Especiales Semana

COMPUTADORES

24 de mayo de 1993

Moda en lengua binaria
SOLO UN 20 POR CIENTO DE LAS EMPRESAS del sector textil y de la moda en el país están altamente tecnificadas. Son las más poderosas, pero el número sigue siendo mínimo si se tiene en cuenta la necesidad de ajustarse a los requerimientos exigidos internacionalmente. Sin embargo resulta una sorpresa agradable constatar que, de otro lado, las escuelas de diseño que preparan a los jóvenes para ingresar al mercado colombiano ya se están preocupando por brindar una formación en el área del manejo de computadores.
La escuela de diseño de modas y patronaje industrial Arturo Tejada Cano, una de las más tradicionales de Colombia, con 30 años de existencia, es pionera en ofrecer esta necesaria capacitación. En sus dos sedes, la de Medellín y la de Bogotá, cuenta con los equipos necesarios para diseñar sobre figurines masculino, femenino e infantil o que en el mundo de la moda se conoce como sketching, escalar esos diseños, en otras palabras, acomodarlos a distintas tallas y, además, hacer patronaje, es decir, los dibujos sobre los cuales se cortan las prendas.
Cada alumno de esta escuela, cuando finaliza su carrera tiene que presentar 10 diseños completos ajustándose a una tendencia predefinida en gama de colores para la temporada, tipos de telas (suaves y de gran caída, de trabajo, pesadas...) y ambiente general de la moda. Para esto se cuenta entonces con sencillos pero modernos equipos dotados de escaner en los que es posible elaborar las famosas "cartas de tendencia".
Los microprocesadores, de arquitectura abierta, no son cosa del otro mundo pero le permiten a los diseñadores enfrentar sin ninguna preocupación el reto de la gran industria, mercadear sus diseños con una carpeta bien presentada en sus manos, y enfrentarse a los otros equipos, los de arquitectura cerrada que ofrecen todas las empresas.
En Medellín ya están los patrones para diseñar zapatos y corseteria (ropa interior). La escuela de esa ciudad va un paso adelante de la de Bogotá. Pero tanto en una como en la otra la metodología de trabajo es la misma: los ingenieros responsables deben aprender de moda para poder adaptar los programas CAD -de diseño general- y los estudiantes deben oprender informática. Pronto esta labor mancomunada ingresará también al campo del corte, ya que la escuela está en los trómites de traer al país maquinas también en esa área. No desperdicios y ahorro de tiempo: dos grandes propósitos del diseño de cualquier tipo a pocos años del tercer milenio.
De la idea a la tela
Los equipos con que cuenta la escuela de Arturo Tejada son Lectra Systémes, los mismos que usan prestigiosas escuelas francesas, los mismos que usaron los jóvenes que ahora crean cobijados por nombres tan prestigiosos como el de Christian Lacroix. De nuevo, es bueno aclarar que no son lo máximo en desarrollo informático pero sí un buen comienzo.
Hace aproximadamente cuatro años que la escuela firmó contrato de asociación con esa firma, dedicada desde el 73 exclusivamente al CADCAM y líder hoy en el mercado de la confección. Es que ella está presente en los cinco continentes y tiene más de 3.500 clientes, 29 filiales y 42 agencias en el mundo entero.
Las otras dos más importantes compañías de informática para la moda que existen son Gerber e Investrónica, siendo esta última un claro ejemplo de pujanza empresarial, pues con sólo 17 años de existencia ya se ubica en los primeros lugares de preferencia.
A lo que se debe llegar, es a la total automatización de los procesos. Lo dice el propio Arturo Tejada y su opinión se apoya en un continuo contacto con el ritmo europeo de producción y enseñanza.
El mismo Lectra ofrece ya una serie de sistemas, los CAD300, que sirven para preparar el corte, optimizar el consumo de materiales, calcular el escallado, realizar fichas técnicas y hasta organizar la sala de corte.
Renglón aparte merecen otra serie de sistemas, los CAM 400 y 600. Los primeros destinados al extendido y corte de materiales homogéneos para pequeñas o grandes series. Los otros, especializados en corte automático de pieles, trabajo que se efectúa en cuatro etapas sucesivas: digitalización automática por escaner del material y sus defectos, colocación de los patrones para optimizar el consumo y corte automático.
Hasta aquí ha llegado la tecnología en esta actividad económica aunque no toda esté todavía en manos colombianas.
Sólo se admiten originalidades
Precisamente porque se trabaja sobre imágenes escaneadas, siempre se va más allá de los diseños que aparecen en cartas internacionales de tendencias y hasta en revistas. En la escuela Arturo Tejada Cano, los jóvenes diseñadores están en contacto con una gran dosis de material gráfico. Una vez han elegido y puesto en pantalla los modelos que son de su agrado solo queda una opción: crear o crear.
Muchas veces ni siquiera se parte del trabajo de otros. Simplemente se dibuja sobre los figurines la idea en amarillo, ciano, magenta, rojo, azul, verde y negro. Es posible sobreponer un plano tras otro para crear telas o atuendos completos. Luego viene el patronaje, sobre tallas predefinidas, decidiendo los "desahogos" necesarios y trabajando siempre sólo medio lado. A partir de eso se imprime a tamaño normal, media escala o un cuarto de escala... y a coser. Creatividad y tecnología unidas en un solo propósito: diseñar moda altamente competitiva.