalga claramente sobre el resto, o, por el contrario, experimente un deterioro considerable. La finca raíz se recuperará gradualmente en 1998, pero no experimentará nada parecido a la bonanza de comienzos de los 90. Por su parte, la rentabilidad de los papeles de renta fija se verá limitada por tasas de interés superiores a las de 1997 pero aún moderadas y el desempeño de las acciones se verá afectado por la incertidumbre que rodea el tema electoral, las mayores tasas de interés y la volatilidad de los mercados internacionales. En este orden de ideas, las inversiones en dólares podrían dar la sorpresa si como temen algunos, la banda se modifica. De ser este el caso, superarán con creces los rendimientos de los demás sectores.

El largo plazo
En cualquier caso, un horizonte de sólo un año no es el indicado para desarrollar una estrategia de inversión óptima. Es cierto que hay personas que hacen grandes fortunas jugando con la volatilidad del mercado y especulando sobre los movimientos de los títulos en el corto plazo. Sin embargo, ese enfoque exige mucho tiempo y un altísimo nivel de conocimiento. Además, no siempre funciona. El inversionista que busca maximizar su patrimonio sin dedicarle una gran parte de su tiempo a sus inversiones, debe apostarle a tendencias de largo plazo, y con frecuencia hacer caso omiso de las fluctuaciones temporales del mercado.Pero, ¿en qué debe invertir el inversionista con visión a largo plazo? Una posible aproximación a esta pregunta es mirar los resultados del pasado _teniendo en cuenta que éstos no necesariamente son indicativos del desempeño futuro_. El estudio más detallado y profundo que se ha hecho sobre el desempeño de los mercados financieros en el largo plazo es uno realizado por Ibbotson Associates en Estados Unidos. Este revela que las acciones han sido de lejos la mejor alternativa de inversión en los mercados financieros norteamericanos en los últimos 70 años. Un dólar invertido en acciones norteamericanas comunes en 1925 valdría hoy en día casi 1.800 dólares. Una inversión similar en bonos del Tesoro de Estados Unidos a largo plazo sólo valdría 39 dólares en la actualidad. Es cierto que los precios de las acciones han fluctuado más, y que por lo tanto el riesgo año a año de invertir en acciones ha sido mayor. Sin embargo, la disposición a tomar este riesgo se compensa con una rentabilidad muy superior. Por este motivo, las acciones constituyen la mejor alternativa para quienes buscan la mayor valorización en el largo plazo. Sin embargo, si lo que se buscan es optimizar la relación entre el riesgo y la rentabilidad, un portafolio diversificado es la alternativa óptima (ver cuadro inferior). La diversificación permite reducir considerablemente el riesgo sin afectar de manera significativa la rentabilidad. El cuadro superior muestra los rendimientos acumulados en dólares para diferentes tipos de inversiones en Colombia y el exterior. La renta fija a largo plazo en Colombia aparece como la mejor inversión de los últimos cinco años, con un rendimiento acumulado ligeramente mayor al de las acciones norteamericanas y sustancialmente superior al de las colombianas. No obstante, dado el corto tiempo que cubre el análisis, sería apresurado sacar conclusiones sobre el desempeño en el largo plazo de diferentes activos financieros en Colombia a partir de este resultado. Si bien es cierto que en economías como la colombiana la renta fija proporciona mejores rendimientos que en países desarrollados _porque claramente implica más riesgos_, los años 1994-1996 se caracterizaron por tasas de interés excesivamente altas y una pronunciada revaluación. Esta situación produjo rentabilidades astronómicas en dólares para las inversiones de renta fija en Colombia. Los altos niveles de las tasas afectaron considerablemente al mercado accionario que en 1995 cayó un 28 por ciento en dólares. No obstante, el cuadro permite sacar dos conclusiones intersantes. La primera es que cuando se dan circunstancias especiales puede ser conveniente abandonar temporalmente la estrategia de largo plazo y hacer apuestas coyunturales. Segundo, la diversificación permite beneficiarse del buen desempeño que puedan tener otros tipos de activos Dos expertos aconsejan "Si un cliente me pidiera que le recomendara en qué invertir un millón de dólares, lo primero que pensaría es que no existe una respuesta única. La respuesta depende de un gran número de variables, aunque principalmente de tres: las necesidades de liquidez de corto y mediano plazo del cliente, su perfil de riesgo, y los instrumentos para invertir que estén disponibles en el mercado. Por ejemplo, para un cliente con un