Especiales Semana

Construcción, vivienda y decoración.

14 de octubre de 1991

CONSTRUCCIONES SOBRE EL PASADO
EN PARTE, ES PRODUCTO DEL PASADO QUE SE niega a morir en una casa devastada por el tiempo. En parte, nace de la necesidad de recuperar el centro de la ciudad y, en parte, surge de las más profundas raíces de la creatividad humana.
Sin lugar a dudas, el proyecto Nueva Santa Fe de Bogotá, representa la incorporación de la vivienda en un sector que es protagonista diario de las grandes decisiones nacionales.
Se trata del centro de la capital de la República, el objetivo del plan de recuperación urbana adelantado por la Alcaldía Mayor de la ciudad.
Nueva Santa Fe de Bogotá, también es eso: un apéndice del exhaustivo plan que pretende dinamizar el sector.
Como todo proyecto de construcción, Nueva Santa Fe de Bogotá ha sido blanco de amores y odios, de alabanzas y críticas, tiene defensores y fiscales, amigos y enemigos.
Por ello, su realización no fue fácil. Los obstáculos que se presentaron para la ejecución del proyecto iniciaron con la falta de experiencia que tenía el país en la formulación de proyectos de esta naturaleza, sumada a la carencia de instrumentos legales y normativos adecuados.
La ausencia de una legislación sobre renovación urbana -que entre otras cosas, estableciera que los costos de adecuación de la infraestructura vial y de servicios deberían ser cubiertos por los gobiernos municipales- afectó en gran parte los resultados financieros de las etapas adelantadas. Pues estos costos, asumidos por el BCH en alta proporción, no podían ser trasladados a los compradores de vivienda.
Y como el proyecto requería un nivel adecuado de calidad urbana y arquitectónica por su proximidad al centro institucional más importante del país, los costos aumentaron y todo recayó sobre el Banco Central Hipotecario.
Según los informes de la entidad, de las 13 manzanas que tiene el proyecto, hasta hoy se encuentran construidas cinco, las ocho restantes están por desarrollarse.
No obstante, contra viento y márea el proyecto que hoy es una realidad, ha logrado mantenerse y consolidorse como uno de los primeras alternativas para vivir en el centro de la ciudad cerca de los principales núcleos administrativos, laborales y universitarios de la capital.
Por eso, al cruzar el borrio La Candelaria, no es raro encontrar el contraste de aquellos construcciones de antaño y dos imponentes construcciones modernas: la Superintendencia Bancaria y la urbanización Nueva Santa Fe de Bogotá.
El tratamiento del problema urbano y del desarrollo social, beneficia tanto a los propietarios, quienes contarán con un nuevo horizonte de vida, como al Estado que hallará en una ciudad restaurada todo un soporte social, económico y financiero que favorecerá a su propósito central: el bienestar social.
De lo que se trata es de recuperar la resonancia interior de las ciudades y de provocar la reconciliación de sus habitantes distanciados. Además de recuperar la dinámica del crecimiento hacia adentro y de la expansión de las fuerzas económicas que dan prosperidad a los pobladores del espacio urbano.
CERCA DE TODO
Según funcionarios del Banco Central Hipotecario, esta urbanización se incorpora como alternativa de vida en el centro de la ciudad, al ofrecer las comodidades que un sector residencial debe y puede tener.
Nueva Santa Fe de Bogotá, con 261.500 metros cuadrados de área total construida, está estructurada en conjunto cerrado, conformada por apartamentos de dos y tres alcobas, dúplex