Especiales Semana

CONEXION ASIA - AMERICA LATINA

31 de agosto de 1987

PERSPECTIVAS SOMBRIAS, PERO SE BUSCAN SOLUCIONES
Deuda e inflación amenazan década de desarrollo
COMO SIEMPRE, el estado actual de la economía de América Latina no es nada bueno. La caída del precio del petróleo, el alza en los tipos de interés internacionales, la caída en los precios de los productos primarios y la recesión en los países industrializados, han estragado a América Latina. Y no se ven soluciones en el horizonte.
Las cifras en verdad son impresionantes. En 1986, tras un año relativamente bueno, la economía latinoamericana alcanzó un nivel de producción por habitante similar al que tenía en 1978, y todavía por debajo en un 8 por ciento al que tenía en 1980.
Si las cosas siguen como van, es probable que para finales de esta década latinoamérica alcance tan sólo el nivel de producción per cápita que tenía en 1980.
Como consecuencia de los problemas de la deuda y la falta de ayuda internacional, América Latina requiere más dinero de inversiones internas y extranjeras para desarrollarse.
Pero la tasa de inversión interna es inferior a la que se necesita en economías más sanas -cerca del 25 por ciento del PIB. Además, la tasa de ahorro interno la base de la inversión interna, no es ni remotamente suficiente, apenas 20 por ciento del PIB, comparada con la del sudeste asiático, del 31 por ciento.
Tal como en los años pasados, latinoamérica tiene problemas con la deuda externa, el comercio exterior, los altos índices de inflación y el bienestar social de sus 406 millones de habitantes.
En términos de crecimiento los estimativos preliminares indican que este año va a ser peor que el pasado y que en frentes en los cuales se había logrado avanzar, se está retrocediendo nuevamente.
La inflación, controlada en 1985 y en 1986, sube alocadamente. En Brasil, los precios están aumentando a un ritmo promedio del 14 por ciento mensual. En Perú, la cifra de inflación registrada en abril fue la más alta de los últimos 14 meses.
Al comercio exterior no le ha ido mejor tampoco. En los países productores y exportadores de petróleo -Méjico, Venezuela y Ecuador- la situación mejoró ligeramente sólo porque no podía empeorar.
En diciembre de 1986, el saldo de la deuda externa alcanzó 382.000 millones de dólares. Brasil, Ecuador, Costa Rica, Perú y Bolivia actualmente se encuentran en moratoria.
Si se agregan los problemas sociales a la crisis económica, la situación se vuelve francamente grave. América Latina está plagada por el desempleo, el subempleo, la violencia generalizada y los movimientos subversivos. Si la economía sigue postrada, no se podrán solucionar estas dificultades. Y América Latina no sabe cuánto tiempo le queda para encontrar estas soluciones.