perfil de riesgo moderado, y para el cual esta cantidad no forme parte de lo que desearía mantener en inversiones totalmente líquidas, yo le recomendaría lo que me sugirió recientemente un amigo, reconocido por ser un experto en inversiones de esa clase: para empezar, invertir el ciento por ciento en certificados de depósito del JP Morgan en dólares, que son de alta liquidez, y son emitidos por un banco sólido. Le sugeriría esperar que pasen de cuatro a siete meses de estabilidad en los mercados de capitales asiáticos. Después le recomendaría mantener 40 por ciento en certificados de depósito del JP Morgan, e invertir 30 por ciento en acciones de compañías asiáticas y 30 por ciento en inversiones de renta fija asiáticas. Para un inversionista con un perfil similar, pero con experiencia e interés en América Latina, le recomendaría invertir en esta región. Yo creo que el mercado de capitales en América Latina tendrá un crecimiento importante (será un bull market) en los próximos cinco años, principalmente en países como México, Perú, Colombia y Venezuela. Por tanto, yo le recomendaría: mantener 40 por ciento en certificados de depósito del JP Morgan, e invertir 40 por ciento en acciones de compañías de los países mencionados anteriormente, que cumplan con las siguientes características. Que pertenezcan a un sector con ventajas comparativas en los países en los que estén presentes, y que éste sea además un sector de alto crecimiento, que no sean empresas recientemente creadas sino, por el contrario, que tengan una trayectoria de crecimiento, de estabilidad y de resistencia durante períodos volátiles en el flujo de caja generado, así como de estabilidad y permanencia de sus altos mandos ejecutivos, y que tengan acceso a capital, o que sean capaces de generar internamente el capital necesario, para financiar sus expansiones o la consolidación del sector mediante fusiones y adquisiciones.Una segunda alternativa sería invertir en las compañías que constituyen una pieza clave para multinacionales o para un grupo industrial regional que estén consolidando el sector en que operan. Por ejemplo, compañías que serían objetivos de adquisición por sus participaciones en el mercado, la eficacia de sus altos mandos ejecutivos, o sus capacidades para producir a costos menores que sus competidores. Sin embargo, invertir en estas compañías suele ser difícil, ya que gran parte de éstas no están registradas en las bolsas de valores. El 20 por ciento restante le recomendaría que lo invirtiera en bonos de compañías de la región que tengan una historia de pago de deuda impecable, que tengan una calificación 'triple B', con tasas de rendimiento parecidas a las que tienen compañías con calificaciones 'B' o 'triple C' en países desarrollados. Estas compañías suelen tener una historia impecable en cuanto al pago de sus pasivos financieros, y suelen ofrecer tasas de rendimiento superiores a las de compañías con calificaciones idénticas en países desarrollados, y similares a las de compañías con calificaciones de riesgo inferiores, debido al mayor riesgo que perciben los mercados de capitales en la región. Una segunda alternativa sería invertir parte del 20 por ciento restante en bonos 'Brady' de países de la región". Jimmy Mayer "La decisión de cómo invertir no se puede separar de los objetivos y características particulares de cada persona. Por tanto, lo primero que haría sería definir mi perfil como inversionista. ¿Cuál es mi objetivo: maximizar mis ingresos corrientes o maximizar la valorización de mi inversión en el largo plazo? ¿El capital que voy a invertir es del que dispongo y puedo invertir agresivamente, o es una parte importante de mi patrimonio? Sólo después de responder éstas preguntas se puede diseñar una estrategia óptima de inversión. Además, si se trata de una suma importante (como la mencionada en la pregunta) buscaría asesorarme de un administrador de fondos profesional responsable, honesto y que encaje dentro de mi perfil como inversionista en vez de invertir directamente. En lo que concierne a Colombia, la verdad es que las alternativas de inversión son limitadas, pues nuestro mercado de capitales no está muy desarrollado. Pero pienso que siempre y cuando se tenga un horizonte de inversión a largo plazo, podría ser interesante invertir en finca raíz, pues éste es un sector que se encuentra en proceso de recuperación. En el exterior las oportunidades de inversión son ilimitadas, y, por tanto, la asesoría de un profesional es aún más necesaria. Sin embargo, creo que habrá oportunidades muy interesantes en Asia en los próximos meses como las hubo en México después de la crisis de 1995".