Especiales Semana

COMPUTACION

19 de noviembre de 1984

Y de Colombia, ¿qué?
Todavía no se sabe cual será el papel del país en la revolución informatica.
Los recientes avances que se han hecho en el país respecto a una liberalización de las normas sobre inversión extranjera, así como el interés que sobre el tema parece manifestarse en el alto gobierno, han llevado a varios analistas a estudiar el papel que en un momento dado Colombia podría llegar a jugar dentro de la "revolución informática". La presentación de ciertas iniciativas de tipo privado y la labor hecha por el Centro de Informática de la Presidencia de la República, han abierto la polémica respecto a las áreas que merecen algún estímulo.
Por el lado gubernamental, se han adoptado las recomendaciones hechas por la Misión Colombiana de Electrónica e Informática que en el mes de abril viajó por Norteamérica y el lejano oriente para apreciar las capacidades del país. En un informe publicado a mediados del año, la misión sugiere que se debe tomar acción en varios campos específicos "para lograr la difusión amplia de los beneficios de la informática". De tal manera se recomienda atención a las áreas de educación (primaria, secundaria, técnica, superior y continuada), administración pública (sistematización de las diferentes entidades) y los sectores productivos. En el mismo documento se destaca la importancia de las redes de transmisión de datos, cuya ausencia puede constituírse en un cuello de botella. A continuación se trata el punto de opciones de industrialización, donde la mision es enfática en establecer que "el ensamble de microcomputadores no es una actividad prioritaria y su desarrollo no puede estar condicionado al establecimiento de altos niveles de protección arancelaria". En cambio se le da el visto bueno a las empresas productoras de componentes (circuitos impresos, fuentes de poder, transformadores, etc.), a través de una política de promoción de exportaciones, la creación de empresas de capital mixto y el desarrollo de zonas económicas especiales.
Finalmente la misión destaca la importancia de la producción de software (programa) ya que "la potencialidad del mercado doméstico está en los paquetes en español" Sin embargo, los mecanismos propuestos son demasiado difusos y es dudoso que en esta área se consiga algún resultado por iniciativa del gobienro.
A su vez, el sector privado ha sido timido en sus iniciativas, como resultado de la falta de materiales y mano de obra calificada. En el campo del hardware se hacen internamente ciertas piezas, pero hay ingenieros que ponen en duda su calidad. En forma experimental firmas como Diselec han ensamblado equipos con un 30% de partes importadas y que, en el caso del Discop 1 de la compañía citada, se puede colocar en el mercado por $ 250.000, un precio menor que el de minicomputadores comparables.
En lo que hace al área de programas, existe un mercado muy disperso que, por su juventud, no se ha podido organizar en la forma debida. Con todo, las compañías que venden software se han multiplicado y poco a poco se ha formado el personal capacitado para atender ciertas necesidades. Por ahora, el gran interrogante tiene que ver con la capacidad real del profesional colombiano. Si bien algunas universidades gradúan profesionales adecuados, la proliferación de instituciones que prometen la capacitación "en tres meses" ha contribuído a distorsionar la imagen del mercado. Las historias de abusos en las que las empresas son estafadas por alguien que se jacta de saber del tema, se multiplican día a día.
Pese a la abundancia de equipo, existe mucha ignorancia sobre el tema a nivel de gerencia y ello es causa de frecuentes equivocaciones. Hasta ahora se han logrado adelantar proyectos de alguna magnitud como el de la Informática Jurídica desarrollado en la Fundación Mariano Ospina Pérez. No obstante, el panorama general del sector no es claro todavía y no se sabe si paulatinamente se lograrán avances que le permitan al país proyectarse, por lo menos, en el contexto latinoamericano.--