Especiales Semana

CONSTRUCCION VIVIENDA Y DECORACION

17 de septiembre de 1990

ENTRE LA PROSPERIDAD Y LA QUIEBRA
Si de los pueblos puede decirse que en cada esquina poseen una tienda, de las ciudades modemas podría asegurarse que cuentan con un centro comercial cada tres cuadras.

La evolución del comercio y el ordenamiento de las ciudades fueron factores determinantes de la proliferación de este tipo de agrupaciones. Los hay modernos, clásicos remodelados, grandes, medianos y pequeños. Los hay con escaleras eléctricas, con rampas para minusválidos e incluso con ascensor. Los hay de todas las formas y tamaños y, por supuesto, los hay buenos y malos.

Los primeros centros comerciales que se construyeron en el país fueron la sensación del público. Los habitantes de una ciudad sentían que ésta era una muestra fehaciente de progreso, aunque temían que también fuera una disculpa para encarecer los productos.

No obstante, de un momento a otro, de la misma manera que sucede con las modas del vestuario, comerciantes y arquitectos decidieron establecer la tendencia de los centros. Era un buen negocio. La gente empezaba a comprobar las ventajas de encontrar todo bajo el mismo techo y los vendedores que no se habían decidido a comprar un local en los primeros centros, esperaban ansiosos una nueva oportunidad.

El resultado no se hizo esperar: superpoblación de centros comerciales, sobre oferta de locales y quiebras por doquier. Basta con caminar por una calle del sector de Chapinero, en Bogotá, o por la Avenida Quince de la misma ciudad. Los centros pululan y también pululan en las vitrinas los avisos de "se vende este negocio" y "se arrienda este local.

Muchos inversionistas se arruinaron a raíz de la moda de los centros comerciales. Algunos encontraron salidas, como convertir los locales en oficinas, pero el diseño de la mayoría de estas moles no permitía hacer el tránsito de una manera muy fácil.

Lo curioso es que aún hoy se observa un claro movimiento de la construcción hacia la creación de más centros. Todos prometen convertirse en el más productivo de lazona, pero la experiencia señala que la mayoría de las veces no es así.

¿En dónde radica el éxito o el fracaso de un centro comercial? Según expertos consultados por SEMANA, hay reglas de oro que se deben tener en cuenta antes de poner el primer ladrillo.

Un centro comercial debe estar localizado en un área relativamente populosa,en un punto de transición urbana o en una zona donde se proyecte, a corto plazo, un movimiento urbanístico de cierta magnitud.

·Si bien es cierto que un centro debe ubicarse, preferiblemente, sobre una avenida con elevado tránsito humano, hay que analizar que este factor no necesariamente garantiza el fácil acceso del público. Las calles demasiado congestionadas pueden resultar contraproducentes, a menos que se ofrezcan alternativas. Lo ideal es encontrar un cruce de avenidas y una serie de vías alternas de menor movimiento.

·Estrechamente ligada al punto anterior es la necesidad de ofrecer varias entradas vehiculares, independientes de los accesos exclusivos para peatones. Estos últimos deben estar orientados hacia los paraderos de transporte urbano y deben proteger al caminante de la lluvia.

·A propósito de acceso, hay que decir que la zona de parqueo es una de las claves de un centro. La comodidad y la seguridad deben imperar en el diseño de los aparcaderos y se debe procurar que el servicio sea gratuito.

·La amplitud de los callejones internos es un factor vital, para facilitar el desplazamiento de los compradores. Los avisos de orientación y los "mapas" resultan indispensables. No se debe ahorrar ningún esfuerzo en materia de señalización.

Un centro comercial debe estar dotado de fuentes suficientes de iluminación y ventilación. Así mismo, es aconsejable la presencia de elementos decorativos como plantas y murales.

·Aunque la gente que va a un centro está dispuesta a caminar, está comprobado que el exceso de niveles es un factor negativo. Lo ideal es no exceder las tres plantas y ofrecer escaleras cómodas, ubicadas en puntos estratégicos.

Una de los razones que más le atrae a la gente de un centro comercial es la multiplicidad. Aunque este hecho depende, en buena parte, de la labor de ventas, se pueden diseñar pabellones especializados y se debe procurar comprometer, desde el inicio del proyecto, comerciantes de diversos órdenes.

Los supermercados, las sucursales bancarias, los restaurantes de comida rápida y las salas de cine, entre otros, son puntos que garantizan una afluencia considerable de público y por lo tanto no deben faltar.

·El público de un centro comercial debe encontrar elementos apropiados para descansar por un momento de su caminata: la dotación de sillas o bancos resulta indispensable.

·Una vez en funcionamiento, un centro debe contar con una administración calificada, que asegure la vigilancia, el aseo, la decoración, la planeación de promociones, la publicidad conjunta y en general el manejo de los asuntos y las zonas comunales. Si a los factores anteriores se les suma un diseño agradable y una financiación adecuada, no hay razón para que un centro comercial no funcione. A menos que se trate de otro botón de muestra que confirme que en las ciudades cada tres cuadras hay un centro.